Falta casi medio año para las elecciones internas y la UCR ya se dividió. Las críticas hicieron blanco en el presidente del Partido Enzo Gioia, que direcciona su gestión hacia un único espacio. Además, otra facción negoció con la gente de Sergio Massa y se fue.
Por Claudio Kappeler
ckappeler@periodicosic.com.ar
Desde hace casi una década y media, el radicalismo de La Matanza viene de quiebre en quiebre, pelea en pelea, fracaso en fracaso, mientras los actores que lo comandan se hacen daño unos a otros, sacándose de carrera.
Aquella oposición arriesgada que escuchaba a los barrios en la década del ’90 y que parecía llegar por primera vez a su máxima expresión con el advenimiento de la Alianza -UCR y Frepaso- se pulverizó en 2001 ingresando en una caída que llevó a sus referentes a camuflarse en acuerdos tan grotescos como marketineros, siempre con magros resultados.
Pasaron cinco elecciones sin gloria, en las que los referentes radicales matanceros recorrieron frentes, alianzas, contrafrentes, y todos los conglomerados que la política les permitió.
Recién en 2009 lograron hacer pie en un consorcio con el GEN y el Socialismo que permitió el regreso de Manuel Atencio como concejal, mientras Silvia Caprino ya gestionaba la Defensoría del Pueblo de La Matanza. Otro que entró como edil fue Gustavo Ferragut, un exiliado radical que aterrizó en el GEN y lejos estuvo de hacer historia en sus cuatro años de gestión.
Otra vez, como en 1999, los próximos años suponían un crecimiento renovado del Partido con mayor representatividad legislativa, recuperando la proyección que la UCR ostentaba como única oposición (con chances) al peronismo local.
Sin embargo, el 2011 sorprendió a cualquier incrédulo de los hechos sobrenaturales: los radicales hicieron un acuerdo con Francisco De Narváez y en La Matanza Enzo Gioia fue el primer candidato a concejal de esa metamorfosis.
Al poco tiempo de ese fracaso, el dirigente radical de Gregorio de Laferrere intentó por todos los medios desligarse de aquella candidatura e intentó ponerle un manto de olvido cuando sus correligionarios lo ungieron como presidente del Partido en el distrito más grande de la provincia de Buenos Aires.
Ese día estaban todos en el local de la calle Marcón. No hubo fisuras y los ánimos eran de recomposición en el marco de un discurso no sólo de unidad sino de inyectarle el dinamismo que perdió la UCR, se volvió a hablar de construcción política a futuro descartando alianzas efímeras con espacios de centroderecha.
Aunque al poco tiempo, en el primer plenario del Partido, Enzo Gioia sorprendió a más de uno cuando advirtió que el Comité de Distrito sería un órgano abierto y activo, aclarando que no sería como el que comandó Jacinto Aluy. Ese hecho se vio como una ruptura a tal punto que, el hasta ese momento enemistado, Manuel Atencio salió por los pasillos a defender la figura del veterano dirigente.
Vinieron meses de inactividad en su máxima pureza acompañados por el olor a humedad y la escasa luz que fueron ganando lugar en el Comité. Otra vez se originaron los problemas de identidad y los armados internos que en un pasado inmediato se materializaron cuando una facción radical pactó su pase al massismo y otra hizo rancho aparte tirando fuertes críticas hacia Gioia.
El trío conformado por Mariana González y los exconcejales José De Miguel, Carlos Bertune y Alberto Depaoli recalaron en las huestes del dirigente Miguel Saredi, del Frente Renovador, con quien ya organizaron varias actividades y se mostraron al público sin tapujos (Ver “Se fueron con Miguel Saredi”).
En tanto que, semanas atrás, el exconcejal Manuel Atencio y los dirigentes Gustavo Barresi, Samuel Miranda, Rubén Coggiola, Rodolfo Paz y Ricardo Murad hicieron lo suyo al crear el grupo denominado “Proyecto La Matanza”, con el cual pretenden pelear la conducción del Partido para, según dicen, ponerlo en marcha bajo un tinte netamente opositor al Gobierno (Ver “La casa no está en orden”).
Estas dos acciones son producto de la inacción de la conducción partidaria. “Son matices”, solía repetir Enzo Gioia cuando se le exigía una opinión sobre algún tema en particular de la actualidad. La idea era no jugar nunca ningún pleno, ser tibio para permanecer indemne a cualquier temblor interno, empero su actual lugar derribó esa posibilidad y lo puso como blanco de todas las responsabilidades.
Hacer un partido inerte puede tener sus costos para el presidente de la UCR: Enzo Gioia quería ser el primer candidato a concejal en 2015, y ahora se encuentra en minoría dentro del Partido que él mismo conduce.
