Jornada por la inclusión laboral para personas con discapacidad

La Mesa de Discapacidad de La Matanza realizará el 25 de septiembre una jornada que tendrá como objetivo concientizar sobre la necesidad de generar espacios de inclusión laboral de personas con discapacidad. El encuentro se llevará a cabo de 17.00 a 20.00 en el Auditorio chico de la UNLaM.

Durante la jornada, Beatriz Pellizari, creadora de La Usina, una empresa social que crea posibilidades de trabajo para las personas con discapacidad en el ámbito privado y público, expondrá su experiencia y su amplio recorrido en la búsqueda de la inclusión laboral.

También habrá un panel de experiencias en primera persona, con testimonios de personas con discapacidad que lograron insertarse en el ámbito laboral. Además, tendrán l apalabra chicos que participan de talleres protegidos y están en la instancia de formación integral. Ellos contarán sus vivencias con respecto a la imposibilidad de conseguir un empleo.

Otros de los participantes del encuentro, serán los responsables del portal web INCLUYEME, un sitio en el cual personas con discapacidad pueden cargar sus C.V, asesorarse y acceder a la posibilidad de hacer circular sus conocimientos y habilidades para ocupar un puesto de trabajo.

En tanto, la Organización AGORA, impulsora de la inclusión de personas con discapacidad visual, también formarán parte del evento. Como así también, un apartado de la Administración Federal de Ingresos Públicos dentro (AFIP), que informarán sobre los beneficios impositivos para las empresas que contraten personas con discapacidad.

“La jornada es abierta a la comunidad en general, pero también queremos llegar a pequeñas y medianas empresas y a los futuros profesionales de la UNLAM”, explicó Alejandra Correa, docente de nivel inicial, integrante de la Mesa de Discapacidad de La Matanza y miembro del Taller Protegido San Francisco de Asís de Isidro Casanova.

En este sentido, Correa expresó: “lo que intentamos hacer con estos encuentros, es visibilizar estas dificultades y hacer entender que si no abrimos las puertas, si no empezamos a dar oportunidades, será imposible generar estos cambios”.

Derribando prejuicios

Que el empleo y la discapacidad son conceptos que no pueden ir juntos, es uno de los principales obstáculos a vencer. “Hay muchos prejuicios. Ni siquiera se ofrece la posibilidad, las puertas se cierran sin evaluar si una persona tiene o no, las condiciones para determinado puesto de empleo, que posiblemente pueda cumplirlas a la perfección”, lamentó la docente.

Es frente a este panorama que surge la necesidad de construir espacios para debatir y generar acciones concretas que provoquen un cambio de paradigma. “El Estado tiene un cupo laboral del 4 por ciento que debe ocupar con personas con discapacidad, pero no lo cumple. Todas las estadísticas muestran que ni el Estado asegura un puesto de trabajo para personas con discapacidad, que se le puede pedir, entonces, a una pyme”, criticó Correa.

Para la mujer, la falta de accesos al empleo de personas con discapacidad, debe ser tomada como una “responsabilidad social”. En este sentido, la docente señaló: “si todas las empresas del Partido de La Matanza, por ejemplo, tomaran al menos una persona con discapacidad, sería un golazo”.

Otro de los pilares fundamentales para cambiar la mirada prejuiciosa sobre la discapacidad, es el rol de la educación. “Necesitamos que se brinden los espacios para personas con discapacidad en este sentido. El prejuicio existe porque no las conocemos. Desde pequeños no están con nosotros en las escuelas, no forman parte de nuestros espacios, no sabemos que necesitan, adonde están, no compartimos espacios, no nos relacionamos”, explicó Alejandra.

“Estamos en el peor momento”

Alejandra Correa califica como “catastróficos” para el colectivo de discapacidad, los casi 4 años de gobierno de Mauricio Macri. “Estamos en el peor momento”, aseguró, debido a la infinidad de recortes en los recursos destinados para cumplir con las obligaciones que el Estado tiene con las personas con discapacidad.

“Sin ir más lejos, en estos últimos días nos encontramos con una resolución que viene a imponer restricciones en el área de rehabilitación y tratamientos. Una muestra más del desinterés y la vulneración de derechos que viene sufriendo este colectivo. No se destinan los fondos que deberían destinarse y esto se traduce en recortes permanentes”.

La lucha por lograr la inclusión laboral, se hace cuesta arriba cuando aún hoy, haya reclamar al Estado por el incumplimiento de los sus obligaciones básicas. “Pareciera que las personas con discapacidad directamente no tienen derechos. Además de invisibilizarlas se les quita lo que les corresponde por derecho”.

Talleres protegidos, a la deriva

La Matanza cuenta con dos talleres protegidos; APACID en Ramos Mejía y San Francisco de Asís en Isidro Casanova. En ambos espacios, se ofrecen diversos talleres a través de los cuales se promueve la inclusión laboral de personas con discapacidad, ofreciendo los servicios y productos que allí aprenden a realiza o confeccionar.
“Hoy nos encontramos agobiados al recibir las boletas de gas por $44000 y de luz $25000 aproximadamente, más las cuotas de planes para que no nos corten los servicios. A la vez los TPP (talleres protegidos) no reciben las becas de Ministerio (de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires) a la fecha del mes de julio, las ventas bajan, los cobros de las mismas demoran. Por la situación del país y no tenemos respuesta de los organismos responsables, ni ayuda de ningún tipo”, manifestaron desde APACID, haciendo pública sus situación a través de las redes sociales.

“Queremos que se respeten nuestros derechos, que se respeten a las 49 personas con discapacidad que vienen a diario desde distintos puntos de la Matanza a TRABAJAR y tener una calidad de vida digna”, señalaron en el escrito.

Una situación similar atraviesa en el Taller Protegido San Francisco de Asís. “Hace dos meses que Desarrollo de provincia no paga las becas ni los convenios que tiene con los talleres. Es una muestra clarísima de la situación desesperante que atravesamos”, contó la integrante de la Mesa de Discapacidad.

El dinero de las becas se utiliza para cubrir el pago de los servicios, los sueldos del personal administrativos y gastos corrientes. “El importe nunca alcanza para afrontar el costo real que tiene el taller. El atraso en el pago de las becas nos pone en una situación mucho más crítica”, advirtió Alejandra Correa.

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