Desde que gobierna La Matanza, el oficialismo nunca perdió la mayoría en el órgano legislativo. Sólo en el período 2009-2013 la oposición logró complicarlo. El escenario, ahora, vuelve a ser positivo para los de Fernando Espinoza.
Por Claudio Kappeler
En 2010 el Concejo Deliberante de La Matanza se convulsionó luego de muchos años de letargo. Fue cuando el Gobierno de Fernando Espinoza envió el proyecto para la puesta en marcha del CARE, un organismo que supuestamente vendría a reparar el daño realizado por la CEAMSE en González Catán bajo innovadores métodos de reciclado de residuos. Había pasado un año de las elecciones legislativas y la oposición tenía mayor terreno para hacer fuerza. El radicalismo, Libres del Sur y el llamado peronismo disidente se oponían a la iniciativa. Fueron momentos de negociaciones de todo tipo que incluyeron denuncias mediáticas y traiciones. Unas horas antes de la votación definitiva -la sesión debió suspenderse en el primer encuentro-, un concejal del sector de Julio Ledesma inclinó la balanza y así el oficialismo consiguió las dos terceras partes necesarias para imponerse.
Este periodista toma el CARE como punto de referencia porque nada pasó antes ni después de ese suceso. La asunción de Alberto Balestrini y su gestión hasta 2005 lo encontraron con un cuerpo legislativo sumiso incluso el radicalismo lo acompañó. Similares circunstancias vivió Fernando Espinoza en sus dos períodos y medio en la intendencia y hoy es el turno de Verónica Magario donde se observa al Frente Renovador apoyando su gestión desde lo legislativo con apenas un poco de pirotecnia humedecida que se trasluce en algunos medios de comunicación para intentar parecerse a una oposición. Lo propio hace la gente del PRO, sin ideas, sin trabajo legislativo, apenas un mínimo ruido que no encuentra siquiera su propio eco. Hay que decir que la UCR, con Espinoza como intendente, también cumplió tareas de edecán con el hoy supuesto opositor Manuel Atencio como concejal.
Desde que Magario ocupa el primer lugar en el esquema ejecutivo el rol del cuerpo legislativo se encuentra cuasi desdibujado. Bajo el mando de un insulso Ángel Aisa, el CD no trató desde 2015 ningún proyecto de relevancia, nada que haga a un cambio sustancial en beneficio del Distrito. Se presume que se trata de una decisión premeditada desde el Gobierno: Qué mejor que un presidente que no decida en un organismo que es comandado por control remoto a 150 metros de distancia.
Sin posibilidad de temblores en el recinto, desde el oficialismo no hay mucho para hacer de cara a las elecciones de agosto y octubre próximos. De hecho hasta podría decirse que todo el esfuerzo estará puesto en hacer valer los nombres de Fernando Espinoza como tercer candidato a diputado nacional y María Laura Ramírez encabezando la nómina de legisladores provinciales, como el movimiento ajedrecístico que será una bocanada de aire para La Matanza.
A pesar de haber ganado hace dos años, en el Distrito se saboreó como derrota lo que le ocurrió a Espinoza y hoy es revancha esperada, por eso los cañones apuntan en esa dirección.
¿No importa entonces lo que ocurra en el Concejo Deliberante? Importa y mucho, pero una cosa lleva a la otra en efecto dominó. Si se obtiene un triunfo aplastante en el Distrito el oficialismo revalidará nombres hacia afuera y será obvia la mayoría en el cuerpo legislativo.
“Mi único afán es trabajar más que nunca para que toda mi gente entre y podamos meter seis concejales”, dijo desde el Frente Renovador Julio Rubén Ledesma. En este marco, se imponen dos apreciaciones: el referente de Sergio Massa quedó relegado a un quinto lugar en la lista de candidatos a diputados provinciales y es probable que no ingrese, mientras que la llegada de más ediles de esa fuerza al Concejo Deliberante no inquieta al oficialismo porque se trata de enemigos íntimos.
Por el lado de Cambiemos, se sabe que el Gobierno Nacional ya ordenó aglutinar todo el trabajo de campaña en el primer cordón de La Matanza, la única franja donde existe alguna posibilidad de caudal de votos. En este contexto, las posibilidades de la gente de Mauricio Macri son ínfimas y más aún si se tiene en cuenta que la lista de concejales es encabezada por Miguel Saredi, un saltarín que estuvo del lado de cualquier gobierno de turno y al que se le conoce buena relación con el Municipio.
No tienen entonces Fernando Espinoza y Verónica Magario motivos de preocupación cuando del Concejo Deliberante se habla. La mayoría seguirá asegurada después del 10 de diciembre próximo. El rol de la oposición, por lo pronto, sigue siendo tibio, cercano a frío.
SE VAN
Frente Para la Victoria
Jorge Gómez (suplente que ingresó por Fernando Espinoza), María Del Carmen Cardo de Balestrini, Ricardo Rolleri, Miguel Bampini, Jorge Butera (suplente que ingresó por Eva Jorge), Pedro Ramírez y Victoria Saglimbeni
Frente Renovador
Fernando Asencio, Ariel Martínez, Laura Piperno, Abrahan “Toto” Delgado y María Isabel Barreto (actualmente en Cambiemos los dos últimos)
SE QUEDAN
Frente para la Victoria
Angel Aisa, Mónica Noguer, Jorge Blanco, Adrián Pagani, Fabián Arias Pereyra y Marcelo Haljan (suplente que ingresó por María Laura Ramírez).
Cambiemos
Miguel Calvete (suplente que ingreso por Rodrigo Lasalle), Miguel Racanelli, Mirta Redes
Frente Renovador
Daniel Novoa, Héctor Mantello y Natalia Ybalo (esta última se cambió de bloque y pasó al de Cambiemos)