Cavalieri le puso los puntos a Ledesma y quiere obligarlo a apoyar a Finocchiaro


El dirigente de SEOCA se había mostrado cercano al oficialismo de La Matanza y muy crítico del Gobierno Nacional. Sin embargo, su jefe gremial le dio un ultimátum. Ahora Julio Ledesma está en su peor encrucijada política. Cómo podrían “apretarlo”.

Billetera y poder en mano, la gente de Cambiemos va alineando los patitos en La Matanza para que todos los aliados estén obligados a apoyar al ministro de Educación Alejandro Finocchiaro como el próximo candidato a intendente. En esa zaranda que vienen pasando desde el año último, ya filtraron a todos los radicales que se mostraban titubeantes, mientras que ningún macrista pudo seguir al lado del hoy concejal Miguel Saredi. Esta vez fue el turno del líder del Sindicato de Empleados de Comercio de zona oeste (SEOCA) Julio Ledesma, quien por estos días deberá decidir su futuro político. “El Negro” Ledesma se hizo fuerte en La Matanza de la mano de Alberto Balestrini, allá por 1999, y después de distanciarse del exintendente local nunca dejó de tener un cargo legislativo hasta 2017. Fue diputado provincial y nacional, y también senador. Para lograr ese objetivo se caracterizó por saltar de un sector a otro, mientras mantuvo intacto su poder dentro del gremio de comercio. Estuvo en el Frente para la Victoria, hizo alianza con Francisco De Narváez y Mauricio Macri, y en los últimos años se alineó a Sergio Massa. El año último cometió el error de aceptar ser candidato a diputado en quinto lugar, lo que le valió perder el cargo.

Siempre intentando ser intendente matancero, Ledesma nunca ganó una elección en el Distrito y apenas pudo quitarle una minoría a Alberto Balestrini en una compulsa interna. De todos modos, vale decir que el gremialista tuvo representación legislativa en el Concejo Deliberante en la mayoría de estos años. Su negocio, en definitiva, pareció siempre estar en ser un perdedor. Abocado a su tarea gremial, en estos meses se pudo escuchar a un Julio Ledesma crítico de las políticas adoptadas por el Gobierno Nacional. “Argentina está viviendo momentos dolorosos y es una vergüenza lo que hace este Gobierno. Ni el peor Ejecutivo avanzó en contra de los jubilados de la forma en que lo hace este”, manifestó el dirigente en referencia la reforma de la Ley Previsional impulsada y aprobada por Cambiemos. En esa línea, se posicionó en varios aspectos como antagónico al macrismo y sorprendió al mostrarse cercano al Gobierno municipal de La Matanza. Tanto él como el líder de la CGT Ernesto Ludueña (que responde a Ledesma) comenzaron a coincidir con el discurso de Fernando Espinoza y Verónica Magario, sobre todo al manifestar la necesidad de unir al peronismo. La foto en cuanto al lugar donde se paró el Negro fue clara: en la vereda contraria a Cambiemos y muy cerca del peronismo oficialista local.

Sin embargo esa imagen mostró enseguida la contradicción ya que el máximo líder del Sindicato de Comercio a nivel nacional, Armando Cavalieri, es uno de los aliados de Mauricio Macri. En los últimos días esa situación le jugó un revés a Julio Ledesma cuando su jefe gremial lo mandó llamar para ajustarle las clavijas. Cavalieri fue contundente cuando le dijo que en La Matanza el candidato a intendente a apoyar en 2019 es Alejandro Finocchiaro.

La encrucijada en la que se encuentra hoy el gremialista es compleja ya que se está viendo obligado a alinearse a un Gobierno de neto corte antipopular. Esa autonomía política de la que tanto se jactó en los últimos meses le muestra sus propios límites y lo pone en un aprieto. Además, sabido es que en La Matanza colocarse en las antípodas del peronismo es, en principio, un casi seguro certificado de defunción. Julio Ledesma ya demostró tener poder propio en el aspecto político cuando hizo valer su economía y su trabajo territorial para conseguir cargos legislativos.

El problema hoy es que ya no tiene banca y su costado gremial también tiene serias grietas. En 2014, al hombre del SEOCA le surgieron varios temas que lo pusieron contra las cuerdas judiciales. Fue cuando la oposición pidió investigarlo por el supuesto “manejo irregular” de los fondos del Sindicato y por ser “propietario de varias firmas que lo proveen”. En ese sentido, si hay algo que sabe Cambiemos es apretar sindicalistas, así que el Negro deberá pensar muy bien qué posición política tomar. También su hijo Rodrigo Ledesma fue protagonista de un escándalo cuando lo acusaron de agredir a miembros de la oposición en una asamblea que buscaba definir la conformación de la Junta Electoral.

El hecho había sido denunciado en la UFI Nº 3 de Morón, donde se investigó a Rodrigo y otros referentes gremiales por atacar con golpes y balas a trabajadores de comercio que se disponían a presentar una lista alternativa en el gremio por primera vez en 24 años. Aquellos episodios no afectaron su continuidad en el SEOCA, empero fueron sin dudas un escollo más para el dirigente, quien vive sus últimos años políticos y gremiales, sobre todo si se tiene en cuenta que su salud está deteriorada. Lo que le ocurre hoy a Julio Rubén Ledesma es una bisagra en su vida pública: entre mostrarse fuerte y con libertad para decidir, o cobijarse en sus jefes gremiales por temor a represalias, subyace la inevitable posibilidad de quedarse sin nada y ver derrumbarse el gigante económico que creó en más de dos décadas.

Le mandaron un mensaje

En noviembre último, los medios alineados con el Gobierno Nacional salieron a marcarle la cancha a Armando Cavalieri. Desde varios frentes afirmaron que el macrismo veía con buenos ojos el desplazamiento del dirigente del gremio de Comercio, quien comanda ese sector desde hace 35 años. Luego de aquella movida, el gremialista comenzó a despegarse de Hugo Moyano y se alineó al Gobierno por lo que los rumores de intento de sustitución mermaron. El hecho sienta un obvio precedente para Julio Ledesma.

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