Empieza a definirse el panorama bonaerense y Fernando  Espinoza se juega todas las fichas

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La  reaparición de Martín Insaurralde vuelve a poner en jaque a los que quieren pelear por la gobernación. Fernando Espinoza, hasta ahora el único aspirante con apoyo de Daniel Scioli, ve otra vez en riesgo su objetivo. En La Matanza temen perder el distrito y se volvió a especular con ir por una re-reelección por la intendencia.

Por Claudio Kappeler

ckappeler@periodicosic.com.ar

Cuando recién se instalaba la idea de empujar a Fernando Espinoza hacia una precandidatura por la gobernación bonaerense, en La Matanza se especulaba con que no era más que una timba, una suerte de apuesta fuerte que cerraría -una vez finalizadas las negociaciones- cuando le diesen como mínimo la vicegobernación. Hoy el panorama cambió y desde las filas del Intendente dicen que irá por todo. Claro que de esta manera pone en riesgo su continuidad en el Distrito, ya que no tiene ningún candidato que le asegure el triunfo.

No por nada el 2014 terminó con un oficialismo convulsionado en el que no había bozales a la hora de criticar la soberbia desparramada por Fernando Espinoza y su intento de sucesión, la diputada Verónica Magario.

Parecía que se iban todos, que colocaban en el podio un nuevo candidato, que llegaba el final de un ciclo al frente de la intendencia de La Matanza. El ánimo se calmó un poco en el verano, aunque algunos que prometieron irse dicen que ya no forman parte de la gestión.

Sumergido en su candidatura por el gobierno de la provincia de Buenos Aires, Fernando Espinoza desplegó una millonaria campaña que contempló la instalación de su nombre en todo el territorio de la Costa Atlántica, publicidad en los torneos de fútbol del verano (por la cadena internacional Fox) y un libro escrito por la periodista Any Ventura, que contó con chivos en radio y televisión.

A pesar de ya haberse lanzado, el Intendente carga con un dilema que todavía no puede resolver: si se va corre el riesgo de perder el Gobierno local, si se queda sería una cuasi derrota anticipada, como esa que lo dejó afuera de la lista de diputados en 2013, cuando pulseó con Martín Insaurralde. Ocurre que en el Distrito no se instaló la imagen de ningún candidato que pueda sucederlo. El deseo de Espinoza se llama Verónica Magario, pero la diputada no es conocida en el Distrito y, peor aún, el peronismo clásico no la ve con buenos ojos y prefiere que sea Espinoza el que vuelva a pelear la intendencia.

Hace poco más de una semana corrió fuerte el rumor que lo colocó al intendente otra vez como candidato local. En ese caso, se advirtió que Magario podría ir otra vez como primera concejal para intentar la sucesión cuatro años adelante, mientras que el senador Daniel Barrera intentaría renovar su banca y la concejal María Laura Ramírez formaría parte de la nómina de candidatos a diputados. Todo se dio cuando el gobernador Daniel Scioli se mostró con Martín Insaurralde, hombre fuerte que puede pelear la gobernación. Además del hombre de Lomas de Zamora. Otros nombres que suenan para hacer pie en la provincia son Diego Bossio y Julián Domínguez.

Días atrás, el intendente Fernando Espinoza afirmó: “La Tercera es la sección que define las elecciones en la provincia de Buenos Aires junto a la Primera, y hasta ahora es la sección electoral invencible para el peronismo, nunca perdimos una elección en la Tercera, ni ejecutiva ni legislativa”. De esta manera, Espinoza metió presión desde un sección electoral clave, empero no se autoproclamó candidato a nada.

En una reunión con sus pares de este lado de la provincia de Buenos Aires, el jefe del PJ bonaerense recordó: “Como es lógico en un año electoral, en la Tercera Sección determinamos cómo vamos a actuar de cara a la contienda. Obviamente, que nuestro accionar en conjunto y la decisión de ir en unidad fue tomada aproximadamente un mes y medio atrás”.

En La Plata hay quienes aseguran que ni el propio gobernador Daniel Scioli se anima a pedirle a Fernando Espinoza que decline su postulación. Eso que acá genera la mayor presión del peronismo oficialista, allá en la gobernación se dice en voz baja y en mesas chicas.

En el distrito se espera mientras tanto una definición regional sobre el candidato a la intendencia, tema que seguirá generando empujones y fugas de dirigentes. El jefe comunal debe saber que el tiempo puede dilatarse, pero llega un punto en el que es él quien manda, momento en el que lo que no se hizo ya no puede hacerse. De eso algo sabía Alberto Balestrini, el último que logró juntar a todos los bichos de La Matanza haciendo que piensen que formaban parte de una misma especie.

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