Así lo manifestó Sasha Sacayán, hermano de la activista matancera por los derechos de la comunidad travesti trans, tras conocerse la sentencia por su asesinato ocurrido en octubre de 2015. Por primera vez, se introdujo la figura de travesticidio y el autor del hecho fue condenado a prisión perpetua.
“Mucho antes de cualquier ley, Diana ya generaba políticas necesarias para nuestras compañeras”, dice Sacha Sacayán, hermano de la activista matancera por los derechos de personas travesti trans, que fue brutalmente asesinada en octubre de 2015 en su departamento de Flores. Y es que Amancay Diana Sacayán, “trava, sudaca y originaria”, como ella se definía, construyo su figura política durante 20 años, durante los cuales se puso al frente de la lucha por mejorar la calidad de vida del colectivo travesti trans y la adquisición de derechos negados históricamente. “Diana se va de este mundo dejando un derecho más para el colectivo travesti trans, en ese sentido, es reparador”, dijo su hermano.
El proceso judicial por su asesinato, se convirtió en un hito histórico. Por primera vez, se introdujo el término “travesticidio”, para determinar un homicidio marcado por el “odio a la identidad de género” y mediando violencia de género. El 25 de junio, Davis Marino, acusado de asesinar a Diana Sacayán, fue condenado a cadena perpetua. Tras 12 audiencias y de manera unánime, los miembros del Tribunal Oral 4 de la Ciudad de Buenos Aires, los jueces Adolfo Calvete, Ivana Bloch y Julio César Báez, no solo aceptaron por primera vez la figura de travesticidio, sino que además en el fallo se reconoce la figura de Diana como defensora de derechos humanos. La sentencia por el crimen de la activista, no solo es inédito a nivel nacional, sino que es histórico a escala internacional. “La Justicia nunca se ha pronunciado de esta manera sobre la muerte de personas trans, ni acá, ni en ningún lugar del mundo”, destacó Sacha. Sin embargo aclaró: “sí en todo el mundo las muertes tienen las mismas características: el grado de violencia, la multiplicidad de lesiones y las características en los puntos de ataque”.
Diana fue brutalmente atacada por Marino, con quien mantenía un reciente vinculo sentimental, de 13 puñaladas. El hombre, de 25 años, fue detenido días después del crimen tras haber sido identificado en las grabaciones de las cámaras de seguridad del edificio donde vivía Sacayán. El hombre se encuentra alojado en el Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza, donde tendrá que cumplir 35 años de prisión efectiva, antes de de solicitar algún tipo de beneficio. Con 39 años, había logrado convertirse en una de las activistas más importantes que lucho incansablemente por los derechos del colectivo travesti y trans. Su militancia, la llevó a fundar el Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (M.A.L). Además, se desempeñó como secretaria alterna de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex para América Latina y el Caribe (ILGALAC) y fue parte del área de Diversidad Sexual en INADI. El 6 de julio, la familia pudo acceder a los fundmaentos de la condena. “Hoy es un día histórico para la comunidad travesti trans a nivel mundial. Nos comunicaron los fundamentos de la sentencia por el asesinato de Diana y el tribunal dijo expresamente en su argumentación del fallo que el crimen de Diana FUE UN TRAVESTICIDIO y también reconoce la figura de Diana como Defensora de derechos humanos. Por primera vez en la historia, la Justicia se refiere a las muertes de nuestras compañeras travestis y trans como debe ser”, manifestaron desde M.A.L a través de un comunicado. En el escrito, además señalaron que “este es el resultado de un enorme trabajo que hicimos durante más de dos años y medio y es el mejor homenaje que podemos hacerle a Diana”.
Las luchas que quedan
Si bien la sentencia en el juicio por el crimen de Diana Sacayán marca un precedente, aun queda un largo camino, teniendo en cuenta que no todos los asesinatos de personas trans tiene en el mismo alcance que el caso de la activista matancera. “Ahora depende del trabajo de cada querella, de cada familia que pueda pelear desde este caso. Esta sentencia permite abrir una nueva posibilidad. El tratamiento que tuvieron con este caso, deben tenerlo con todos los demás”, dijo Sacha. En el mismo sentido, agregó: “En términos jurídicos, ya está. Ahora todos deben apropiarse. Este es solo un tribunal, 3 personas, pero sabemos que en otros lugares, que son más cerrados querrán seguir sosteniendo esa mirada estigmatizante y criminalizante sobre los cuerpos travestis y trans. Hay mucha por hacer, pero tenemos donde pararnos”. A pesar del dolor por la pérdida de su hermana, Sacha se mostró satisfecho con el camino recorrido en búsqueda de Justicia. “Creo que estuvimos a la altura de las circunstancias, como ella lo hubiera hecho”.
Con el proceso judicial finalizado, queda seguir adelante con las luchas pendientes. Una de las principales banderas, es la aplicación de la Ley de Cupo Laboral Trans, aprobada en septiembre de 2015, un mes antes del asesinato de Diana. Aprobada pero no reglamentada, falta la firma de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal. Para Sacha, la normativa no se lleva a la práctica “por una decisión política que habla de las practicas de este gobierno, que no aplica nuestras leyes, pero si saca protocolos de detención para nosotras”, lanzó. En el mismo sentido, Sacha agregó: “eso habla de lo que quieren hacer; encerrarnos, matarnos, cercenarnos, no darnos políticas públicas para mejorar nuestra calidad de vida”. Sin embargo, Sacayán destacó: “la ley va haciendo su camino y hay municipios que van adhiriendo, incorporando a compañeras a puestos de trabajo, eso es un avance inmenso”. Desde el colectivo travesti trans luchan también, para que la Ley tenga alcance Nacional.
A la Ley de Cupo Laboral Trans, se suma la Ley Reconocer es Reparar, presentada en el Senado de la Nación de la Argentina en noviembre de 2017 y que busca resarcir con una pensión graciable a aquellas personas travestis y trans mayores de 40 años que fueron violentadas, tanto por aplicación de los edictos policiales como cualquier otro acto vejatorio de las fuerzas de seguridad. Sacha calificó el trabajo llevado a cabo por su hermana como “histórico en el territorio” y remarcó que Diana alentaba a sus pares “a exponerse, salir a la sociedad y ocupar esos espacios, porque somos parte de la sociedad”. En octubre próximo, se cumplirán 3 años de la muerte de Amancay. “Es una pérdida irreparable, no podemos imaginarnos sin Diana. Pero nos dejo un camino, un legado que tenemos que mantener”.