Por Gastón Romero
Lo nuevo de Sacha Baron Cohen (“Borat”, “Brüno”), arremete con todo en esta nueva película en la que interpreta al Almirante General Haffaz Aladeen, un dictador que arriesga su vida para asegurar que la democracia nunca llegue al país que tanto oprime.
Básicamente, el estado de Wadiya, al norte de África, aislado y acaudalado por el petróleo, ha sido gobernado por el Aladeen desde que tenía seis años, quien desde que asumió el poder absoluto, su confiable consejero ha sido su Tío Tamir (Sir Ben Kingsley), también Director de la Policía Secreta, Jefe de Seguridad y Proxeneta de Mujeres. Pero desafortunadamente para Aladeen, el Occidente y las Naciones Unidas sancionaron repetidamente al país durante la última década. Así, Tamir convence a Aladeen de que debe ir a Nueva York para resolver las inquietudes de las Naciones Unidas. Instalado en Nueva York, Aladeen es sometido y se verá alejado de su gente, teniendo que comenzar a reconstruir su vida en medio de un occidente que se maneja de una forma desconocida y odiada por él.
Cohen repite su formula de humor incorrecto, exagerado, extremista , irreverente (y en esta instancia, ya agotador), que le ha servido en “Borat” y nada en “Brüno”, pero que ahora sigue su curso acertando con gloriosos chistes y aggiornandoo la historia con otros tantos muy poco acertados y grotescos. Cinematograficamente, el director Larry Charles (también de “Borat” y “Brüno”) no ofrece nada y la caricatura del personaje que interpreta Cohen puede resultar notoriamente tediosa . Anna Faris hace lo mismo (incluso repite las mismas caras) que en la saga que viene protagonizando (“Scary Movie”). Quienes no hayan visto nada de este combo (actor/director), pueden llegar a sorprenderse, quizás disfrutar, pero para el resto, es más de lo mismo. Dirigida por Larry Charles. Con Anna Faris, Megan Fox, Sacha Baron Cohen, Ben Kingsley, John C. Reilly. 93 Minutos. Apta mayores de 16 años.