Exigen que la Justicia busque a un femicida que está prófugo hace 6 años

José Antonio Castellanos asesinó a golpes y puñaladas a Sabrina González el 3 de noviembre de 2014. Luego de ponerle fin a la vida de su pareja,  huyó hacia la provincia de Santiago del Estero. Aún teniendo pedido de captura nacional e internacional, hasta el momento no ha habido un dato concreto sobre su paradero. “La realidad es que nunca lo buscaron”, criticó la hija de la víctima al accionar del juez y los fiscales que llevan adelante la causa.

“Femicida suelto” advierte la familia de Sabrina González, quien fue asesinada a golpes y puñaladas por José Antonio Castellanos el 3 de noviembre de 2014 en el domicilio que ambos compartían en una vivienda del barrio El Sapito de Virrey del Pino.

A seis años del crimen, Castellanos continúa prófugo, según se presume, en la provincia de Santiago del Estero. “La realidad es que nunca lo buscaron. Nunca hicieron nada”, aseguró Daira Sayavedra, hija de victima quien criticó el accionar del  Juzgado de garantías N°3, San justo a cargo del Juez Rubén Norberto Ochipinti y UFI de Homicidios Dolosos por el nulo avance de la causa.

Durante los dos primeros años, la familia de Sabrina contó con el patrocinio de una abogada designada a través del Programa Nacional de Asistencia a las Victimas. En ese entonces, se logro que la Justicia librara el pedido de captura nacional e internacional de Castellanos.

Pero el contacto con la letrada de interrumpió. Cuando ocurrió el femicidio de su mamá, Daira era menor de edad y una vez que cumplió los 18 años, se presentó como querellante. “Voy todas las semanas a la fiscalía a preguntar cómo está la causa”, contó la joven.

Desde 2014, sólo se realizaron una serie de allanamientos en Santiago del Estero, provincia en la cual el asesino tiene parientes y se intervinieron por un tiempo los teléfonos de su familia. En ningún momento hubo un dato concreto sobre su paradero y las acciones para lograr su detención cesaron.

Con el objetivo de visibilizar el caso y exigir que se destinen los recursos necesarios para encontrar al femicida José Antonio Castellanos, familiares y llegados de la víctima, con el apoyo de organizaciones sociales y políticas, conformaron la “Mesa de pedido de Justicia X Sabrina González”.

“Que se sepa que hay un femicida suelto, que anda como si nada y  no sabemos si puede estar maltratando a otra mujer”, remarcó Daira. Pero además, el avance en la causa es imperioso, ya que una vez que se cumplan siete años del crimen sin que haya un detenido, la investigación podría darse por terminada.

“Hay un encubrimiento policial que permitió que goce de impunidad”, aseguró Vanesa Fernández, amiga de Sabrina e integrante de la Mesa de Pedido de Justicia, que también apuntó a la Justicia. “El asesino se llevo su celular y la Justicia nunca investigo qué paso con el teléfono, dónde se uso por última vez,  no lo localizo”, agregó la mujer.

Quien era Sabrina González

Madre soltera de 3 hijos, tuvo una vida llena de necesidades y situaciones de violencia. Fue a través del programa “Ellas Hacen” que se capacitó y finalizó sus estudios secundarios en la modalidad FINES. “Era una persona libre, tenía muchas amistades, salía”, recordó Sayavedra. 

Pero 8 meses antes de su asesinato, había comenzado una relación con Castellanos, a quien conoció por un amigo en común. Desde el inicio, el femicida tuvo actitudes violentas. La separo de sus hijos y haciéndose pasar por otra persona, la hostigaba a través de mensajes amenazantes. Además, intentaba prohibirle verse con sus amistades.

La mujer había conseguido empleo en la clínica Eva Perón, de la Unión Obrera Metalúrgica y tenía el objetivo de mudarse cerca de su trabajado. Además había decidido terminar con la relación.

Estando en la vivienda en la que convivían, la mujer le planteo a Castellanos que quería separarse. La respuesta de quien hasta ese momento era su pareja, fue privarla de su libertad y tras 4 días, matarla a golpes y puñaladas que le propino con un cuchillo de carnicero.

Una vez cometido el crimen, el femicida huyó y el cuerpo de la víctima fue descubierto por la hermana del asesino dos días después. Castellanos fue visto por última vez por un vecino. Desde entonces, no hay datos de su ubicación ni avances en la investigación.

Para Fernández, la falta de Justicia es moneda corriente en  “todos los casos en que las víctimas y sus  familias son pobres. No les interesamos”. Por este motivo, al pedido de Justicia por el femicidio de Sabrina González, desde la Mesa de Pedido de Justicia por Sabrina González, se suma el reclamo al poder judicial de La Matanza, para que  profundice la investigación de los asesinatos de las mujeres de los barrios populares.             Además, exigen que se brinde asistencia a los hijos e hijas de las víctimas. En este sentido, Daira contó que tras el asesinato de su madre, ella, que en ese momento tenía 16 años, una hermana de 14 y un hermano de 18, quedaron al cuidado de sus abuelos.

“Desde el Estado nunca recibimos asistencia psicológica. Quedamos a la deriva y, en el caso de mi hermana, con secuelas psicológicas”.

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