Llegar a Ciudad Evita en colectivo puede llegar a ser una travesía de alta complejidad, muy aconsejable para aquellas personas que desean explorar terapias alternativas en busca de alcanzar un nivel de paciencia a prueba de balas…y de colectivos.
Un día de tratamiento bien aprendido alcanza para tener una vida llena de paciencia, claro está, que primero se debe atravesar la prueba de dos horas de espera más el viaje amontonado junto a otros aspirantes de paciencia para llegar a destino 180 minutos después del inicio de la terapia, claro está, siempre que el micro no sufra algún desperfecto y esto provoque una nueva espera de más de dos horas hasta el próximo micro. Eso sí, quienes tienen la dicha de que su trasporte detenga su marcha, recibirán como compensación el título de “Máster en paciencia”.