Ante el cierre del centro de día Casa Joven, el equipo de educadores de la institución manifestó su preocupación por la falta de espacios en la zona que reciban a adolescentes que atraviesan diversas problemáticas sociales y que ya no contarán con la entidad.
Tras el anuncio del cierre de Casa Joven, ubicado en el barrio Los Ceibos de González Catán, el equipo de educadores de la entidad manifestó su preocupación por la falta de alternativas de contención para los jóvenes en situación de vulnerabilidad que ya no contarán con ese espacio.
Fundado hace 14 años, Casa Joven fue un centro de día que brindó acompañamiento integral a adolescentes en situación de riesgo y sus familias. La entidad supo ser parte de la Red La Salle, presente en toda Argentina y parte de Paraguay, patrocinada por la Fundación Amstrong.
A principios del mes de febrero, a los trabajadores les comunicaron que Casa Joven cerraba sus puertas y que ellos deberían asumir otras tareas dentro de la fundación. Pero para el equipo de educadores de Casa Joven, la preocupación es una sola ¿qué pasará con las y los adolescentes que asisten al espacio?
Frente a este interrogante pidieron a las autoridades retrasar la medida para acompañar la transición hacia otras instituciones, pero la respuesta fue negativa.
Lo que las autoridades de la AEA y de la Fundación Armstrong informaron es que están en tratativas con el Obispado de San Justo para “reubicar” a los jóvenes en la obra Hogares de Cristo iniciada por el fallecido sacerdote Basilicio “Bachi” Britezi, y que hoy continúa el cura Nicolás Angelotti, conocido como el padre “Tano”.
Si bien destacan que dicha obra es “implacable”, los trabajadores de la entidad advierten que sus características (orientada al tratamiento de jóvenes con consumo problemático de estupefacientes) son muy diferentes a los que fue hasta hace pocas semanas Casa Joven. Además, el proyecto de Hogares de Cristo no tiene presencia González Catán.
El centro de día educativo Casa Joven ofrecía talleres de panadería, carpintería, electricidad, huerta, escritura, expresión artística y teatro entre otros, mientras acompañaba a los jóvenes y sus familias a atravesar diversas problemáticas, incluso, judiciales.
También proveía de viandas de alimentos, asesoraba en la obtención de turnos en centros médicos, brindaba apoyo escolar y era un centro de referencia para jóvenes en conflicto con la ley penal.
El trabajo territorial llevado a cabo por la entidad es ampliamente reconocido a nivel nacional e internacional y frente a su cierre, el equipo de educadores plantea la posibilidad de continuar el proyecto junto a organizaciones sociales y programas estatales, que mantengan abierto un espacio en la zona al que puedan recurrir los jóvenes en situación de vulnerabilidad y sus familias.