Tras la muerte de una nena de seis años, el sistema de salud vuelve a estar en la mira

CASO “FLOPY” MARTÍNEZ



En el último número de S!C se denunciaron las graves anomalías que presenta el sistema de salud de La Matanza a través del caso testigo de Ruth del Valle. Paradójicamente, como si no bastara lo sucedido, Flopy fue el triste espejo de la decadencia sanitaria en La Matanza. Tenía seis años, le habían diagnosticado carne crecida en la garganta en el sanatorio San Mauricio y, tras ser atendida por los médicos, murió a causa de una hemorragia interna.

Por Pablo Pozurama
ppozurama@periodicosic.com.ar

La historias tristes también se repiten. Pero no por casualidad, ni por destino, sino por dejadez, inoperancia, desinterés, y falta de decisión política en algo tan básico y tan indispensable como es la salud.

Cronología de un final repetido

Keila Florencia “Flopy” Martínez tenía seis años cuando comenzó con al-gunos problemas de salud. Los médicos le diagnosticaron “carne crecida en la garganta” lo que le provocaba molestias para respirar y agitación. En noviembre pasado comenzó un tratamiento para curar su mal en el sanatorio San Mauricio de González Catán (también vinculado al caso Ruth del Valle). Tenía fecha de operación para el 31 de enero.

El 22 de enero último, Keila sufrió un cuadro complejo de agitación por lo cual fue llevada por sus padres a dicho sanatorio a fin de recibir asistencia médica inmediata. La niña quedó internada con oxígeno y los médicos le aplicaron corticoides a fin de revertir el cuadro que presentaba.

Al día siguiente, “Flopy” empeoró y presentó convulsiones. En ese momento, los médicos optaron por realizarle una traqueotomía. Según indicó la familia de Keila, en ese momento “le produjeron una hemorragia interna tras introducirle un tubo por la boca”. Ante la gravedad de la situación, la dirección del hospital decidió el trasado urgente de la niña a la clínica Figueroa Paredes de Gregorio de Laferrere.

En el viaje, “Flopy” entró en paro y tuvieron que reanimarla en el momento. Al llegar a destino, realizaron varios estudios y a las 22.45 llegó la peor noticia: la pequeña Keila tenía muerte cerebral.

“Yo le tocaba el cuerpito que estaba tibio y su corazón latía”

“Acá hicieron la cagada. Le dejaron toda la carne crecida y se ahogó con la sangre de ella, entró en paro”, disparó contra el sanatorio (San Mauricio) Jonatan Gustavo Martínez (padre de Keila) a S!C.

A su vez, el progenitor de la niña fallecida criticó el accionar de los representantes del INCUCAI: “Vinieron y me dijeron que estaba muerta pero no me mostraron ningún papel ni nada”. “Lo único que me decían a cada rato era si iba a donar los órganos. Hasta me mandaron tres psicólogos distintos y como yo les decía que no, me dijeron que entonces la iban a tener que desconectar”.

Con el dolor inexplicable de haber perdido a una hija de tan solo seis años, Jonatan explicó su negación a que la desconecten: “Yo le tocaba el cuerpito que estaba tibio y su corazón latía”. Finalmente, el padre de Keila confió: “No me hicieron firmar ningún papel para desconectarla. Me dijeron: `¿Donás los órganos?´, y cuando le dije que no, ahí la desconectaron”. El 26 de enero a las 8.35, “Flopy” murió.

Fin de una vida, comienzo de una lucha

Jonatan Martínez y Soledad Carruela, madre de Keila, comenzaron la lucha judicial y social para que la muerte de su pequeña hija no quede impune. Cada sábado realizan una marcha en la puerta del sanatorio San Mauricio para pedir justicia y castigo a los responsables de la muerte de “Flopy”. Asimismo, a mediados de febrero realizaron la denuncia penal en la UFI 6 en la que acusan a los profesionales que atendieron a la niña de ser los responsables de su muerte.

3 comentarios sobre «Tras la muerte de una nena de seis años, el sistema de salud vuelve a estar en la mira»

  1. Vivi una situacion bastante similar en el Sanatorio San Maurico, es un desastre como funciona ese lugar,lucran con la salud de la gente, son poco profesionales, ineptos.En el 2007 mi hija sufrio un accidente, la llevamos a este lugar que ni un respirador tenia, nos decian que necesita una derivacion urgente, que llego luego de 5 horas. En el lugar no se le practico ningun tipo de estudio, al tenian con un respirador manual, pusieron trabas para no derivarla, les preocupaba sólo no quedar «pegados» y ademas sufrimos maltrato por parte de las autoridades de este lugar macabro. El doctor Saso supuestamente tan buen pediatra que es, se negó a acompañar a mi hija en una ambulancia que poseia todo el equipamiento pero no contaba con médicos. Ahora me pregunto cómo puede ser que’ este lugar donde se practican partos, donde se atienden niños de todas la edades no cuente con un respirador?no tenga terapia infantil? y trabaje gente tan inepta,ineficiente,inexperta, etc etc etc.Saso y Escobar:DEJEN DE LUCRAR CON LA SALUD DE LA GENTE.

  2. lamentable q los medicos no esten capacitados para hacer estas practicas de entubacion ,y lo pero el incucai q solo piensa en los organos………da q pensar no???

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