Sólo con repetir la elección de agosto sumaría uno o dos ediles. De esta manera, la segunda fuerza metería representantes, pero del mismo color político. El resto del arco opositor se despediría del legislativo.
Por Claudio Kappeler
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En el Gobierno de Fernando Espinoza saben que no fue una excelente elección la de agosto. Ganaron y eso es mucho decir si se piensa en el duro golpe que el Frente Renovador le dio al kirchnerismo en territorio bonaerense, pero la mesa chica ya analiza cómo rediagramar la campaña y hace cuentas anticipadas. Ahora se apuntará a recuperar votos en el primer y el segundo cordón del Distrito.
La zona sur, como en cada elección, volvió a ser la que motorizó el triunfo del oficialismo quebrando la tendencia negativa que se generó en el primer cordón y hasta hizo eco en el segundo. González Catán, Virrey del Pino y Gregorio de Laferrere fueron los máximos estandartes de Fernando Espinoza; esas tres localidades aseguraron ensanchar el margen entre el Gobierno municipal y Sergio Massa.
En localidades como Ramos Mejía, San Justo o La Tablada la cosa fue adversa para el hombre de Cristina Kirchner. Hay dos miradas sobre esos números: los que dicen que histórica-mente el peronismo hizo agua en esas zonas, y los que recuerdan elecciones pasadas en las que este mismo oficialismo rompió cualquier pronóstico desalentador.
Cualquiera sea el caso, si el Intendente no quiere que le arrebaten el poder que su sector ostenta desde 1999 deberá tomar nota no sólo de los resultados, sino también -y sobre todo- de quienes se dicen caciques de esas tierras. Ajustar la tuerca sin quebrar el tornillo.
Desde el 11 de agosto hasta ahora, hubo al menos dos reuniones de la de-nominada mesa chica, esa que discute y toma las decisiones bajo la última palabra de Fernando Espinoza.
Se supo que no habrá una campaña furiosa de acá a octubre, pero se hará especial hincapié en los territorios ad-versos. Esto es operativos, publicidad y rastrillaje, caravanas y caminatas, incluyendo visitas del primer candidato Martín Insaurralde, todo en las localidades más cercanas a la ciudad de Buenos Aires. Es que en esa franja se hicieron fuertes el Frente Progresista y el Frente Renovador en las PASO.
El status quo
El triunfo de agosto tiene dos fuertes factores positivos en la carrera política del Intendente: Se volvió a dar en un momento adverso para el Gobierno Nacional (NdeR: Ya en 2009 ganó pese a la derrota nacional), y lo consiguió luego de quedar excluido como primer candidato a diputado nacional.
Fernando Espinoza no sólo sigue dando muestras verbales de su fidelidad al proyecto que encarna el kirchnerismo, también lo hace en las urnas y eso obliga a darle un marco de trascendencia más allá de La Matanza.
Bajando al orden regional, las matemáticas siguen siendo una ciencia exacta para el oficialismo. Mejorando apenas los resultados obtenidos en agosto -o si lo mismo hace el massismo- dejará al Concejo Deliberante de un sólo color político porque el único espacio que podrá tener representantes será el Frente Progresista. Ambos se reconocen peronistas.
Sabido es, además, que tanto Fernando Asencio como Ariel Martínez no se caracterizan por ir a contramano de la gestión municipal, y son ellos quienes encabezan la lista de Sergio Massa en el Distrito.
Haber salido airosos de agosto llevó tranquilidad a las huestes oficialistas, aunque la arremetida del massismo desnudó también las especulaciones de los más viejos, esos que se convirtieron en planta permanente del po-der. Es que, sabedores de triunfos y derrotas, todos analizan prematura-mente 2015, pero para eso falta mucho, pese a los muchos candidatos con ganas.