Más que 90 minutos, un proyecto solidario que busca la inclusión a través del deporte


Es llevado a cabo por miembros de la filial Virrey del Pino de Racing Club. Consiste en vender pelotas, y por cada una que se compra, donar otra a chicos en situación de calle o vulnerabilidad. Además se pusieron al frente de un merendero al que asisten 50 chicos. Otro de los objetivos, es concienciar y erradicar la violencia en el fútbol.

Miembros de la filial de Virrey del Pino de Racing Club de Avellaneda, se pusieron al frente de un original proyecto solidario llamado “Más que 90 Minutos”, que consiste en vender y donar pelotas. ¿Cómo?: Por cada pelota que venden, donan otra a un chico en situación de calle, vulnerabilidad, a un merendero o un club de barrio. Si bien la iniciativa tiene apenas tres meses, desde la filial vienen trabajando en merenderos y comedores desde hace siete años.

“Nos metemos en los barrios marginales porque entendemos que a través del fútbol se pueden hacer muchas cosas. Una pelota no es sólo un juego, sino que es una herramienta de inclusión, que para un nene es fundamental”, resumió Edgardo Ponce, uno de los impulsores del proyecto. La idea de buscar la manera de hacer llegar pelotas a los lugares más lastimados de La Matanza, surgió luego de una de las tantas visitas que los “enfermos de Racing” realizaron a un merendero. “Un día llegamos y había unos chicos jugando a la pelota con una palta, descalzos. Ahí empezamos a buscar la manera de hacer este proyecto, porque es costoso. Encontramos un fabricante que nos hizo un buen precio y arrancamos”, contó Ponce. Entonces, cuando la gente compra una pelota, hace de cuenta que está comprando dos. Y de esa manera colabora con chicos de bajos recursos, que encuentran en el deporte, felicidad pura. “En el fútbol, se encuentra educación, valores, compañerismo y unión”, destacó Edgardo, que junto a un puñado de compañeros de la filial, lleva adelante la tarea solidaria.Para comenzar con la iniciativa utilizaron fondos que recaudaron con el buffet de los eventos solidarios que llevaron a cabo durante 2017.

“Invertimos en pelotas”, señalaron. Con muy poco tiempo en la calle, la cruzada crece y repercute en el ambiente del fútbol a pasos agigantados. De hecho, son muchos los jugadores de fútbol que manifestaron su apoyo y ayudan a difundir la causa en sus redes sociales. “Hay un rol fundamental de las redes sociales. Hoy un jugador sube un video a Instagram y el alcance que puede tener eso es inimaginable. Nosotros fuimos por ese lado porque es el ambiente que conocemos y nos fue bien”, explicó Ponce. Sobre la labor social que llevan a cabo en la filial, Hernán Barrios, también hacedor de “Más que 90 Minutos” señaló: “está bueno ir a la cancha, viajar, hacer socios, pero la parte social es importante. Y si bien hay otras filiales que lo hacen, aunque no tantas, queremos contagiar las ganas de hacer algo”. “Por eso el nombre ‘Más que 90 minutos’.

En 90 minutos termina el partido, ganaste, perdiste, te vas a tu casa. Pero si los argentinos focalizáramos la pasión por el fútbol para cualquier otra cosa relacionada con lo social, tendríamos un país muy distinto”, añadió Ponce. A las pelotas del proyecto -llevan entregadas más de 100-, se suma la venta de remeras y gorras, con el mismo objetivo: “vendemos dos gorras, es una pelota. Vendemos una remera y una gorra, también es una pelota. Para comprar los productos, los interesados deben comunicarse a través de Facebook o Instagram al perfil “masque_90minutos” o comunicarse al 11-2328-8682.

“Camino de Hormiga”

El proyecto solidario, tiene además otro objetivo: concientizar y prevenir la violencia en el fútbol. “Acá no existe el vos sos de River, yo soy de Boca, entonces te odio. Hay que terminar con la idea de que la pasión por el fútbol se traduce siempre en violencia. Si eso no lo cambiamos desde los más chicos, no se cambia más”, remarcó Ponce. Si bien el objetivo está fijado y trabajan arduamente para lograrlo, reconocen que no es tarea fácil.

“Es un camino engorroso, largo, duro. Pero creemos que la única manera es esta. Es un camino de hormiga, pero alguien lo tiene que hacer”, agregó. En tanto, Hernán Barrios destacó el trabajo que realizan, a pesar de no contar con todas las herramientas. “Desde 2012 estamos trabajando en esto y siempre le buscamos la vuelta, porque queremos dar algo de calidad. Hay chicos que tenían 5 cuando le llevamos algo y hoy se acuerdan. Y pensamos que de esos chicos, habrán algunos que van a querer hacer algo por el barrio, su lugar”. Sin ser profesionales en trabajo social, asistencia social o psicología, con el proyecto no se limitan a entregar pelotas, sino que van más allá.

“Conocemos historias de vida muy fuertes, y te hace dudar si realmente sirve que le lleves una pelota a los pibes, y cuando ves esos pequeños momentos de felicidad, la respuesta es sí, sirve”, reflexionó Edgardo Ponce. Metiéndose en lugares en los que las necesidades abundan, todo lo que se hace parece no ser suficiente. “Estamos en lugares en los que el Estado está ausente en todo sentido, a nivel salud, educación, cultura, alimentos, obras públicas. Y eso es un combo explosivo. Nos pasa que a veces sentimos que no podemos hacernos cargo de un montón de situaciones, que no están a nuestro alcance”, lamentó el fanático de Racing que se gana la vida como chef.

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