Cómo se perfila La Matanza para las elecciones que se vienen

A pocos meses de disputarse las elecciones legislativas en un contexto pandémico que cambió la liturgia territorial, en La Matanza el movimiento político no son bruscos y se encaminan a ser un reflejo de lo que pueda ocurrir a nivel nacional con los matices propios del distrito.

Como viene ocurriendo desde comienzos de los años 2000, la oposición está dispersa en varios sectores o fracciones de un mismo espacio. El ala macrista, por ejemplo, a pesar de nunca haber hecho pie en el distrito se empecina en formar dos líneas que llevan como máximos referentes al exministro de Educación Alejandro Finocchiaro y al concejal Eduardo “Lalo” Creus.

Finocchiaro tiene como antecedente haber sido candidato a intendente en 2019, perdiendo por una diferencia de 40 puntos contra Fernando Espinoza -el resultado fue 64,18% para el Frente de Todos y 24,99% para Juntos por el Cambio-. En el caso de “Lalo” Creus su crecimiento se potenció en su estadía como concejal. Se cortó sólo armando el bloque Cambiemos Juntos La Matanza, desde donde utilizó las redes sociales para intentar complicarle la gestión al oficialismo. El edil es un fiel referente del macrismo armando escenarios ficticios que luego son reflejados como verdades absolutas en las redes. Fue protagonista o impulsor de protestas diversas que siempre tuvieron a los mismos actores: sus militantes.

Eduardo “Lalo” Creus creció de la mano de María Eugenia Vidal, quien le proporcionó los recursos económicos necesarios para armar una estructura regional. Sin embargo, ese armado sigue siendo mínimo y no le alcanza por sí sólo para posicionarse como un candidato serio.

La otra pata amarilla en el Concejo Deliberante es la del bloque Juntos por el Cambio, conformada por los concejales Pamela Loisi, Mirta Redes, Guido Goluscio y Lucas Córdoba. Ninguno de los cuatro se destaca, todos hacen una gestión pobre y no son conocidos en La Matanza.

La oposición se completa con Miguel Saredi del Partido Federal, el hombre que perteneció a todas las oposiciones que pasaron por el distrito. Se instaló a través de publicidad callejera y tiempo después desplegó un fuerte operativo en redes sociales. Parecía una alternativa real para el distrito hasta que dejó ver que sus intenciones no iban más allá de su economía personal. La gente de Mauricio Macri dejó de confiar en él y cualquier frente opositor lo mira de reojo a la hora de confiarle armado y dinero.

Por el lado del oficialismo local el panorama no parece haber cambiado en demasía. Fernando Espinoza sigue teniendo el manejo y no encuentra frentes internos que se animen a disputarle el poder. Heredero de Alberto Balestrini, el actual intendente no perdió nunca la conducción del peronismo regional. Sin embargo, en los últimos años viene cometiendo errores no forzados que podrían significarle un tambaleo personal.

La parte comunicacional de Fernando Espinoza es hoy sin dudas su pata más floja. Con frases grandilocuentes, quienes manejan su discurso pretenden posicionarlo en las primeras líneas de la política provincial. Lo colocan sin embargo, muchas veces, en un lugar ridículo que sirve para que sea fuertemente criticado en redes sociales, un espacio que no es el real
pero que guste o no hoy marca una fuerte tendencia del humor social.

El que amagó pero por ahora se quedó quieto fue Sergio Berni. En su búnker en Puente 12, donde instaló la base del Ministerio de Seguridad bonaerense, su gente de máxima confianza recibió a varios referentes y supuestos referentes políticos de La Matanza que fueron a prometerle un armado territorial.

Por allí pasó Hugo Cano, hombre de Virrey del Pino que siempre forma parte de alguna oposición local y su numerosa familia es la que integra varias monoagrupaciones que intentan mostrarse como un fuerte frente político en la zona sur del distrito. Otro que intentó seducir a Berni fue Sergio Lovera, un empresario de Gregorio de Laferrere que no tiene experiencia política y la única movida que se le conoce fue haber concurrido junto a su familia a una marcha opositora en tiempos de Mauricio Macri presidente. Con una amplia bandera, Lovera y su familia se mezclaron entre los manifestantes para disimular su nula convocatoria. Hubo en puente 12 una tercera visita, la del exempresario inmobiliario Martín Di Santo. Fue tal vez la reunión más enigmática que se dio en el Ministerio de Berni ya que se supone que Di Santo no tiene intenciones partidarias, aunque él se dice trabajando en otra faceta junto al dirigente Raúl Magario.

Por último está el ala de Sergio Massa, hoy licuada en el Frente de Todos. Representado en La Matanza por Fernando Asencio, subsecretario de Asuntos Nacionales en la Cancillería, este espacio perdió protagonismo al ingresar en una serie de negociaciones con la intendencia. De hecho el propio Asencio vio quebrarse su sector cuando algunos referentes le soltaron la mano. El último que dijo ya no pertenecer fue el exconcejal Héctor Mantello, en los últimos tiempos más cercano a las oficinas de Almafuerte.

Con este panorama el intendente Fernando Espinoza parece no tener muy complicada su situación, aunque un potencial arrastre de una derrota nacional puede provocarle serios dolores de cabeza. Su riesgo es a mediano plazo, si sigue por la senda de abandonar el territorio, cambiarlo por las grandes cámaras de televisión y escuchar a un grupo asesor que tiene los bolsillos bien abiertos, pero lo encamina al fracaso.

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