Una guía para revalorizar el rol ambiental de la flora nativa del Riachuelo-Matanza

Es un instrumento que nos permite fortalecer el trabajo de los viveros municipales y también de la comunidad en su conjunto, entendiendo que la flora nativa mejora la calidad del ambiente», contó a Télam María José Parra, directora de Fortalecimiento Comunitario y Promoción del Desarrollo de Acumar.

Una guía presentada esta semana por la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) revaloriza el rol de la flora nativa para mejorar la conservación del suelo, la depuración del agua y la regulación climática, y anima a los viveros y a los vecinos en general a considerar estas especies a la hora de plantar.

La Guía para la Gestión Integral de Viveros de Flora Nativa Rioplatense, disponible de forma libre y gratuita, se propone recopilar, sistematizar y divulgar el trabajo en materia de biodiversidad de la cuenca para lograr la recomposición socioambiental.

«La guía es un instrumento que nos permite fortalecer el trabajo de los viveros municipales y también de la comunidad en su conjunto, entendiendo que la flora nativa mejora la calidad del ambiente», contó a Télam María José Parra, directora de Fortalecimiento Comunitario y Promoción del Desarrollo de Acumar, durante la recorrida del vivero Municipal de Morón, ubicado en Stevenson y Callao, junto a Rodrigo Testa, técnico del organismo.

La propuesta surge en el marco del Programa de Impulso y Fortalecimiento a la Red de Viveros para la Producción de Especies Nativas en la Cuenca Matanza.

Así, la publicación se propone brindar herramientas de capacitación para personal de viveros y fortalecer su capacidad de implementar de manera efectiva propuestas de restauración, mantenimiento y creación de espacios verdes públicos mediante la plantación y propagación de especies nativas.

Es por ello que, el material analiza las características climáticas del ecosistema, suelos y principales especies de vegetación presentes en los municipios que atraviesa la cuenca: Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora, La Matanza, Ezeiza, Esteban Echeverría, Almirante Brown, Morón, Merlo, Marcos Paz, Cañuelas, General Las Heras, San Vicente, Presidente Perón y parte del sur de CABA.

La guía indica que algunas especies autóctonas de esta ecorregión son el Ceibo, Dama del Monte, Dama de Noche, Uña de Gato, Tasi, Chal Chal, Sen del Campo, Curupí, Fumo Bravo, Pindó, Ombú, Ceibo y Chañar .

Según los especialistas de Acumar, el uso de flora autóctona (definida como aquella originaria de los ecosistemas) mejora la conservación del suelo, la depuración del agua y la regulación climática, ya que, biológicamente se encuentra mejor adaptada a sus variables climáticas, interactúa eficientemente con los nutrientes y tipos de suelo y asegura la diversidad biológica.

«Amortiguar y apaciguar los efectos del cambio climático tiene que ver con la recomposición de la biodiversidad originaria en los entornos», explicó Parra, para mejorar la calidad de vida de las poblaciones que la habitan.

Al ingresar a uno de los invernaderos, la directora del proyecto detalló que la primera línea de trabajo fue fortalecer la producción, ya que se cuenta con escasos viveros públicos o privados que produzcan las especies adecuadas para la región y en la cantidad necesaria para planificar y recomponer los espacios de la cuenca.

«Las obras públicas tienen que estar acompañadas de infraestructura verde. Las plantas que colocamos en el territorio brindan interacciones que son necesarias para la vida», señaló. Por eso desde el programa de Acumar comenzaron a «sensibilizar» a los municipios para que puedan producir nativas en sus viveros.