Se desinfla la utopía de ganar La Matanza para Cambiemos


Las dos últimas elecciones generaron esperanza en el Partido de Mauricio Macri. De hecho ya se disputaban quién sería el candidato a intendente. Las políticas económicas hicieron que La Matanza sea una de las zonas donde más se nota la brecha entre macrismo y peronismo en cuanto a intención de votos.

Mauricio Macri nunca pudo desembarcar de lleno en La Matanza, nunca pudo hacer pie, como se dice en política. El referente del hoy Presidente fue siempre el abogado Miguel Racanelli, conocido como el hombre que se encarga de defender policías acusados de asesinatos o apremios ilegales. De su mano, el PRO no gano un sólo casillero en ninguna de las elecciones en las que se presentó.

El año 2007 le dio a Macri una luz de esperanza en el distrito. Su alianza con Francisco De Narváez le permitió unir fuerzas con sectores del peronismo no oficialista de La Matanza y de esa manera se hicieron de dos bancas en el Concejo Deliberante. Pero los concejales electos no eran propios, respondían al gremialista Julio Rubén Ledesma y no pasó mucho tiempo para que perdieran el camuflaje. En 2015 la cosa fue distinta. El arrastre de Cambiemos a nivel nacional y una elección que sorprendió a propios y extraños posibilitó el ingreso de tres concejales. Algunos laureles fueron para el dirigente Miguel Saredi, encargado de poner la cara como candidato a intendente en una elección en las que no se sabía qué podía pasar. En esa compulsa también ingresó como edil un devaluado Miguel Racanelli. Llegaron entonces las primeras medidas económicas de un Gobierno que ya daba muestras de no empatizar con la clase trabajadora. Aumentos desmedidos de tarifas y primeros expulsados del sistema laboral eran dos datos de la realidad que hacían prever una mala elección para Cambiemos en La Matanza. Sin embargo, la sorpresa fue aún mayor que en 2015 ya que cuatro fueron los nuevos concejales que ingresaron por parte del Gobierno nacional.

Un bloque de siete ediles no era poca cosa para la gente del Partido amarillo. La sensación de triunfo se hizo sentir teniendo en cuenta la coyuntura y el territorio del que se estaba hablando. Entonces se terminaron las especulaciones en torno a la idea de dividir el distrito y desde el Gobierno -o hacia adentro del mismo- se instaló una fuerte convicción: podían ganar La Matanza en una elección general. Desde entonces pusieron la mirada en 2019 y ni Racanelli ni Saredi, los dos supuestos perros fieles, fueron parte de las especulaciones en cuanto a candidaturas se refería. Apareció la figura del ministro de Educación Alejandro Finocchiaro como el candidato elegido por la gobernadora María Eugenia Vidal para jugar la batalla más fuerte.

Junto a Hernán Berisso, manejaron toda la estructura de la campaña de 2017, incluyendo las decisiones económicas de la misma. Empezaron las primeras apariciones del posible candidato. Algunas pintadas y el alineamiento interno de todos los sectores -incluyendo el radicalismo- mostraron que el candidato ya estaba elegido. Todos le rendían pleitesía al ministro de Educación.

El quiebre

El tiempo corrió y con él llegaron más medidas de ajuste por parte del Gobierno de Mauricio Macri. En La Matanza comenzó a multiplicarse la actividad de trueque, se agrandaron los cupos en merenderos y comedores infantiles, las cuadrillas de Edenor ya retiraban medidores de familias que no podían pagar el servicio y el desempleo comenzó a notarse más y más. La brecha entre el Gobierno y la sociedad se hizo más notoria, en tanto que el paño político también comenzó a mostrar rajaduras. Los concejales Miguel Saredi, Miguel Calvete, Luisa Monges y Natalia Ybalo hicieron rancho aparte creando su propio bloque denominado Nueva Dirigencia en Cambiemos, una herramienta de neto corte electoralista que les permitiría negociar candidaturas el año próximo. La profundización de las medias de Gobierno siguieron mostrando que los tiempos cambiaron para los de Mauricio Macri. Entonces el dirigente Abraham “Toto” Delgado -que maneja las decisiones de las concejales Monges e Ybalo- anunció que abandonaban Cambiemos para unirse al peronismo que en La Matanza lideran Fernando Espinoza y Verónica Magario. Lo de Delgado es más de lo mismo. Conocido como el referente que más Partidos políticos pisó, esta vez acusó al Gobierno de engañar a la población y dijo sentirse “dolido”.

Los primeros en reaccionar fueron los radicales, quienes no lograron instalar a ningún candidato dentro de Cambiemos y ahora aseguran haber advertido que esto iba a pasar. Claro que para predecir una traición por parte de Delgado no hace falta ser un erudito en la materia. Por el lado de Miguel Saredi se conoció que inició conversaciones con concejales del Frente Renovador. La idea sería volver a las huestes de Julio Rubén Ledesma bajo el paraguas del peronismo y, en caso de que no resulte, también prendió una vela por el lado de Felipe Solá. Todo muestra que, por lo pronto, su distancia con Cambiemos se agranda.

Lo que queda

En el Concejo Deliberante, Cambiemos tiene ahora cuatro concejales que podrían denominarse puros: Lucas Córdoba, Pamela Loisi, Miguel Racanelli y Mirta Redes –esta última más emparentada con el peronismo local-. En tanto que Miguel Calvete y Miguel Saredi forman ahora un dúo en Nueva Dirigencia.Con este panorama se sabe que el bloque mayoritario de Cambiemos no tiene fuerza para liderar una elección, por lo que la alternativa sigue siendo Saredi. Sin embargo, en los últimos días surgió un nuevo nombre para encabezar una potencial lista de candidatos en 2019: el ministro de Seguridad Cristian Ritondo. Según publicó el portal Lapolíticaonline, el Gobierno está 30 puntos abajo del oficialismo matancero en cuanto a intención de votos.
Cualquiera sea la decisión tomada sobre quien encabezará la campaña en La Matanza, el Gobierno sigue sin entender que son sus políticas económicas lo que lo llevará a una catástrofe electoral en este distrito. Elegir a Finocchiaro, Ritondo o Saredi pasa a un segundo plano, y es casi como definir quién será el encargado de suicidarse.

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