Unos 80 trabajadores resisten en la planta de la fábrica de piezas y accesorios para vehículos, que está tomada desde hace un mes. Los empleados denuncian el vaciamiento de la ex Prestolite y piden la intervención del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) y de la Secretaría de Producción de La Matanza.
La Cooperativa de Trabajo Indiel de Lomas del Mirador se encuentra en estado crítico, ya que a los problemas internos que venían atravesando que provocó la toma de la fábrica de motores de arranque, piezas y accesorios para vehículos, se suma que por una deuda de 160 mil pesos, Edenor les cortó el suministro eléctrico.
La exPretolite viene atravesando conflictos internos y una fuerte disputa con la Comisión Directiva de la cooperativa que se conformó en 2012 y fue declarada de interés municipal por el Concejo Deliberante en 2014. En la actualidad, su continuidad está en duda.
“La verdad es que estamos muy mal y no sabemos cuanto más se podrá resistir”, dijo Carlos Dorado, delegado de los trabajadores de Indiel. Son unos 80 empleados los que aún permanecen en la planta a la espera de una solución. Durante los últimos días de mayo, los trabajadores se propusieron volver a producir.
Según habían contado a través de un comunicado, hubo un “intento de la Comisión Directiva de liquidar la empresa”. Sin embargo, los trabajadores decidieron redoblar la apuesta en la producción.
El objetivo era “volver a producir y reparar los arranques y alternadores Indiel con la misma calidad de siempre y con trabajo 100% argentino. Nuestro objetivo es defender los puestos de trabajo y continuar en la búsqueda de una solución para que la Cooperativa sea de todos los trabajadores”.
Para ello, desde la cooperativa convocaron “a todos los repuesteros del rubro a que nos contacten para comprar nuestros productos de forma directa y también a los talleristas y particulares a traer a nuestra fábrica sus alternadores y arranques, pero también todo tipo de trabajos para tornos, centros a CNC y balancines”.
En el contexto de una fuerte crisis económica y de baja en el consumo, los trabajadores señalaron: “Sabemos que es difícil, pero queremos volver a poner de pie esta histórica fábrica, un símbolo de la industria nacional automotriz”.
En tanto que la situación se complicó más cuando la empresa Edenor se acercó a la planta ubicada en Avenida San Martín 4205 y cortaron el suministro eléctrico por una deuda de 160 mil pesos, cifra acumulada en dos meses. “Más allá de los problemas que ya tenemos, los aumentos en las tarifas nos afectarían muchísimo”, advirtió Carlos Dorado, quien además manifestó que “los miembros de la comisión directiva no aparecen desde hace más de un mes” y no se responsabilizan por la deuda tanto de la luz como los de otra índole.
Los miembros de la cooperativa acusan a la comisión directiva de generar estas deudas deliberadamente y buscarían así el “vaciamiento de la fábrica”. De hecho, el último balance se presentó en el año 2014. El conflicto estalló cuando “un grupo de 83 trabajadores, quienes son, mayormente, los que realizan la producción en las máquinas, consideraron que no hay transparencia en la gestión de la planta y fueron suspendidos y sumariados”, habían explicado desde la cooperativa a través de un comunicado.
Con el inicio de la toma por parte de los trabajadores suspendidos y sumariados, también comenzó el pedido de intervención del INAES, pero aún no obtuvieron respuestas. La situación de los miembros de la cooperativa se agrava día a día y desde el 31 de mayo, no tienen más cobertura médica porque caducó y no fue renovada.
De esta manera, nos quedamos afuera del mercado, sin poder producir. Nuestro objetivo es preservar las fuentes de trabajo, no nos queda más que esperar y resistir acá”, se lamentó Dorado.
Indiel no puede desaparecer
En enero de 2012, los gerenciadores extranjeros de Prestolite Indiel declararon la quiebra y abandonaron la compañía. Fueron los propios trabajadores los que comenzaron una cruzada para preservar las fuentes de empleo y propusieron continuar como una cooperativa de trabajo.
De esa manera, Indiel fue recuperada y comenzó a ser gestionada por sus trabajadores. Sin embargo, los problemas internos y una gestión deficiente de la Comisión Directiva a cargo, llevaron a la fábrica al borde del abismo.
“De ahora en más queremos seguir presentando notas al INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) como ya lo venimos haciendo. Es el ente que regula las cooperativas a nivel nacional para que se vuelva a elegir una nueva comisión directiva y poder así seguir trabajando porque es lo único que queremos hacer, seguir manteniendo las fuentes de trabajo para nuestras familias y ver la forma de pedirle al municipio de que nos dé o una prórroga por el tema de la luz o una tarifa mínima subsidiada”, señaló Rubén Cena, trabajador de Indiel.
En ese sentido, agregó: “Lo importante es que queremos mantener las fuentes de trabajo porque trabajo para hacer hay, por que la fábrica es una mina de oro y tranquilamente podemos ponerla a producir y volver a ser lo que en su momento fue Prestolite”.