Shame, sin reservas

Por Gastón Romero

Brandon es un neoyorquino de treinta y pico de años con dificultades para la intimidad con las mujeres pero al mismo tiempo es adicto al sexo y tiene relaciones compulsivamente. En general, siempre citas ocasionales o romances condenados al fracaso de antemano. Cuando Sissy, la caprichosa hermana menor de Brandon y una prometedora cantante, aparece en su casa sin previo aviso y se instala allí, su estilo de vida tan particular y aislado, colapsa y al mismo tiempo, afloran recuerdos del doloroso pasado familiar en común. Con esta sinopsis prometedora, el director Steve McQueen (“Hunger”) nos somete a un drama sexual intenso para su protagonista y para el público que lo acompaña también. La aparición de su hermana en escena dejará entrever situaciones difíciles y una revolución personal con la que deberá lidiar. Perversa y cargada de morbo, esta realización tiene mucha fuerza gracias a la interpretación de Michael Fassbender (“X-Men: Primera Generación”, “Un método peligroso”) y en la labor de Carey Mulligan (“Drive”) que esta acertadísima como la hermana en cuestión. La música de Harry Escott tiene el tono perfecto. Vale la pena. Perturbadora. “Shame”. Orígen: Reino Unido. Actores: Carey Mulligan, Michael Fassbender, James Badge Dale, Nicole Beharie. Director: Steve McQueen. 101 Minutos. Apta mayores de 18 años

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