De ser el máximo líder local del eterno rival del peronismo matancero pasó a convertirse en un fantasma a las sombras de quienes le prometen refugio. Ahora deberá intentar reacomodarse y dejar de jugar a la unidad básica cerrada, porque hablar de economía o seguridad en las redes sociales al estilo de dos señoras que se encuentran en la esquina de cualquier barrio no servirá en caso de que sus aspiraciones sean altas.
La casa no está en orden
Con el Comité de Distrito como escenario, varios dirigentes de la UCR lanzaron semanas atrás el denominado “Proyecto La Matanza”, que aglutina a la mayoría partidaria local con dos ejes como objetivos: quedarse con la conducción del radicalismo e “imprimirle movimiento” a lo que hoy parece una cáscara vacía, una idea estática que no encuentra rumbo en el Distrito.
Durante la presentación del nuevo sector, en la mesa estuvieron Gustavo Barresi, Manuel Atencio, Ricardo Murad -que preside el espacio- Samuel Miranda, Mario Vento y Rubén Coggiola.
Según explicó Barresi, “la idea es mancomunar el esfuerzo para tratar de fortificar al radicalismo”, porque, dijo, “vemos que en estos últimos años está faltando esa mística que a los radicales nos caracteriza”.
Ricardo Murad, en tanto, remarcó como finalidad “tratar de volver a las viejas bases radicales que extraviamos en algún momento, volver al radicalismo de la justicia social y las libertades individuales”, apuntó, aclarando que “esto no nace y muere en las internas radicales, es algo que nace por el bien del radicalismo de La Matanza”.
Samuel Miranda reconoció que “a partir del fracaso de 2001 el radicalismo entró en una franca retirada ante la sociedad, perdió el rumbo, y hoy estamos intentando encontrar ese rumbo, tenemos que volver a las bases, que la renovación no sea sólo una cuestión generacional”.
Mario Vento, por su lado, manifestó: “Queremos poner al radicalismo en la calle, que el Partido orgánicamente se ponga delante de todos los problemas y las luchas sociales del Distrito”.
Uno de los más duros y directos fue Rubén Coggiola, aclarando: “Si hoy lanzamos un nuevo movimiento es porque algo está fallando dentro de la UCR, sino estaríamos encolumnados en el proyecto que tendría que llevar adelante el Comité de Distrito, la conducción no está llevando a cabo los lineamientos que habíamos acordado”.
Sin mencionarlo, habló de esa manera de Enzo Gioia y disparó: “Si el Partido estuviese actuando éticamente no estaríamos formando un movimiento”.
El exconcejal Manuel Atencio ponderó el hecho de haber logrado “articular a los sectores mayoritarios del radicalismo de La Matanza”. Además de afirmar que ganarán las elecciones internas que se realizarán entre agosto y septiembre próximos, sostuvo que “el objetivo es imprimirle a la UCR más contenido, más militancia, más movimiento”.
“El radicalismo de La Matanza es un radicalismo de oposición y no de connivencia y este espacio está abierto para todos los sectores que lo entiendan así”, agregó.
Se fueron con Miguel Saredi
Los exconcejales José De Miguel, Carlos Bertune y Alberto Depaoli, además de la dirigente Mariana González, anclaron tiempo atrás en las aguas de Sergio Massa, a través de la figura del ya precandidato a intendente Miguel Saredi.
Apenas se conoció la noticia, el hecho causó el espanto del presidente del Partido, Enzo Gioia, quien opinó en diálogo con Radio Universidad que “la iniciativa de Massa no tiene ninguna viabilidad”, porque, dijo, “nosotros estamos trabajando en un proyecto totalmente distinto al del Frente Renovador”.
Claro que no explicó cuál es el proyecto en el que trabaja y desde el Movimiento Social Radical (Mo.So.Ra.), que encabeza Mariana González, dispararon: “Son los mismos que en (La) Matanza tienen un acuerdo de funcionalidad a cambio de mirar para otro lado”.
“Son los mismos que desconvocaron el Partido para evitar las elecciones internas y proclamar las listas únicas plagadas de acuerdos a medida del mantenimiento del status quo de sus intereses personales, llevando al radicalismo local a su mínima expresión”, se quejaron.
Está claro que poco es lo que el hoy presidente de la UCR local puede decir de quienes acuerdan con sectores del peronismo luego de que él mismo fuera primer candidato a concejal de Francisco De Narváez.
Movimiento
Cero
Desde que asumió como presidente de la UCR La Matanza, en noviembre de 2012, el Partido no tuvo ninguna reunión de comisión directiva y sólo se manejó con algunos plenarios para los afiliados.