Los trabajadores ferroviarios realizarán un paro hasta el viernes para rechazar la flexibilización laboral en el sector. También pararán los empleados de Air France para repudiar cinco mil despidos.
La compañía estatal de trenes francesa SNCF realizará una huelga desde esta noche hasta el viernes contra la precarización laboral, al tiempo que ese mismo día en que comienzan las vacaciones escolares de otoño, Air France cumplirá una jornada de protesta contra los 5.000 despidos anunciados por la aerolínea.
Los efectos de la crisis económica de la zona euro continúan creciendo en Francia, donde a cinco meses de asumir el poder el gobierno socialista debe afrontar desde esta noche tres jornadas de huelga en el sector del transporte.
Hoy concluyó la huelga convocada por los sindicatos de los servicios de navegación aérea, que provocó importantes retrasos en los vuelos de todos los aeropuertos franceses.
En tanto, los cinco sindicatos de la empresa ferroviaria estatal SNCF convocaron una huelga desde hoy a las 19 hasta el viernes a las 8 en reclamo para que la compañía incorpore a 1.600 empleados suplementarios, por considerar como despidos encubiertos la no renovación de los efectivos que terminan sus carreras.
No obstante la obligación de las empresas de asegurar un servicio mínimo (instaurado por el ex presidente Nicolas Sarkozy en 2008), la huelga no paralizará el transporte el primer fin de semana de las vacaciones escolares, según anunciaron las autoridades de las dos empresas.
Por su parte, el primer sindicato de Air France, la CGT, convocó a una huelga para el viernes que podría extenderse el fin de semana, contra el plan de restructuración presentado en enero que prevé 2 mil millones de euros de ajuste y la supresión de 5.122 puestos en dos años.
El dirección de la compañía aérea sostiene que las perturbaciones se limitaran a retraso de los vuelos, pero afirman que cumplirán con todos los vuelos.
Asimismo, la CGT advirtió que podría realizar nuevas manifestaciones en los próximos meses.
El pasado 9 de octubre, la CGT realizó una masiva manifestación en las ciudades más importantes del país en lo que fue la primera movilización sindical contra las políticas de ajuste económico del presidente socialista Francois Hollande.
En tanto, en su intento por amortiguar la sangría de despidos en el sector industrial, el gobierno socialista anunció hoy que aportará garantías públicas por 7 mil millones de euros para la automotriz PSA Peugeot-Citroen en los próximos tres años para solventar el banco que posee la compañía.
A cambio, PSA Peugeot-Citroën, que despedirá a 8.000 empleados y cerrará una fabrica en 2014, deberá reestructurar su plan de ajuste y se comprometió a no otorgar dividendos a sus accionistas ni permitir la reventa de acciones por tres años.
Asimismo, PSA Peugeot-Citroën presentó hoy su acuerdo con la automotriz estadounidense General Motors para construir cuatro autos en conjunto, en lo que podría ser un primer paso a una eventual alianza.
Los anuncios tuvieron lugar un día antes de la reunión entre la empresa automotriz, el ministro de Industria Arnaud Montebourg y los sindicatos para discutir las modificaciones al plan de despidos.
El ministro Montebourg, quien el fin de semana apareció en la portada de una revista para promocionar productos ‘Made in France’, es criticado con dureza por los patrones del sector automotriz, que representa el 10% de los empleos en Francia.
“Es un imbécil mental, es un loco que todos sufren”, lanzó hoy Jean-Claude Debard, presidente de la automotriz Mitsubishi France, en declaraciones al diario regional La Provence al ser consultado sobre Montebourg.