Denuncian por estafa a los dueños de un corralón


Las victimas pagaron por materiales que nunca recibieron. Los propietarios del comercio declararon la quiebra y se dieron a la fuga. Los empleados del lugar se quedaron sin trabajo y con dos meses de sueldos adeudados.

Al menos 200 personas habrían sido estafadas por los dueños del corralón El Ombú de Isidro Casanova, quienes declararon la quiebra del comercio y se dieron a la fuga, mientras los clientes no recibieron materiales que ya habían abonado y los empleados se quedaron sin trabajo, con dos meses de salarios adeudados. Según el relato de los trabajadores, desde 2014 los dueños del comercio ubicado en la intersección de la Ruta Nacional N°3 y la calle Pekín, en la localidad de Isidro Casanova, no realizaban las cargas sociales ni abonaban la cuota sindical. Y durante las primeras semanas del 2018, comenzó un proceso de “vaciamiento” del corralón. Además, los empleados contaron que el número de operarios en el corralón El Ombú se fue reduciendo en los últimos años. Con el repentino cierre del comercio, una decena de trabajadores quedó en la calle. Los dueños del comercio, Ricardo Vázquez y su esposa, Liliana Crapa, abandonaron el comercio de manera repentina sin dar ningún tipo de aviso.

Los intentos por establecer una comunicación con ambos fueron en vano, ya que nunca contestaron los reiterados llamados que los empleados realizaron. También se hicieron presentes en la vivienda del matrimonio, pero no se encontraban allí. Los empleados realizaron una denuncia en el Ministerio de Trabajo local. Allí dejaron asentado que hubo un abandono por parte de los dueños de la empresa, mientras ellos decidieron permanecer en el lugar, cuidando sus puestos de trabajo, las herramientas y maquinarias. Mientras tanto, cientos de familias que habían realizado compras de materiales, aberturas, cerámicos, sanitarios, grifería, cañerías y todo lo necesario para la construcción, comenzaban a reclamar por el retraso en la entrega de los productos. “Compre materiales en el mes de noviembre y debían hacer la entregar en enero. En febrero, recibí sólo la mitad.

Hice un montón de reclamos, siempre me daban nuevas fechas de entrega y nunca cumplían”, contó Elena, quien obtuvo un crédito de la ANSES para llevar a cabo obras de ampliación en su casa. La misma situación afectó a su hija. “Ella vive en una casilla y tiene una nena discapacitada. Compró materiales y tampoco cumplieron”, contó la mujer. Ambas damnificadas viven en Pontevedra, en el vecino Partido de Merlo y llegaron a comprar a El Ombú por recomendaciones de conocidos. “Yo realicé la compra el 28 de octubre y por la gran demanda que tenían, me dijeron que la entrega se iba a realizar el 2 de febrero”, relató Alejandra, otra de las damnificadas. Los materiales no llegaban y la mujer comenzó a exigir una respuesta.

“Llamaba por teléfono y no atendían, iba a reclamar y siempre una excusa. Fue así hasta que les dije que si no me entregaban lo que compré, los iba a denunciar”. En un nuevo intento de obtener los materiales que ya había abonado, Alejandra se acercó junto a su esposo al corralón el 14 de abril. Allí supieron que los dueños habían presentado la quiebra y que se desconocía su paradero. “Había gente que también había ido a reclamar y se estaba llevando lo que podía. Ahí me enteré que éramos más de 280 damnificados”, contó la mujer, que accedió a un crédito también otorgado por ANSES y el corralón El Ombú, ya que era una de las opciones para efectuar la compra de materiales. En este caso, Alejandra no percibió el efectivo, sino una nota de crédito que presentó en el comercio.

Una estafa que duele

El relato es el mismo en los más de 200 clientes que fueron estafados. “Compré cosas para mi casa y nunca me llegó nada. Me dijeron que me lo iban a mandar un día, después otro y así hasta que fui a reclamar”. “Tenemos mucha demanda”, “se rompió en camión que realiza las entregas” o “hay un conflicto gremial”, eran las excusas para el incumplimiento de las entregas. Luego se establecía una nueva fecha en la que llegarían los materiales a destino, la cual tampoco se cumplía.

Ninguna de las victimas tuvo respuesta y se encontraron con el peor escenario cuando se acercaron a reclamar al corralón. Clientes llevándose desesperadamente lo que podían, porque los empleados les informaron que los dueños habían declarado la quiebra y que los materiales por los que habían pagado no iban a ser entregados. La mayoría de las familias que se ven afectadas por la estafa, realizó la compra de los materiales a través de créditos, por lo que en la actualidad, deben pagar las cuotas correspondientes a saldar las deudas que contrajeron, pero sin haber accedido a los productos que compraron y sin poder construir o mejorar sus viviendas. Según los testimonios recogidos existen préstamos de hasta 50 mil pesos que estaban depositados en la cuentas del corralón del Programa Pro.Cre.Ar. Una de las damnificadas es Perla Herrera, mamá de Enzo Sabatie, un nene de 7 años que se encuentra en internación domiciliaria conectado a un respirador artificial.

“Necesita una habitación con baño y equipada para sus cuidados diarios, que incluyen rehabilitación y terapias”, explicó la mujer que vive junto al pequeño en una humilde casa de Gregorio de Laferrere. “Desde el 2016 estamos tras el sueño de hacerle su piecita. En El Ombú, había dinero que se recaudo en una maratón solidaria, una donación anónima que pagó los materiales para el techo y también dinero que me dieron desde Nación (Ministerio de Desarrollo Social) en 2017”, relató Perla. Desde los primeros eventos solidarios, Perla se manejó con el corralón El Ombú. “Logramos hacer parte del contrapiso, las bases y las columnas. Estábamos a punto de hacer la carga del techo de losa, cuando ocurrió todo esto”, explicó la mamá del pequeño. Tanto clientes como trabajadores realizaron una denuncia en la fiscalía Nº3 de San Justo. “El 21 de abril me presenté como damnificada y me tomaron declaración. Me explicaron que están recogiendo los testimonios y evaluando los diversos casos. Todavía no hay señales de que esta persona quiera arreglar o qué tipo de compensación pueda brindar”, señaló la mujer.

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