El oficialismo empezó a lidiar con algunos funcionarios descarriados

En el Municipio hubo dos amagues de renuncias y una que se hizo efectiva. En tanto que, en el Concejo Deliberante, un concejal amenazó con irse del bloque. Con Verónica Magario casi al mando de todo. Los viejos caciques peronistas empezaron su  operativo extorsión.


Terminado el triunfalismo oficialista por las elecciones de octubre del año último, las piezas empezaron a moverse en el siempre complejo tablero pejotista, donde se hace difícil conformar a tantos caciques que presionan para obtener lugares de preponderancia.

Aquella promesa de acompañar a Fernando Espinoza hacia el 23 de octubre y luego evaluar hasta dónde llegaría el reparto de poder del intendente, se empezó a cristalizar en el último mes cuando algunos funcionarios notaron que sus cargos no eran más que “pergaminos” carentes de manejo real.

Una de las primeras fricciones que se conoció fue la del secretario de Cultura y Educación Jorge Pirozzolo con la subsecretaria del área Silvia Francese. A raíz de una discusión relacionada con el manejo del presupuesto de Cultura, que supera los 40 millones anuales, el funcionario presentó su renuncia y abandonó sorpresivamente el cargo. El expresidente del Consejo Escolar de La Matanza fue años atrás una pieza fundamental de la gestión comandada por Alberto Balestrini, a punto tal de ser catapultado como senador provincial por el exintendente.

En diciembre último, el concejal Ángel Aisa pidió licencia en su cargo y fue nombrado vicejefe de Gabinete de la actual gestión. Desde ese lugar, el funcionario también vio disminuidas sus posibilidades de poder y se anotó entre los que presentaron su renuncia como método de presión.

Aisa fue subsecretario de Gobierno de la gestión de Balestrini y más tarde saltó a una diputación provincial, para retornar a La Matanza, ya con Fernando Espinoza como intendente, cuando fue nombrado secretario de Prensa y Difusión de la Comuna. Su crecimiento partidario le permite hoy pulsear lugares de relevancia en el Ejecutivo, obligando al Intendente a abrirle camino.

Por el mismo andarivel corrió el jefe de la Región Descentralizada de González Catán, Manuel Fresco, quien, luego de algunos pases de facturas públicos que le realizó a la intendencia, también amagó con dar un paso al costado. El pago en este caso llegó con un nombramiento para su hermana y exconcejal Leonor Fresco dentro de la órbita de Acción Social. Claro que Fresco tiene otro as de espadas que piensa utilizar porque está a un paso de ingresar como diputado nacional.

El mismo operativo se trasladó al Concejo Deliberante local (Ver “Negociaciones legislativas”), donde el siempre mañero concejal Pedro Ramírez pidió ser el vicepresidente primero del cuerpo, un cargo de relevancia que nadie pensó en darle. Su amenaza, en este caso, fue advertir que podría formar un bloque propio despegándose del mayoritario PJ, con más autonomía de presión.

Los cimbronazos internos del oficialismo parecen apuntar a la actual coyuntura: la presidenta del cuerpo legislativo, Verónica Magario comenzó a tener el anunciado poder que pretende heredarle Fernando Espinoza, colocando alfiles de su confianza en todos los frentes. Además, el regreso de María del Carmen Cardo esposa de Alberto Balestrini a la Secretaría de Desarrollo Social no es un hecho que pueda pasar desapercibido.

De esta manera, los popes de la Agrupación Ramón Carrillo que lidera el Intendente -debido al estado de salud de Alberto Balestrini- ven menguado su protagonismo en un barco que hoy no comandan. De hecho, los históricos del peronismo gobernante se preguntan de qué lado estaría el PJ a nivel global si solo la Ramón Carrillo fuese el sostén del Gobierno municipal.

Los peronistas que hoy se ubican en veredas opuestas, sostienen que las colisiones internas podrán ser controladas por Fernando Espinoza porque, dicen, el problema es netamente económico. Desde adentro la visión es similar aunque está latente la  posibilidad de que el Intendente escale hacia algún cargo provincial o nacional, están alerta y en pie de quiebre.

 

NEGOCIACIONES LEGISLATIVAS

 

En el Concejo Deliberante de La Matanza también hubo empujones entre algunos ediles del oficialismo que quieren ocupar la vicepresidencia primera del cuerpo. Aunque todas las fichas están puestas en Rotilio Álvarez Chamorro, también se anotaron en la lista Pedro Ramírez, Ana De Valle y Carlos Díaz, entre otros.

El caso de Ramírez fue el más resonante porque amenazó que formaría un bloque propio en caso de no tener el ansiado premio; mientras que desde SMATA, las operaciones no se hicieron esperar para saber qué lugar tendría el concejal Díaz, representante de ese gremio.

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