Es un tema que se repite en el discurso del Intendente. Aunque esta vez lo profundizó en el inicio de sesiones y aseguró que muchas veces la gente no se entera de sus obras de Gobierno. “Es la gran asignatura pendiente”, dijo.
Por Claudio Kappeler
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Decir que el principio de solución de un problema es reconocerlo podría significar la mirada positiva de la cosa, saber que su matriz es la nula política en la materia formaría parte de la otra cara, la negativa.
En el inicio de sesiones que se realizó el 3 de abril último, el intendente de La Matanza Fernando Espinoza reconoció que en el Distrito hay una deuda en cuanto a política comunicacional se refiere. Un palo para los propios -con él a la cabeza- pero también un palo hacia fuera, hacia los medios regionales, aunque estos pocas veces -por no caer en el totalitarismo de un nunca- se hacen cargo del pésimo trabajo que en líneas generales se realiza en el Distrito.
Después de más de dos horas de un discurso en el que el Intendente repasó varios años de gestión municipal y habló de algunas obras por venir o en pleno proceso de concreción, Fernando Espinoza se refirió a lo que denominó “la gran asignatura pendiente que tenemos”, la de “no comunicarlo bien”.
La gestión de Gobierno cuenta en estos tiempos con infinitas posibilidades de difusión. En lo que se refiere estrictamente a propaganda, el Municipio puede utilizar cartelería, publicidad en medios de comunicación, publicidad aérea, la folletería que acompaña la boleta de impuestos, entre otros.
Sin embargo, la tarea de los medios regionales de comunicación en un distrito como La Matanza debería jugar un rol preponderante a la hora de contar lo que pasa y eso no sucede. El Distrito cuenta con dos diarios (de lunes a viernes), cuatro periódicos (uno semanal, otro quincenal y dos mensuales) y un sinfín de publicaciones barriales que juegan el papel de guías comerciales con un mínimo contenido de actualidad. Ninguna de estas publicaciones tiene grandes tiradas y algunas de ellas, incluso las más viejas, sólo imprimen 200 diarios para cumplir con sus “suscriptores”. Años atrás, el monopolio Clarín llegó a La Matanza para instalar su suplemento zonal, una publicación vacía de contenido que sólo existe por la estructura que la sostiene.
No hay radios íntegramente informativas, aunque sí innumerables programas en emisoras de corto alcance y en cuanto a televisión se refiere lo poco que hay es precario y de calidad cero.
Esta es la realidad comunicacional del Distrito, parte responsable del problema al que se refirió Espinoza. “Muchas de las cosas que hablamos hoy, muchísimos (vecinos) no lo saben”, dijo el Intendente, aunque asegurando que “es un problema que no tenemos solamente en La Matanza”.
“Vemos día a día que los grandes medios de comunicación nacionales, que por supuesto responden a intereses económicos, muestran el peor de los mundos, y quizás algunos se lo creen, pero Argentina no está en el peor de los mundos”, afirmó Espinoza.
“La Argentina tiene batallas pendientes y una de ellas es la batalla comunicacional”, abundó el jefe comunal. Claro que esa batalla todavía no está dada siquiera en el territorio que Fernando Espinoza gobierna porque, pese a la cuota parte de responsabilidad de los dueños de medios, el Municipio local no tomó en las últimas décadas ninguna medida tendiente a mejorar esa situación.
No hay en La Matanza una política comunicacional seria que integre a los medios de comunicación a un proyecto que pueda acercarlos más a la gente y en eso también le caben culpas al ámbito legislativo regional desde donde tampoco se instrumentó ninguna normativa que tienda a cambiar la realidad comunicacional del Distrito.
“Dese la más amplia difusión” es un formalismo vacío que no se logra acumulando comunicadores en un vehículo para que paseen en la costa atlántica. Si el problema está siendo visto realmente como un problema, entonces deberá atacarse, o de lo contrario se seguirá pensando que en La Matanza hasta un muro de Facebook es un medio de comunicación y muy pronto tomará forma de factura comercial.