Así lo manifestó Jesica Alcaraz, hermana de Leandro, el chófer de la línea 620 que fue asesinado en 2018, sobre el crimen del trabajador de 56 años víctima de un violento robo ocurrido esta madrugada en Virrey del Pino. Afirmó que la inseguridad que sufren los conductores del transporte público nunca cesó. «El momento para tomar medidas, fue cuando pasó lo de mi hermano. Esto se podría haber evitado”, lamentó.
“Es muy triste, muy difícil. El revivir todo otra vez”, dijo Jesica Alcaraz, hermana de Leandro, el joven chófer de la línea 620 que fue asesinado en 2018 mientras realizaba uno de sus recorridos en Virrey del Pino. El caso generó gran conmoción y se creyó erróneamente que marcaría un antes y un después.
Se debatió durante semanas las medidas que debían implementarse: desde botones antipánico hasta cabinas blindadas para resguardar a los trabajadores, ninguna llegó a implementarse.
Esta madrugada, Daniel Barrientos, un trabajador de 56 de la misma línea murió tras recibir un disparo en el pecho durante un violento robo ocurrido a bordo de un colectivo en el barrio Vernazza en la localidad de Virrey del Pino.
“No estamos hablando de un hecho aislado. Eso es lo que no se puede creer. Hay que tomar medidas de verdad. Y ese era el momento justo, cuando pasó lo de Leandro. No podemos decir: ‘mi hermano murió pero ahora se resguarda a los choferes’”, lamentó Jesica Alcaraz.
El crimen de Leandro ocurrió el 15 de abril de 2018, cuando tras discutir con dos pasajeros que no contaban con la tarjeta SUBE para abonar el boleto. Una vez que finalizó el recorrido en Virrey del Pino, el trabajador fue ultimado a disparos.
“Este trabajador no tuvo respuestas. El momento de tomar medidas fue cuando pasó lo de mi hermano. Los choferes necesitan cabinas, cámaras, elementos que les permitan alertar que algo está pasando inmediatamente. Muchos se lavaron las manos y no le brindaron seguridad a este hombre. Esto se podría haber evitado, al igual que el crimen de Pablo Flores”, lamentó la mujer