Agobiado por las facturas de gas y luz un club corre riesgo de cerrar sus puertas


“Estamos desprotegidos, necesitamos que el Estado intervenga”, dijo el presidente de Juventud de Tapiales, institución que cuenta con 500 socios y que desde febrero de 2015, padece los constantes aumentos en los servicios de energía. La suma mensual asciende a los 100 mil pesos. “Hoy se nos está haciendo imposible afrontar esos gastos”, lamentaron desde la entidad

“Una vez más, somos víctimas del tarifazo. Las autoridades de la institución hace unos días de desayunaron con una boleta de gas con un monto a pagar de $56.453. Una suma ridícula y difícil de abonar para un club de barrio que hace todo a pulmón para poder subsistir. ¿Hasta cuándo vamos a seguir sufriendo estos golpes? La idea es que los chicos, jóvenes y adultos puedan venir a divertirse y formar una familia por medio del deporte, pero con esta actualidad, se hace muy difícil”. De esta manera, el Club Juventud de Tapiales manifestaba públicamente a través de sus redes sociales, la complicada situación que atraviesa debido a los constantes aumentos en los servicios de gas y luz. La institución, cuenta con 500 socios que abonan una cuota social de 130 pesos.

“Este es el único ingreso que tenemos. Después se cobra un arancel por cada actividad, dinero que se destina a pagar a los profesores”, explicó Horacio Mastrolia, presidente del club. El primero golpe a la economía de la entidad, se produjo en febrero de 2017. En esa oportunidad y en el medio de una contienda judicial para frenar los tarifazos, el club recibió por el servicio de gas, una factura de $146.471, correspondiente el periodo mayo/junio de 2016. A raíz de todo el ‘despiole’ que hicimos cuando nos llegó esa factura, llegamos a un acuerdo con la compañía de gas, a través del cual teníamos que abonar un 500 por ciento de la suma que llegara. De esta manera, abonábamos 25 mil pesos de manera bimestral.

Más o menos lo fuimos sosteniendo.”, explicó Mastrolia. Con la progresiva quita de subsidios estatales a los servicios, el acuerdo dejó de tener vigencia y las facturas comenzaron a llegar de manera mensual. “Hoy se nos está haciendo imposible. Tenemos gastos fijos por 100 mil pesos, con un ingreso que no supera los 35 mil pesos por mes. Al cierre de esta edición, la factura no había sido abonada. De hecho, hacer efectivo el pago de la factura correspondiente al periodo anterior, de 47 mil pesos, la entidad accedió a un plan de pagos de seis cuotas. Acceder a una nueva financiación sólo empeoraría la situación, ya que en las facturas subsiguientes se sumaría el valor de las cuotas, más el consumo correspondiente al periodo facturado. “Se formaría una bola de nieve imposible de pagar”, aseguró el presidente del club. A raíz de las tratativas que debieron realizar en 2017 con personal de la empresa proveedora del servicio, los dirigentes del club establecieron una cordial relación con una empleada. “Ella nos dio una mano, no solo a nosotros, sino a los clubes.

Lo que sabemos ahora es que las reglamentaciones que protegían a los clubes de barrio no van más, es una locura”, lamentó Mastrolia.A mediados de 2016, desde el Gobierno Nacional se anunció que los clubes de barrio podrían acceder a la tarifa social, pero según contó Mastrolia, la entidad hizo las averiguaciones correspondientes y el beneficio no les correspondía.

“Necesitamos la protección del Estado”

Una fuerte polémica se desató cuando durante los primeros días de octubre se dio a conocer que el gobierno de Mauricio Macri autorizó a las distribuidoras de gas cobrar a los usuarios un importe ” en 24 cuotas mensuales, para compensar el impacto de la “marcada variación del tipo de cambio”.El “extra” se suma además, al 35 por ciento de aumento anunciado semanas atrás. “Ellos son una empresa y lo único que les interesa es ganar plata, acá lo que se necesita es que el Estrado intervenga y nos defienda”, criticó el presidente de la institución. En la misma línea, Mastrolia lanzó: “el gobierno no solo avala a las empresas, sino que gana plata junto a ellas”.

Si bien las autoridades del Club Juventud de Tapiales gestionaron un subsidio en la Secretaría de Deportes de la Nación que se hio efectivo, dicho beneficio no alivia la complicada situación del club. A través de este acuerdo, la cartera nacional aporta el 40 por ciento de cada factura. “En el último año y medio sólo recibimos 4 pagos. El pago se hace cada 3 o 4 meses, y no siempre toman todas las facturas que presentamos”, explicó Horacio Mastrolia. Desde la entidad remarcaron la necesidad de reglamentaciones que protejan a los clubes de barrio. “Que el Estado verifique que las instituciones cumplen con el rol que corresponde y que se haga cargo de los servicios. No se puede estar peleando cada vez que llega una factura. Nos quita energía y tiempo para hacer otras cosas en el club”, lamentó.

Con 90 años en el barrio, el Club Cultural y Deportivo Juventud de Tapiales vio pasar por sus instalaciones a varias generaciones del barrio. La dirigencia de la entidad, destaca el importante rol que cumplen este tipo de instituciones en la sociedad. “Acá juegan al fútbol el hijo del que va con el carrito, con el hijo del abogado. Hay otros códigos y se enseñan muchas cosas. En un momento de crisis, la contención que se brinda es fundamental”, señalaron.

La biblioteca, sin subsidio hace dos años

Ubicado en la calle Curapaligüe 1246, además de las actividades deportivas, en el club también hay lugar para los libros. Allí funciona una biblioteca que cuenta con 40 mil ejemplares. Hasta mayo de 2017, la institución recibió hasta mayo de 2017, un subsidio de 8 mil pesos de la cartera educativa del gobierno provincial. Esa suma era destinada al pago de la bibliotecaria. La partida fue suspendida, sin previo aviso ni justificación alguna. “Seguimos presentando papeles, haciendo trámites, pero nada. No recuperamos el subsidio. También nos otorgaban un monto de dinero que se destinaba a la compra de material durante la Feria del Libro que se hace todos los años, pero eso tampoco se volvió a recibir”, contó el presidente del club. El panorama en el club es poco optimista.

“Esto se complica mes a mes. No es que nos apretamos, hacemos una rifa, pagamos lo que debemos y lo solucionamos. Tampoco podemos hacer eventos todos los meses para abonar los servicios, porque la gente también tiene sus problemas económicos y la verdad es que no puede”. Inmersos en una situación que se replica en todos los clubes del barrio del país, Horacio Mastrolia aseguró: “vamos a seguir hasta que no se pueda más. Vamos a seguir peleand

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