“Inventemos lo maravilloso; de lo utilitario hay demasiados ocupándose”

Gran iniciador de grupos literarios, gran difusor de la poesía de sus contemporáneos y de la reflexión sobre el pensamiento poético, dialogó con
S!C y repasó su vida y su carrera artística.


Por Anahí Cileiro
acao@periodicosic.com.ar

Omar Cao, nacido en el barrio de Mataderos, en 1948, es coherente con los principios que asume y sostiene a lo largo de su vida. Aquí la palabra y la respiración se entienden juntas: “La poesía es una capacidad humana que se encarna, toma una forma particular en cada quien y se siente como cada uno siente las cosas. Solo parece tener, como toda comunicación, una parte transferible, y quien sabe con qué fidelidad…”, sostiene. Este poeta practica el acto de poetizar con los ojos en el mundo, en un mundo compartido: “siento/ con pesadumbre/aquel poema que perdí/era tan claro/tan hondo/hablaba de un hombre/ de mi país/ y su destino”.

“La poesía sirve para evitar la alienación; para que sepamos que no todo debe ser utilitario. La poesía demuestra que hay algo que no es útil para nada, pero que es vital”, dice el poeta. “Estamos viviendo un tiempo de libertad de pensamiento si lo comparamos con lo que vivimos desde el año 1930 hasta 1983”.

Omar es poseedor de una obra prolífera que inicia en 1974, a los 26 años con el libro de poemas “Uno de dos” junto a su entrañable amigo Hugo Enrique Salerno.

Luego vendrá “Emigrado de la Luna” de la Editorial “Lagrimal Trifurca” en Rosario, un libro experimental, donde dialoga con el género Ciencia Ficción; poemas ingeniosos que demuestran el amplio espíritu de investigación creativa. Ha escrito una novela de Ciencia Ficción además de algunas obras de teatro, una de ellas que gira alrededor de la figura del legendario “Mate Cocido”.

En 1976, funda junto a Hugo Salerno e Isabel Corti la editorial “El Lagrimal Trifurca” que imprime una Revista y el grupo “La luna que se cortó con la botella” en la biblioteca “José Enrique Rodó”, de Lomas del Mirador. Esta biblioteca fue sometida a la quema de libros por el Ejército argentino. A pesar de los reveses y vaivenes que da el dolor continúa publicando durante la dictadura: “Todos/todos hablaremos de muerte/y de los muertos amados/ cariñosamente”.

En 1995 publica “Palos de ciego” con Ediciones “El Doque”, libro que presenta en la Sociedad de Fomento “Residentes Francovillenses” en Isidro Casanova, con la presencia e intervención del poeta Luis Luchi, que regresa a la Argentina luego de muchos años de exilio en Barcelona; aquí lee Luchi poemas de su último libro “Jardín Zoológico”, entre otros músicos, actores, poetas, narradores, y artistas plásticos que acompañan.

La experiencia de estos poetas demuestra la constancia de un pueblo, que como decía Gabriel Celaya, conserva y enciende la poesía porque la siente necesaria, porque la entiende como una forma de identidad: “Un maravilloso poeta fuera de época achica sus posibilidades de incidir en lo social. La estética no es absolutamente individual tampoco”, afirma Omar.

Su obra recibió el elogio de personalidades del mundo de las letras y de la poesía. En uno de los Encuentros de Poesía en la Ciudad de Rosario, la poeta y lingüista Ivonne Bordelois se refirió a su poesía como “una literatura de riesgo”. Omar Cao fue incluido en la Antología de la Poesía Argentina, de Raúl Gustavo Aguirre en 1979. Recibió también una carta del poeta Ernesto Cardenal, donde le expresa una opinión positiva acerca de su obra. Algunos de sus poemas fueron llevados a la canción por el músico Carlos Kuraiem y el profesor de música Eduardo Herrera, quienes han editado discos.

En 2004, publica “Cantos del Sur” de Ediciones Populares “Conurbano Poesía”. Colección Almafuerte. Este libro se publicó junto a otros dos, como parte de un proyecto de distribuir literatura escrita por poetas que viven en el Conurbano. En palabras del hermoso prólogo que le escribe la poeta Patricia Verón se puede afirmar que “es un intento desesperado por encontrar la garganta del futuro”.

Luego vinieron “Solo los elefantes” con dibujos en tinta realizados con la pintora Graciela Favot. Y en el año 2005 “El Fantasma de Oriana”, poemas atravesados por las tradiciones medievales en un diálogo con ellas, el amor cortés como una extraña melancolía de caballero. Finalmente, en 2011 publica “El linyera” de Ediciones Cruz de Mayo, allí el poeta trabaja el lenguaje en sus variaciones sociolinguísticas, dialogando muchas veces con la poesía del tango percibiendo las problemáticas del neoliberalismo desde un punto de vista irónico que desnuda la crueldad de nuestros tiempos “eran dulces las ubres burguesas / …/ ahora todo se lo llevó el diablo”, o “los obreros industriales de Europa y E.E.U.U/están bastante bien/las mujeres del mediterraneo/ manchester o Illinois/ tienen su crema para el cutis/ en Moscú hay macdonales/ y en China/…/no te quedes al margen/comprometete, gil /querés lombrices/picada de chicanos o mapuches./ en tu sanguchee”.

Pudo visitar a los grupos literarios de las distintas zonas del país, ya que uno de sus empleos fue el de Viajante de Comercio donde hacía un alto. En Chaco frecuentó el grupo de bohemios del “Fogón de los arrieros” (actual museo). Conoció allí al poeta (ya legendario) de “Razachaco”: Adolfo Cristaldo. Y al poeta Alfredo Veiravé. En Paraná tuvo el placer de charlar un largo rato con el increíble poeta Juan L. Ortiz. La ciudad de Rosario le regaló amistades entrañables; entre ellos se pueden citar a Jorge Isaías y Carlitos Piccioni. Publicar una extensa nota realizada a uno de los escritores más injustamente olvidados: Luis Franco.

Otra actividad de este poeta es la realización de talleres literarios. Des-tacaremos dos especialmente: el Aula Poética en el Centro Cultural “Vaccareza” en San Justo. El mecanismo era leer en círculo poemas de la más variada literatura; desde poetas Taoistas hasta poetas Rosarinos contemporáneos, luego cada lector comentaba su lectura si así lo deseaba, también se realizó esta práctica en el Centro Cultural “El Transformador”.

Fundador de muchas revistas locales como “UH mano” y “Quirón”. Colaboró de manera importante en el suplemento literario “El ángel de Virrey del Pino” durante cinco años, y en la revista “Contrabando” en una columna dedicada a la reflexión poética llamada “La Matera”. Esta revista fue fundada por el narrador Pedro Chappa y el sociólogo Denis Melkler.

Su última presentación, realizada hasta hoy fue el 14 de julio en el Teatro “La Tapera” donde se homenajeó a Armando Tejada Gómez. Allí leyó sus últimos poemas en un cálido clima de amistad y reciprocidad.

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