Desde hace unos meses el CIP de la Matanza, viene siendo objeto de una “operación de prensa” muy bien orquestada y por lo que se aprecia, a un alto costo de inversión, destinada a desacreditar a la entidad y su conducción, con el fin de que algunos que se hacen llamar asociados mantengan su actual estado de clandestinidad.
En el día de hoy y en un diario local, se da a entender que se produciría una fractura a nivel social en nuestro Centro, por la decisión de unos 50 socios los que pasarían a formar una nueva entidad.
Ello es imposible dado que la mayoría de las personas que se nombran e ilustran la nota, no son socios del CIP de la Matanza ya que en el estatuto de la entidad pone como condición para ser SOCIO tener una panadería debidamente habilitada y los mismos no la poseen, y otros pocos que se encuentran asociados tienen menos de un año de antigüedad en la institución.
Ser socio de nuestra entidad es facultativo de cada panadero, solo se requiere para acceder a la categoría de socio activo tener la habilitación de su panadería al día y cumplir con lo estipulado en el Estatuto social vigente, entiéndase que debe hallarse dentro de un marco de legalidad y transparencia.
Evidentemente el grupo de seudos panaderos que ilustra la nota se ha equivocado respecto de lo que significa ser “socio del Centro”, nuestro objeto radica en la defensa de los derechos de los panaderos y no en la complicidad de quienes fuera de toda regla pretende producir y vender productos panificados, a cualquier costo, no importándole la salud de nuestra población ya que al producir y vender estos productos que no reúnen las normas de salubridad dispuestas por los organismos oficiales se esta atentando contra la salud poblacional y los únicos beneficiarios son los seudos panaderos quienes engrosan sus bolsillos con la salud ajena.
El CIP de la Matanza en sintonía con todos los Centros Panaderos de la provincia de Buenos Aires, luchamos en contra de: la producción clandestina de pan, la mano de obra infantil, la evasión tributaria, el uso de bromato de potasio, agradeciendo a las autoridades municipales y provinciales el estricto control que les compete, por lo que también entendemos que no solo defendemos los derechos e intereses del panadero, sino también de la población y del estado.
Quienes produzcan PAN por fuera de las normas establecidas no deberían llamarse PANADEROS y quienes produzcan PAN a costo de la vida de la población y sin realizar las tributaciones y aportes al sistema social correspondiente atentando contra el crecimiento nacional, a ellos deberían llamarlos MAFIOSOS.
Emilio Majori