Por Gastón Romero
Otra película que empieza con “Quentin Tarantino presenta” y ya sabemos que es un film hecho entre amigos. Este film combina acción, algo de aventura y supone inspirarse en los clásicos del kung fu. Haciendo su debut como actor principal y director, el músico RZA cuenta una historia de guerreros, asesinos, un héroe marginado y solitario en la China del siglo XIX que deben unirse para destruir al traidor de su clan. RZA interpeta a un herrero que ha sido obligado a crear elaboradas herramientas de destrucción. Cuando la guerra entre los clanes comienza, el extraño canaliza una antigua energía que lo transforma en un arma humana. Mientras lucha junto a héroes icónicos en contra de villanos desalmados, debe aprender a utilizar su poder para convertirse en el salvador de su pueblo adoptivo. Sí, todo esto suena bastante un delirio y sí, lo és, el film propone un compendio de escenas, algunas mejores logradas que otras, la trama nunca termina de estar bien hilada pero tampoco eso importa, las cargas de dramatismo son irrisorias como también las pelucas o “disfraces” de los personajes. Russell Crowe no logra credibilidad y aprece tomarse el film en joda, RZA hace lo que puede, Rick Yune entre una peluca trenzada y sus labios prominentes, más que un héroe de artes marciales parece una versión de Tomb Raider de show de feria del oriente, lo mismo le pasa a Byron Mann cuya sumatoria de actuación exagerada y una desgracia de peluca dan como resultado una especie de imitación de Tina Turner Cruel. El resto del casting no destaca excepto por Lucy Liu, quien una vez más confirma ser a prueba de todo, es capaz de hacer películas desde malas a excelentes, pero siempre con notable interpretación y el carisma que el personaje le requiera. Hay secuencias de artes marciales bien coreografiadas pero con una edición tan básica como “copiar y pegar” que no resuelve ni sorprende para estos tiempos. “ The Man With The Iron Fists