“El miedo amenaza, si habla tendrá desempleo, si duda tendrá locura”. Eduardo Galeano habla de la cultura del miedo, del miedo a los ladrones y también del miedo a la Policía. Es martes 12 de marzo y el Periódico S!C va a salir a la calle, va a hacer ruido otra vez, va a hablar de lo que en La Matanza no es conveniente hablar. Pero ese día habrá otro hecho, grave, relacionado tal vez.
Por Claudio Kappeler
Son casi las 11.00 y el referente vecinal Miguel Presa está en un local de la calle Almafuerte, en San Justo, hablando con “el malevo”, claro que su interlocutor no sabe que en breve saldrá S!C mencionándolo como el hombre que puede conseguir un registro de conducir más rápido y fácil por la suma de $1.300. La charla está terminando cuando el empleado del Concejo Deliberante de La Matanza advierte que está siendo filmado con cámara oculta. Entre forcejeos, “el malevo” se queda con la cámara y huye. Tampoco sabe que ya había sido grabado y filmado días antes.
Al lugar llega la Policía, pero no hay ningún accionar que muestre interés por recuperar lo robado. Lo que pasará en horas posteriores será de una temeraria gravedad institucional.
Por la tarde, Miguel Presa se enterará que está denunciado, acusado de agredir a una persona. Alguien dirá que hay un examen toxicológico con resultado positivo y un examen psicológico que obliga a una internación.
Esa cadena de sucesos confusos derivará en la guardia del Hospital provincial Diego Paroissien. Presa está en una sala, esperando una supuesta visita de médicos especialistas que evaluarán su estado psíquico. En la puerta se ve a un policía que custodia a un hombre supuestamente peligroso.
El cronista está del otro lado de la puerta, afuera. El primer contacto telefónico, intentando entender lo que pasa, es con un concejal de La Matanza. El edil muestra no entender la situación y promete ocuparse, no vuelve a contactarse. Minutos después, la comunicación es con un legislador que también muestra no estar enterado del hecho y promete ocuparse.
El legislador llama al cronista y le relata una serie de sucesos semejantes a una película de suspenso. Aconseja llamar a un abogado y asegura que Presa pasará toda la noche en ese hospital.
La noticia empieza a circular por el pequeño gran mundo político de La Matanza. El concejal del GEN-FAP Gustavo Ferragut y su colaborador Marcelo Velis se ocupan, serán los únicos -del ámbito legislativo- que toman personalmente el caso Presa. Mientras tanto, el representante de la APDH, Pablo Pimentel se comunica con la fiscal para pedirle garantías. No es para menos, a esta altura ya se especula con que sea trasladado a Open Door o Melchor Romero.
Lo que está pasando es grave. El cronista y un colega hablan con diversas fuentes. Hay una coincidencia que muestra la magnitud de los hechos: se habla de una “cama” contra Miguel Presa y un “mensaje” para el Periódico S!C.
Hay dos hechos que vienen a la mente. Cuando hace unos días, un legislador le propuso al referente vecinal ser parte del Gobierno Municipal y un dirigente de peso en el Gabinete local lo invitó a tomar un café y le aseguró que su ingreso al Municipio era factible.
¿Hablamos entonces de un Gobierno Municipal que le propone ser funcionario a un loco, a un hombre que puede ser peligroso para la sociedad?
A la medianoche ya no importa si algo puede parecer exagerado. Una hermana de Presa está en el hospital y se comunica con el cronista. Hay un buen número de personas que saben que lo mejor es evitar cualquier otra acción de la Policía, la Justicia o el sector político.
El cronista habla en este caso de lo exagerado, porque recuerda a Luciano Arruga y a Gabriel Blanco. Sus detenciones no fueron más que eso, detenciones, hasta que se convirtieron en desaparición y/o muerte.
este hecho de corrupcion es minimo, hay otros hechos de corrupcion gravisimos como son las multas, sin intimacion previa para dar cumplimiento a ordenanzas municipales abusivas, uno de tantos ejemplos que podria dar, obras particulares, la direccion de faltas cobran mas de una vez, sumas abultadas e impagables o sea confiscatorias, y si queres que te la bajen tenes que pagar una abultada coima.