La estrategia de Fernando Espinoza: forzar un apoyo unánime y poner a su candidata

espinozaEl Intendente de La Matanza atestó el Partido de La Costa con su nombre. Pegado a Scioli, lanzó en las calles su precandidatura a gobernador. En La Matanza dejó una promesa, pero le cayeron algunas renuncias y todavía no hay unidad.

Por Claudio Kappeler

ckappeler@periodicosic.com.ar

A la ya conocida ola naranja que Daniel Scioli instaló en la costa atlántica con la mirada puesta en el cercano horizonte llamado agosto, el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, le sumó su propia ola, la azul, esa que cientos de militantes se encargaron de dispersar por todos los balnearios instalando la idea de conseguir la gobernación de la provincia de Buenos Aires.

La campaña de Fernando Espinoza no parece pensada, no parece diseñada, más bien se asemeja a una acumulación de voluntades, algunas genuinas y positivas, otras simplemente oportunistas. El año último terminó con dos capítulos que marcaron lo que sería este 2015. Por un lado, se hizo la presentación del libro biográfico de Fernando Espinoza, escrito por Any Ventura, y por el otro, el jefe comunal buscó tranquilizar la tribuna en su distrito prometiendo discutir a su sucesor/a.

Desde aquel momento, Espinoza se pegó a Daniel Scioli y apareció en cuanto evento estuvo el Gobernador. Ya no parecen haber dudas de que el Intendente tiene posibilidades ciertas de ser precandidato en las PASO y no ir colgado como vice de ningún otro apellido.

Espinoza tiene razones de sobra para pretender un lugar de preponderancia: Gobierna el Distrito desde 1999 (primero junto a Alberto Balestrini) y no perdió una sola elección desde aquel entonces, de hecho ganó hasta las pujas que fueron adversas para el kirchnerismo en 2009 y 2013. El hombre fuerte del Conurbano quiere que le paguen tanta lealtad y tantos buenos resultados en las urnas. Por eso, el año último insinuó su precandidatura y en enero la lanzó a las calles. Ahora falta saber si tendrá competidor directo en las PASO.

A favor

Que Daniel Scioli lo acepte a su lado durante la campaña veraniega es la mejor noticia que Espinoza pudiera tener. No se vio a otro potencial precandidato con tal magnitud de exposición al lado del Gobernador.

Por otro lado, la mayor carta de presentación del jefe comunal es justamente ser intendente de La Matanza, un distrito con dos millones de habitantes que históricamente le es fiel al peronismo y garantiza un probable triunfo en la provincia de Buenos Aires.

Además, el no haber sido primer candidato a diputado en 2013 terminó siendo un beneficio para el sucesor de Balestrini. Ahora tiene motivos de sobra para reclamar y sacar chapa de ganador nato en su tierra.

Tampoco es un dato menor la actitud que Fernando Espinoza tuvo, sobre todo, en los últimos años y meses. Mostró lealtad en los peores momentos y no titubeó a la hora de marcar posición. A esta altura, eso también debería pagarse.

En contra

“No mide en ninguna encuesta”, se escucha decir a los detractores, aunque ese sería un tema solucionable dándole mayor visibilidad y un candidato con arrastre. Igual de cierto es que esa visibilidad debe ser pensada de manera estratégica, cosa de la que se carece hasta ahora.

Los que manejan la comunicación de Fernando Espinoza parecen los representantes de una incipiente vedette que toma carrera. Lo relacionan con la farándula, pagan para que se lo vea en cualquier programa -no importa si es de chimentos-  y sólo les falta el empujoncito de algún escándalo mediático y/o relacionarlo con alguien del medio.

En ese rumbo fue el trabajo que se realizó con su biografía. El libro tuvo un costo demasiado alto para los resultados a la vista. ¿O acaso Tristán, Nazarena Vélez y demás especímenes de la farándula le generarán votos al peronismo? Ese libro recuerda aquella campaña de 2013 cuando se habló de Antamaz, el anagrama que invitaba a vivir en un supuesto distrito soñado llamado La Matanza. Los resultados también estuvieron a la vista: el candidato del Gobierno fue Martín Insaurralde y no Fernando Espinoza.

Trapitos Sucios

A este lado B de la campaña de Espinoza hay que sumarle el desgaste que se viene generando en el seno del peronismo de La Matanza. Desde el año último hay descontentos, choques, idas y vueltas de funcionarios y dirigentes varios.

Se fue Manuel Fresco y aunque no se trate de la pérdida de un baluarte, el PJ y la oposición toman nota de cualquier implosión. También dejó el barco Herminio Bayón, hombre fuerte del Frepaso en el ’99 a cargo hasta ahora de la Secretaría de Obras Públicas comunal, seguido en su decisión por el subsecretario del área Omar Lacoste. Otro que renunció fue el exconcejal Jorge “Catola” Rego que desde hace varios meses viene trabajando en la campaña del massista Alfredo González.

A esto hay que agregarle el escrito que se conoció cuando decenas de agrupaciones peronistas se unieron para intentar ponerle un freno a la decisión de Espinoza de colocar a Verónica Magario como su sucesora de prepo.

Antes de finalizar el año, el Intendente local fue al Consejo de Partido del PJ y buscó romper esa teoría: “Tenemos varios compañeros y compañeras que están capacitados para ser candidato en el 2015 si yo me voy”, dijo y anticipó que “ese candidato va salir del consenso de ustedes, los militantes que trabajan todos los días en los barrios”.

La frase calmó los ánimos al menos hacia afuera, fue como renovar el plazo fijo. Claro que no hay ya demasiado tiempo para el consenso del que habló Espinoza. La estrategia parece enmarcarse en obligar a la dirigencia a acompañarlo como precandidato a gobernador porque ¿quién se iría faltando apenas unos meses para tremenda elección? La candidata a sucederlo, en tanto, parece seguir siendo la misma que era.

Son varios los puntos a solucionar por parte del Intendente: su estrategia de comunicación no tiene estrategia, la oposición le copó publicitariamente el Distrito y tiene que mostrar tranquilidad real dentro de su Partido en su distrito. Lo demás puede venir sólo, con aires de renovación para La Matanza, o pueden ser  un tsunami de cambios inesperados.

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