Pidió que sea un «lugar para el progreso». Instó a que los obispos «se abran y dejen de lado sus prejuicios» y aseguró que el encuentro de los prelados «no es un parlamento donde hay que ponerse de acuerdo».
El papa Francisco afirmó que el Sínodo de los obispos, que desde este lunes se reunirá para debatir sobre temas relacionados con la familia, «no es un parlamento donde hay que negociar, pactar o llegar a compromisos«.
Francisco hizo esta afirmación en el discurso de apertura de los trabajos de la asamblea en el Aula del Sínodo ante los 270 padres sinodales, los que tendrán derecho al voto, y unos 90 entre expertos y auditores.
«Os quiero recordar que el Sínodo no es un convenio o un parlamento donde hay que llegar a ponerse de acuerdo. El Sínodo es una expresión eclesial, es la Iglesia que camina, para leer la realidad con los ojos de la fe y los ojos de Dios», añadió.