“Queremos pensar que podemos seguir aunque en algún lugar sea una utopía”

Cubrir los gastos de las facturas de luz, agua y alquiler, es una meta cada vez más difícil de lograr. Las actividades solidarias y la buena voluntad, no alcanzan para reunir el dinero que necesitan mes a mes. En la actualidad, la entidad tiene una deuda de 8 mil pesos por impuestos municipales.

La crisis económica y social que atraviesa nuestro país en la actualidad golpea a todos los sectores y tiene tantas aristas como personas e instituciones afectadas. El Galpón Cultural Tapiales, que tuvo sus inicios en 2009, es otra de las entidades matanceras que está agotando todos sus recursos, en el intento por seguir adelante. Frente a la dificultad de recaudar el dinero necesario para cubrir los gastos, en el Galpón se ven obligados a establecer prioridades. Dejar de pagar las facturas de luz y agua, significaría que ambos servicios sean interrumpidos. No pagar el alquiler, provocaría que el colectivo cultural se quede sin un espacio físico. Entonces, lo que queda relegado desde hace meses, es el pago del impuesto municipal. “No es una situación en la que queremos estar, pero no llegamos a juntar la plata para pagarlo”, explicó Christian Malattia, escritor, docente y miembro fundador del colectivo cultural.

En la actualidad, la deuda con la comuna asciende a 8 mil pesos.Sin contar el impuesto municipal, que ronda los 2500 pesos, el Galpón tiene un gasto fijo mensual que oscila los 12 mil pesos. A esto se le sumará un aumento en el costo del alquiler que se hará efectivo en mes próximo. “Estamos tratando de reunir el dinero para saldar la deuda, porque se va hacer cada vez más grande y más imposible de pagar”, manifestó Malattia, que además contó que reciben facturas de luz y agua con montos que oscilan entre los 900 y 1300 pesos. “Nos parecen cifras excesivas teniendo en cuanta que estamos en el lugar 4 veces por semana, unas 3 horas”, dijo el docente. En la misma línea, el integrante del Colectivo Cultural destacó: “si tenemos en cuenta lo que viene en otros lados, no pagamos nada. Y por suerte no tenemos gas, sino estaríamos muertos”. Y es que, aunque las cifras parezcan “accesibles”, en el Galpón no existe un margen de ganancia económica. Dinero que se genera, dinero que es destinado a cubrir costos. El Galpón Cultural Tapiales se creó en 2009 y luego de años de rotar sus actividades en diversos espacios matanceros, se lanzaron con el proyecto de tener un espacio físico propio. El objetivo cumplido, otras responsabilidades surgieron. Hoy, recolectar el dinero que necesitan para cubrir gastos, se ha convertido es una situación que preocupa y angustia. “Queremos pensar que podemos seguir, aunque en algún lugar sea una utopía. Pero es la misma locura que nos llevo a crear este especio. No pensamos en que tenemos que cerrar y volver para atrás”, aseguró Malattia. Una de las opciones que el colectivo cultural implementó en 2017 para sostener el espacio fue la de crear un sistema de padrinazgo, a través del cual, quienes quisieran colaborar, podían hacerlo aportando 200 pesos mensuales.

“Eso se fue desactivando, porque las personas que lo hacían, dejaron de hacerlo porque realmente no pueden hacerlo más. La gente no tiene una mango”, lamentó el escritor. El Galpón se encuentra en la calle Donovan 916, de Tapiales.En la actualidad, el Galpón cuenta con un porcentaje de los ingresos generados por los talleres, ya que una parte de ese dinero se destina al pago de los profesores, con lo recaudado en una feria de empanadas que se realiza de manera mensual y el Café Literario. “No tenemos más que eso, porque todo es a pulmón. También hicimos un bingo solidario y de acá a fin de años la cuestión es seguir juntando dinero”, dijo Malattia. Desde hace tiempo, los miembros del Galpón Cultural Tapiales se encuentran tramitando la personería jurídica, para establecerse como Asociación Civil y obtener de esa forma algún tipo de ayuda gubernamental que facilite su funcionamiento. “El trámite está medio trabado en La Plata por cuestiones burocráticas, pero también porque se nos hace muy difícil viajar hasta allá todas las veces que se requiere, ya que debemos faltar a nuestros trabajos. Es complejo porque estamos muy lejos”, explicó Malattia sobre la imposibilidad de concretar las gestiones.Para Malattia, la función del colectivo cultural es muy importante en el barrio. Contención y distracción, son dos de las funciones que cumple la entidad en Tapiales. “Se dice mucho ‘los pibes están en cualquiera’, pero tampoco se les da un espacio. Son estos los espacios para cubrir esas necesidades que el Estado no cubre”, remarcó el docente.

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