El evento es organizado por la ONG Semillas al Viento, que tiene como ejes el cuidado y mejoramiento del medio ambiente, la construcción natural y la soberanía alimentaria, entre otros. Se realizará al aire libre y habrá charlas, talleres y actividades referidas al cuidado del medio ambiente.
La ONG Semillas al Viento, llevará a cabo los días 24 y 25 de noviembre la 2da Convención Agroecológica en el predio 9 de julio, ubicado en la calle Segundo Sombra 2260 en la localidad de Isidro Casanova. “En 2017 surgió la idea de organizar una jornada de dos días donde, mediante talleres, charlas y diferentes actividades, se pueda lograr un espacio de reflexión, enriquecimiento y de encuentro, siendo partícipes e involucrándonos en las enseñanzas que la propia Madre Tierra nos atribuye. El resultado de esta propuesta fue tan positiva para toda la comunidad que este año pulsamos la 2da edición”, manifestaron desde el espacio. La Agroecología es una propuesta metodológica de transformación social, que plantea modos de producción, transformación y consumo que respeten la diversidad natural y social de los ecosistemas locales y asegurando la sustentabilidad de los mismos.
“Desde Semillas al Viento consideramos importante el desarrollo intra e inter-humanitario en armonía con la naturaleza, por ese motivo extendemos la invitación a todos los seres que deseen acompañarnos en esta hermosa jornada”, agregaron.Trabajando de manera autogestiva desde 2004, Semillas al Viento forma parte del Movimiento Ecológico Isidro Casanova, que trabaja en la zona desde 1994. Generar conciencia sobre una forma de producción y transformación de la tierra que respete la biodiversidad y no la dañe, es uno de los pilares de la organización. La ONG viene trabajando para generar momentos de enriquecimiento, encuentro y reflexión. En esta segunda edición de la convención, sumamos charlas de otras organizaciones que trabajan en la misma temática que nosotros, para hacernos participes e involucrarnos en lo que la propia madre tierra nos atribuye”, explicó Mayra Villarreal, vicepresidenta de la entidad. Durante la convención, la entrada al espacio será libre y gratuita, mientras que los talleres serán “a la galera”, es decir, lo que cada persona pueda abonar.
Ese dinero es destinado exclusivamente a los talleristas. En tanto, al tratarse de un proyecto autogestivo, desde a ONG sugieren el pago de un bono de 150 pesos, el cual no es excluyente, para quienes deseen quedarse a cenar y acampar. El dinero será destinado a solventar los gastos de la cena, el acampe, el desayuno del domingo y para los talleristas. “Aquellos que no puedan colaborar con el bono, lo podrán hacer con alimentos para la cena y/o desayuno, o con lo que cada uno sienta. Lo importante es que todos podamos disfrutar de la jornada”, explicaron desde la entidad. También está permitido el ingreso de comida y bebidas (no alcohol), así como reposeras, sillas o mantas. “También recomendamos traer papel y lápiz para los talleres, plato, vasos, cubiertos para la cena y carpa para quienes se queden a dormir”, informaron. La jornada del 24 iniciará a las 10:00hs con una recorrida por el espacio que tendrá como objetivo aprender a identificar especies autóctonas, espontáneas y/o medicinales. Luego habrá talleres de yoga, ajedrez para niños, de Biodicel y Bioconstrucción. También se llevará a cabo una charla a cargo de la organización Isla Verde del El Palomar y para finalizar, se compartirá una cena, fogón y música en vivo. Aquellos que deseen quedarse a acampar en el espacio, deberán enviar un mensaje a la página de la red social facebook Semillas al Viento para reservar el lugar para la carpa.
En tanto el domingo 25, arrancará a las 8.00 con Meditación, continuará con “Yoga de la risa” y talleres de huerta cerámica para niños y apicultura. Además, la jornada contará con una charla a cargo de Vecinos por la Reserva natural de Gregorio de Laferrere.
Hacer correr la voz
Con una larga trayectoria en el barrio la ONG Semillas al Viento se encuentra en la búsqueda constantes de maneras de llegar a la gente. En el espacio, se realizan talleres con diferentes propuestas a diario.“Este es un proyecto bastante abarcativo, por lo tanto tratamos de hacer llegar la mayor información posible. La gente se acerca porque alguien le cuenta de nosotros, por las redes sociales o la difusión que hacemos en el barrio. Queremos que los vecinos sientan el espacio como propio”. De manera bimestral, se llevan a cabo festivales, encuentros que tiene como objetivo recaudar fondos para sustentar las actividades de la organización, pero también para que los vecinos se encuentren con una propuesta diferente que los enriquezca de una manera diferente. El acercamiento a la tierra y a la experimentación con semillas en las huertas del espacio, es una de las propuestas más destacadas de la entidad. “La idea es que quienes se acercan, adquieran algunos conocimientos y puedan desarrollar su propia huerta en su casa”, señaló Mayra. Otro de los ejes sobre los que están trabajando en Semillas al Viento, es la concientización y difusión sobre técnicas de reciclaje. El proyecto se basa en brindar información a los miembros de la comunidad sobre la separación de los residuos, para luego coordinar con organizaciones que trabajan en la recolección diferenciada. En la actualidad, Semillas al Viento está compuesta por alrededor de 20 personas. “Otros van y vienen”, dijo Villareal. Los miembros de la ONG se dedican a diversas profesiones. “Somos un grupo bastante heterogéneo, hay quienes trabajan en el área social, sí tenemos con personas cuya actividad se relaciona con la biología y también con la carpintería o herrería. Muchos llegaron a hacer algo y se quedaron”, agrego la vicepresidenta de la entidad.
Las primeras semillas
Semillas al Viento funciona en un predio de ¾ de hectáreas que pertenece al complejo 9 de Julio, el cual brinda a la ONG el espacio en comodato desde 2004. En ese entonces, el lugar era un basural y los primeros integrantes de la entidad tuvieron un arduo trabajo de recuperación del suelo, mediante la limpieza y la plantación de árboles y vegetación nativa. Tras 12 años, “esas plantaciones forman una hermosa reserva que tenemos en una porción del espacio y allí funciona el estanque”, contó Mayra. Además en el lugar hay dos segmentos, el Súper Adobe, realizado mediante la técnica de construcción en tierra. Allí funciona el taller y se guardan las herramientas. En tanto, también mediante la construcción en tierra se está erigiendo la “Vasija Cultural”, que estará destinado a la biblioteca de la ONG. El proyecto estará terminado próximamente. Una vez finalizada esta obra, el desafío será construir la cocina. “El espacio creció muchísimo, es increíble lo que se logró. Lo vemos en la reserva, con los arboles que fueron plantados y hoy son enormes, y en el estanque, que cuenta con especie de peces de la región y vegetación nativa”.