Comienza el juicio contra el colectivero que atropelló y mató a un chico de 17 años

Un colectivero será juzgado desde hoy por el homicidio de Gabriel Omar Góngora, un joven de 17 años al que atropelló en 2010 cuando salía de la escuela, en la localidad de Ciudad Evita, porque presuntamente conducía a gran velocidad y distraído al conversar con otro chófer.

Fuentes judiciales informaron que se trata de Leonardo Mártires Gómez, quien llega al juicio en libertad y acusado del delito de «homicidio simple con dolo eventual», que tiene una pena de 8 a 25 años de prisión.

El debate estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de La Matanza, presidido por Gabriela Silvia Rizzuto e integrado por Matías Mariano Deane y Javier Mario González.

Voceros del Tribunal anunciaron que la primera audiencia fue fijada para las 8.30 del lunes en el edificio de Tribunales de La Matanza, ubicado en Monseñor Marcón 2623, en la localidad de San Justo.

El proceso se extenderá por al menos tres jornadas durante las cuales declararán alrededor de 100 testigos, entre los que destacan los amigos de Góngora que lo acompañaban en el momento en el que fue atropellado.

También fue convocada una mujer que viajaba en el colectivo conducido por Gómez ese mediodía y que durante la etapa de instrucción de la causa afirmó que vio que el chofer estaba distraído conversando con un compañero.

La acusación estará a cargo del fiscal Federico Russo, en tanto que la madre de Gabriel, María Teresa Manente, se constituyó como particular damnificada y estará representada por el letrado Gustavo Ahdjes.

«Todo está dado como para pedir la pena máxima», dijo a Télam la madre de la víctima, en referencia a que tiene «grandes expectativas» para el comienzo del juicio.

Sin embargo, María Teresa, quien durante el debate estará también acompañada por la Asociación Madres del Dolor, aseguró que encontró «muchas dificultades» para lograr que el caso llegara a juicio oral, ya que «durante los primeros dos años (desde que ocurrió el hecho) fue un abandono total de la Justicia».

«Primero se caratuló la causa como `homicidio culposo`, como si fuera un simple accidente, pero por testigos se pudo cambiar a `homicidio con dolo eventual`», dijo la mujer.

El homicidio culposo tiene una pena de seis meses a cinco años de prisión porque significa que el hecho se cometió sin intención , en tanto que la figura del dolo eventual implica que el imputado sabía que podía causar un daño, en este caso manejando de esa manera, y que, sin embargo, no hizo nada para evitarlo.

El hecho por el que se juzga a Gómez ocurrió el 12 de mayo de 2010 alrededor de las 13, en avenida Güemes esquina El Leñatero, de Ciudad Evita, cuando Gabriel caminaba con amigos tras salir del colegio Mariano Etchegaray, ubicado a unas dos cuadras de distancia.

«Gabriel iba a tomar el colectivo a la plaza Güemes como todos los días, se retrasó esperando a un compañero y sus amigos cruzaron. Como el amigo no venía cruzó y el colectivo que iba a mucha velocidad lo atropelló», dijo María Teresa.

De acuerdo al expediente, Gómez conducía hacía 8 años el interno 1140 de la línea 8 (ex 86) y, pese a que sabía que no había ni semáforo ni loma de burro y que era una zona muy concurrida por la ubicación de varios colegios, circulaba a mayor velocidad de la permitida y por la mano izquierda.

El colectivo impactó con fuerza a Gabriel, quien golpeó su cabeza contra el parabrisas delantero del vehículo y salió despedido unos 50 metros.

El joven sufrió un grave traumatismo de cráneo, estuvo internado una semana en terapia intensiva y finalmente falleció el 19 de mayo.

«Una semana después hubiera cumplido 18 años, tenía muchos proyectos, iba a estudiar enfermería en la Universidad de La Matanza, como yo», dijo a Télam la madre del chico, que trabaja en esa profesión.

Télam

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