Elías Pereyra, la joven promesa de San Lorenzo que le ganó la leucemia

Comenzó su camino en ese club a los 8 años, pero a los 13 su vida dio un vuelco inesperado. Lo que parecía ser paperas, terminó siendo un cáncer que lo alejo de su pasión por dos años. Una vez conocido el diagnóstico, lo primero que preguntó fue si podía seguir jugando a la pelota. A poco de cumplir 18 años, el deportista esta cada vez más cerca de debutar en la Primera División del fútbol argentino. 

Con apenas 8 años, Elías tenía claro qué quería hacer con su vida: jugar al fútbol. Fue a esa edad que comenzó a recorrer el camino que hoy lo tiene muy cerca de debutar en la Primera División del Futbol argentino, vistiendo la camiseta de San Lorenzo de Almagro, club que le abrió las puertas  y que lo acompañó en la etapa más difícil de su vida.  Allí paso las categorías infantiles juveniles y llegó a la novena división, en ese momento le diagnostico la enfermedad.

Y es que la vida de este joven de  González Catán se interrumpió en 2012, cuando con 13 años, debió hacerle frente a una leucemia. El diagnóstico llegó luego de algunas semanas de malestar, en lo que creía era paperas. “Tenía ganglios, pensaban que era paparas, pero paso un mes y no mejoraba. Me sentía muy débil”, contó Elías.

Su mamá, Noemí, se dio cuenta de que algo andaba mal y llevó a su hijo al Hospital Garrahan. Allí, Elías atravesó interminables horas de quimioterapia. Allí, vio la peor cara de la vida; chicos como él y más pequeños aún, luchando por quedarse.

“En su momento me costó entenderlo, aunque no sabía realmente lo que era, pensaba que era algo que se pasaba en una o dos semanas. Ya al tiempo me fui enterando de que era algo grave”, recuerda Elías que con la inocencia de un nene de 13 años tenía que asumir que su vida había cambiado.

Para el deportista matancero, el diagnóstico fue “un balde de agua fría” que significó un cambio rotundo en su rutina. “De ir a entrenar todos los días, pase a ir todos los días al hospital para hacer quimioterapia. Fue muy duro”, recordó el joven que felizmente dice que “la leucemia quedó atrás definitivamente”.

Sin embargo, con el peor de los panoramas, Elías afrontó la dura enfermedad con optimismo y fe. “Trate de asumirlo de la mejor manera. Fueron momentos muy duros pero sabiendo que las cosas iban a mejorar”, señaló.

La parte más dura para él y su mamá era viajar desde su casa de González Catán hasta el hospital, en transporte público para recibir el tratamiento de quimioterapia y volver, casi sin fuerzas, a su hogar.

“Me sentía muy débil, no podía ni ir al colegio. Me sentía mal. Quería estar todo el tiempo acostado. No podía ni comer, no tenía hambre. Llegó un momento en que estaba flaco, no quería comer ni nada”, contó el deportista sobre los efectos del tratamiento.

Cuando la enfermedad entró a su vida, Elías jugaba en la novena San Lorenzo.

Una vez que el futbolista tuvo las cartas sobre la mesa, sólo realizó una pregunta “¿voy a poder jugar a la pelota?” De hecho, no le importaba que por el momento la respuesta sea negativa.  

Llegaba tarde a mi casa y me iba a jugar a la pelota. Mi vieja me cagaba a pedos porque no podía agitarme ni nada por la quimioterapia. De vez en cuando me escapaba con mis amigos. Me hacía re mal, el corazón me latía a mil porque estaba mal, pero jugaba igual. Siempre supe que iba a volver a jugar al fútbol”, reconoció Elías que en febrero de 2018 cumplirá 18 años.

Pero como si fuera poco, Elías se escapaba al patio del hospital junto a un amigo que conoció allí y atravesaba la misma enfermedad. Sin tener dimensión de lo perjudicial que era para sus estados de salud, los chicos jugaban a la pelota antes de hacer la quimio. “El médico decía que estábamos locos”, dijo entre risas.

