Fernando Espinoza jugó un pleno y le ganó al massismo



El Intendente se puso como cabeza de la lista local. Con más de 300 mil votos derrotó a los candidatos de Sergio Massa. El FpV también ganó en las categorías diputados nacionales y provinciales. En su discurso, Fernando Espinoza desafió dos años antes.

Por Claudio Kappeler
ckappeler@periodicosic.com.ar

“Esto recién comienza, nos vemos en el 2015 y veremos qué dice el pueblo”. La frase sorprende a las candidatas electas que están en la segunda fila del escenario. Verónica Magario, Liliana Pintos y María del Carmen Cardo se miran y sonríen en complicidad, no esperaban que el Intendente ha-blara de las elecciones de 2015, cuando recién termina una de las pulseadas más difíciles que le tocó al oficialismo local.

Pero hay motivos para que Fernando Espinoza saque pecho: otra vez rompió la barrera de los 300 mil votos y fue el único intendente de la provincia de Buenos Aires además de Martín Insaurralde en hacer que el Frente Para la Victoria gane en todas las categorías a pesar del aparato propagandístico y económico de Sergio Massa, a pesar de la derrota en todo el amplio resto del territorio bonaerense.

Lo del oficialismo de La Matanza es estadísticamente histórico. Con Alberto Balestrini como principal conductor político le ganó a Pinky en 1999 y, desde ese momento, nunca perdió una elección en este territorio. Desde 2005, el Municipio es encabezado por Fernando Espinoza, a quien los últimos tres años lo encontraron sin la presencia de Balestrini tras el accidente cerebrovascular.

Este año se esperaba que el intendente local ocupara un lugar preponderante en las listas diseñadas por Cristina Kirchner. Sin embargo, lo relegaron y entonces Espinoza decidió ponerse como primer candidato a concejal. En las otras nóminas fueron Verónica Magario como tercera diputada nacional y Liliana Pintos como segunda legisladora provincial.

Entonces puede decirse que Espinoza le ganó a Sergio Massa siendo apenas un candidato a concejal, y también le ganaron Magario y Pintos.

Con casi la totalidad de las mesas escrutadas, Fernando Espinoza superaba holgadamente los 300 mil votos, mientras que lo mismo ocurría con la lista de candidatos a diputados nacionales, mientras la de legisladores provinciales se acercaba a ese número.

Traduciendo los números a bancas, el oficialismo de La Matanza puso en juego 6 bancas y estaba ganando 7, mientras que el Frente Renovador se hacía acreedor de 5 escaños dejando afuera del Concejo Deliberante a cualquier otra fuerza.

Ni un paso atrás

Pese a todas las especulaciones que se hicieron antes y después de las PASO, el Intendente de La Matanza no afloja el discurso que lo coloca en el centro del kirchnerismo, “en la primera línea de fuego”, como suele repetir hasta el hartazgo cuando quiere defender el proyecto nacional.

“Más allá de los grandes medios nacionales y el establishment económico, La Matanza ha demostrado una vez más que es la avanzada de este gran movimiento nacional y popular”, tira Fernando Espinoza ante los militantes que se concentran en la plaza de San Justo para festejar el triunfo propio.

“El peronismo es la columna vertebral de la Argentina que viene y el peronismo matancero no se compra, ni se vende”, dice una y otra vez haciendo algunos altos para acordarse de Néstor Kirchner y Alberto Balestrini, para dedicarles el triunfo a ellos y a Cristina Kirchner.

“Todos saben que La Matanza no va a dejar sus ideales. Este peronismo no se compra, ni se vende, por algo este partido es diferente a todos los demás lugares”. Fernando Espinoza no hace alarde directo de su triunfo, pero lo destaca entre líneas y está bien, las urnas le volvieron a dar derechos para reclamar espacios.

“El bastión sigue siendo bastión, La Matanza fue, es y será la capital del peronismo”, grita un intendente que promete volver a la “primera línea de fuego para que en el año 2015 haya un presidente peronista y haya un gobernador peronista”.

Fernando Espinoza volvió a pelear contra el candidato de moda como ya lo hizo junto a Balestrini contra Francisco De Narváez en 2009, pero esta vez también peleó contra los apretujones internos, contra las amenazas de fuga y contra las traiciones solapadas. Sólo basta mirar los certificados de escrutinio del primer cordón para saber que hubo oficialistas más cercanos a Tigre que a La Matanza.

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