En Gustavo podemos observar a un ser con gran poder de adaptación, responde
muy bien a los cambios repentinos, se amolda sin inconvenientes. Es una
persona que mide sus consecuencias en base a sus intereses. Es un ser
dispuesto a lograr sus objetivos a costa de lo que sea necesario. Las energías
están a pleno y en desorden. Hábil para los negocios, con buen “olfato” para el
dinero al que necesita para sentirse seguro, y al que gasta casi sin reservas.
Muy apegado a los placeres terrenales, su mente se pone a disposición de ellos,
en todo los ámbitos, incluso en el plano afectivo donde le cuesta reconocer
las emociones del otro. No tiene empatía, lo que lo hace mal jefe. Carece de
inteligencia emocional, no así de la inteligencia relacional.
Su inteligencia es de orden práctica, de mente ágil y rápida. Posee voluntad y
vigor, apasionado y a veces extremista.