Se llama Aitue y funciona en una sociedad de fomento que cedió parte de sus instalaciones. El objetivo es promover proyectos inclusivos orientados a la recreación, educación e integración.
Como aún no se constituyeron como ONG de manera formal no recibieron ningún tipo de subsidio estatal.
Aitue significa en lengua mapuche ‘la tierra que uno ama’ y es el nombre de un nuevo espacio que tiene como objetivo promover proyectos inclusivos orientados a la recreación, educación e integración de personas con discapacidad.
La entidad funciona desde el viernes 3 de mayo en la sociedad de fomento La Esperanza, ubicada en la intersección de las Quilmay y Apeninos, en el kilómetro 38 de la ruta nacional N° 3, en la localidad de Virrey del Pino.
Si bien aún no completaron los trámites para obtener la personería jurídica, el espacio se constituye como una Organización No Gubernamental (ONG) sin fines de lucro y todas las actividades que allí se lleven a cabo serán gratuitas.
“Estamos resolviendo la parte legal pero nos cuenta mucho por los costos, porque necesitamos de profesionales que nos asesoren para que todo esté en condiciones y no nos reboten el pedido”, explicó Gabriel Rouille, coordinador del espacio.
En tanto, lo que se vio plasmado en la inauguración de Aitue tiene detrás más de un año de trabajo y planificación, llevado adelante por un grupo de 12 profesionales relacionados al ámbito de la salud y la educación. “Yo soy profesor de educación física y trabajo con chicos autistas mediante el Sistema Nacional de Rehabilitación. Mi aporte lo hago desde ese lugar”, señaló Rouille.
La necesidad de lanzarse a la comunidad se debe a la falta de espacios destinados a personas con discapacidad en la zona, ya sean de recreación o atención integral de salud. “Esto hace que muchas familias estén en el anonimato, que queden excluidas por no tener medios de transporte, recursos para movilizarse con una persona con discapacidad, por vivir en calles difíciles de transitar a las que no ingresa un remis. Esto hace que directamente no salgan de sus casas”, describió el coordinador general de Aitue.
Frente a este panorama, el propósito del espacio es incluir a esas familias, salir a buscarlas y, en un principio, ofrecerles un espacio lúdico recreativo. Pero el objetivo final es crecer y poder brindar atención integral a las personas con discapacidad y sus familias.
Desde su experiencia en el trato con chicos autistas, Gabriel Rouille señala que “hay mucha necesidad de terapias psicológicas y psicopedagógicas, sobre todo para chicos que están en nivel inicial y que deben pasar al nivel primario”. En la misma línea, el coordinador del espacio añadió: “Acá no hay centros de día estatales que contengan a los chicos discapacitados de esta zona”
Descubrir a esos chicos que están en sus casas excluidos es el principal objetivo de la primera etapa de la ONG y desde allí ayudarlos de todas las maneras posibles. “Ojalá desde el Estado pueda llegar a participar de esto, aunque sea con pequeñas acciones que para nosotros sería un montón”, expresó Rouille.
La intervención del Estado es fundamental para brindar respuestas urgentes a las dificultades diarias de las personas con discapacidad y sus familias. “El cobro de una pensión no alcanza. A lo sumo le dan la medicación o alguna prestación. Pero no es suficiente, por ejemplo, para cubrir los gastos de un traslado en remis. Esto se vive a diario y las personas que se encuentran con este panorama a diario, muchas veces desisten”.
El docente remarcó que el acceso a la salud en la zona se dificulta y la necesidad de asistencia médica integral es urgente. “Las salitas están abiertas hasta las 14.00 y no hay centros de salud cercanos que puedan contener a personas con discapacidad”.
Muchos recursos humanos
Sin tener la posibilidad aún de percibir un subsidio estatal, Aitue se va construyendo de a poco, sin más que la buena voluntad de sus colaboradores. Desde Alfredo Ares, titular de la sociedad de fomento en la cual funciona, hasta los profesionales que conforman la entidad.
“Todos los recursos que tenemos son humanos. La buena voluntad, las manos y el corazón no faltan”, aseguró Gabriel, quien agregó: “todo profesional que quiera acercarse, a brindar talleres, será bienvenido”.
Al inicio de sus actividades, la entidad cuenta con 30 familias. Pero esperan que ese número crezca. Estamos en un localidad muy grande y bien arrancamos con muchas personas, sabemos que serán aún más”, auguró Rouiller.
Ofrecer talleres musicoterapia y equino terapia son algunos de los sueños que tiene en la entidad. “A medida que vayamos creciendo y haciendo ruido, iremos ofreciendo otros servicios. Desde mi lugar, colaboro en la parte física, ojalá se acerquen otros profesionales que estén dispuestos a colaborar ad honorem”, manifestó el docente.
Para ayudar al crecimiento del espacio, todas las donaciones serán bienvenidas. Desde juegos de mesa, pelotas de todo tipo, aros, colchonetas, sogas, conos y elementos psicomotricidad.
Debido a que la Sociedad de Fomento La Esperanza no cuenta con muchos recursos económicos, necesitan ayuda para reforzar la luminaria, ya que las actividades se llevaran a cabo por la tarde noche y acondicionar los baños. Por el momento, las actividades los encuentros se llevarán a cabo los días lunes de 17.00 a 18.00. Quienes quieran colaborar, puede comunicarse con Gabriel Rouiller, al 157017-7309.