El Centro Cultural se abrió hace tres años y allí se realizan diversas actividades, algunas con aranceles bajos y otras gratuitas. Forman parte de La Conu, un movimiento que une a espacios culturales de la Provincia, con el objetivo de “romper los circuitos que provienen desde Capital Federal, obviando los hechos culturales que pasan en la provincia de Buenos Aires y que no tienen difusión.
Gravedad Cero es un espacio cultural y escuela de circo que comenzó a funcionar en Gregorio de Laferrere hace tres años, como iniciativa de un grupo de amigos. En la actualidad, se llevan a cabo actividades aranceladas, a bajo costo, y otras gratuitas. “Este es un espacio abierto, en el que además se tomar una clase, los chicos pueden estar y generar lindos vínculos”, contó Lucia Arias, una de las fundadoras y encargadas del lugar.
El espacio cultural ofrece clases de actividades circenses y artes visuales, las cuales son aranceladas, pero a bajo costo. En el mismo lugar, a través de la agrupación Proyecto Popular se ofrece un taller de guitarra y apoyo escolar gratuito, además de un bolsón económico de precios cuidados.
“Además, si bien acá no funcionamos como biblioteca popular, tenemos libros que los chicos se pueden llevar y devolver cuando los terminen de leer, sin ningún costo”, añadió Lucía, estudiante de la carrera de Artes Visuales en la Escuela de Arte Leopoldo Marechal de Isidro Casanova.
Además de sus actividades, Gravedad Cero forma parte de La Conu, un movimiento que busca unir a los centros culturales, bibliotecas populares y otras organizaciones, en busca de “nuevas formas de organización que no reproduzcan modelos centralistas y estériles”. Además, el objetivo es generar puntos de encuentro, que se realizan periódicamente en distintos puntos del Conurbano. El 4 de septiembre, la asamblea tuvo lugar en Gravedad Cero, espacio que es embajada de La Conu en La Matanza.
“Del encuentro participaron centros culturales de La Matanza y de otros Distritos. El objetivo de las asambleas es afianzar lazos, conocerse, plantear propuestas y compartir inquietudes. Uno de los puntos que se charló fue empezar a generar acciones para luchar por la ley de centro culturales y también hacer una agenda en común, para no ‘pisarnos’ con los eventos que realicemos”, explicó Lucia.
Además, Lucia contó que el espacio surgió con el objetivo de “empezar a romper con los circuitos culturales que provienen desde Capital, obviando los hechos culturales que pasan en la provincia de Buenos Aires y que no tienen difusión”.
“La Conu promueve el reconocimiento de la identidad aglomerada y el trazado de un nuevo mapa de relaciones culturales para fomentar la lucha contra el aislamiento periférico. La Conu lucha por democratizar la visibilidad, como reivindicación irrenunciable de los pueblos conurbanos”, reza en la autodefinición del movimiento cultural.
Para la joven estudiante de Artes Plásticas de la Escuela de Arte Leopoldo Marechal, la característica general de los diversos espacios culturales del Distrito es la auto gestión, con la fundamental participación de la comunidad. En tanto que “cada lugar tiene su particularidad, hay bibliotecas populares que se conectan con los vecinos desde ese lugar, y otros en los que, por ejemplo se da apoyo escolar o talleres de artes plásticas”.
A la hora de hablar de las dificultades, el problema siempre suele ser el económico. “Se hace difícil, el pago del alquiler siempre es un tema. La realidad es que éste es también mi trabajo y entonces cuando llega fin de mes, nos damos cuenta que tendríamos que deberíamos subir el precio de las clases, pero de esa manera se complicaría a los alumnos”, lamentó.
En el mismo sentido, la joven agregó: “La permanencia de estos espacios es fundamental, sobre todo ahora que, muchas familias que contaban con el dinero para mandar a sus hijos a hacer deportes u otras actividades recreativas y culturales, ahora no lo tienen debido a todos con los aumentos que hay, y lo primero que se recorta son esos gastos.
Además, ante la falta de recursos, mejoras las condiciones del espacio también se hace difícil. “El único problema siempre es el económico, porque se generan buenos grupos, siempre dispuestos a colaborar y la devolución que recibimos de los vecinos es la mejor”, agregó.
Falta de oportunidades
Desde Gravedad Cero destacaron la necesidad de políticas públicas que protejan y fomenten el trabajo que se lleva a cabo en los diversos espacios culturales del Conurbano, para poder llegar a jóvenes en situación de vulnerabilidad y acercarles algo diferente.
“Todo se reduce a la falta de oportunidades. Nosotros queremos brindar cosas que sean accesibles, pero a su vez no tenemos la posibilidad, y tenemos que cobrar y aunque sea poco, hay chicos que se pierden de esto”, explicó Lucía Arias.
En esa línea, la joven agregó: “Faltan políticas públicas que alcancen a estos jóvenes para que puedan adquirir otras herramientas para no estar en la calle, o estar pero con otras herramientas, que encuentren algo que les guste hacer, que el Estado brinde esas herramientas a través de políticas que puedan canalizarse en los centros culturales”.