 

Sin presiones, disfrutando el doble

 

Se sabe que la carrera de un futbolista profesional está llena de exigencias y presiones. Llegar no es fácil  y son muchos los que están en carrera. Pocos los que alcanzan el objetivo de jugar en primera. Pero Elías, vive de otra manera.

El joven recuerda los días en los que estaba bajo tratamiento médico para superar la leucemia. “Lloraba cuando estaba solo y  preguntaba ‘¿por qué mierda me pasa esto a mí si nunca hice nada malo?”, recordó.

Pero ante la adversidad que se le presentaba, Elías mantuvo su fe. “Desde chico me enseñaron a ir a la iglesia evangélica y me ayudo muchísimo. Si bien viene de la familia, me aferre mucho cuando paso lo de la enfermedad”, explicó. Hoy, la fe ocupa en su vida, un lugar primordial. “Siempre le pido a Dios que me proteja y le doy gracias. Dios para mi es todo”, aseguró.

Elías no sólo se curó de una gravísima enfermedad, sino que además continuó con su carrera deportiva. Hoy está muy cerca de lograr su máximo objetivo en lo profesional. Pero en su mente no hay presión.

“Por lo que pasé, juego sin presión, con la responsabilidad que tengo que tener, pero lo disfruto el doble.  La presión está en esa incertidumbre de no saber si vas a seguir viviendo”, aseveró un chico que solo quería jugar a la pelota cuando le tocó enfrentarse a la leucemia.

Tras dos años le dieron el alta de tratamiento, Elías obtuvo el alta, pero sólo para entrenar. Era cuestión de ir de a poco, viendo cómo reaccionaba su cuerpo, todavía débil por los efectos de la quimioterapia. Los resultados  fueron positivos y luego de 6 meses, llegó el alta para volver a jugar. En la actualidad, el joven de somete a estrictos controles anuales.

Sobre su vuelta a su pasión, Elías destaca el rol de San Lorenzo de Almagro. “Cuando volví al club estaba muy mal, flaco, débil por la quimio. Podrían haberme dicho ‘vos no estás apto para jugar’. Pero me dijeron que esté tranquilo, fui paso a paso y a los 6 meses volví a jugar”.

 

Jugar con tus ídolos

 

El club San Lorenzo de Almagro organizó una subasta para ayudar a la familia de Elías a costear el tratamiento. Pero el apoyo no fue sólo económico, sino que también recibió un fuerte empujón anímico. Leandro Romagnoli, una de los ídolos del club, lo visitó en el Hospital Garrahan regaló su camiseta, que hoy se encuentra en una de las paredes de  su casa. “No la toca nadie”, dice sobre su mayor tesoro.

Además, Pablo Migliore, ahora ex arquero del club, invitó a Elías a ser parte del precalentamiento del plantel en la previa de un  partido y en esa oportunidad le pateo un penal, que fue gol.

Con un excelente  rendimiento en la reserva, el 1 de septiembre de este año, Elías jugó en el equipo titular de la primera de San Lorenzo, durante un amistoso ante Independiente,  junto a sus ídolos, aquellos mismos que colaboraron con él y su familia cuando transitaba la enfermedad.

Si bien el debut no es oficial por tratarse de un amistoso, fue un paso más que lo acerca cada vez más a su objetivo.  El joven es titular en la reserva y fue convocado a la selección juvenil sub 20.  Durante las últimas fechas de las eliminatorias, el matancero entrenó junto al equipo de Sampaoli, junto  a Lionel  Messi.

“Mi objetivo es debutar en primera, tener mis primeros minutos oficiales, después lo que Dios quiera… lo que venga es seguir cumpliendo sueños. Quisiera mantenerse en primera y, porque no, pensar en jugar en Europa. Me pongo metas, pero no techo. Voy día a día, soñando”, dijo el deportista sobre sus deseos inmediatos.

 

 

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