Pablo Paoli y Daniel Oller integran un proyecto humorístico de varieté llamado HAC. Desde la localidad de Villa Celina muestran sus videos a través de la red social Facebook (Humor a Caballo). Con trasfondo de ironías y risas pretenden transmitir un mensaje.
Por Susana Jara
sjara@periodicosic.com.ar
En una relajada charla con el Periódico S!C, los integrantes de HAC nos cuentan cómo nació la idea de hacer este tipo de humor, qué contenido tiene, cuáles son sus influencias, y qué preparan para el futuro.
¿Cómo surgió la idea de hacer un grupo de humor?
Pablo Paoli- Hace dos años que empezamos a darle forma a HAC. En un principio, nosotros dos formamos el grupo. Todo era medio amateur, cómo realizar videos sin edición. Lo hacíamos para nosotros. En ese momento el proyecto no tenía nombre, nos entusiasmó y lo seguimos haciendo. Después, empezamos a editar los videos y darle más forma y a mejorar las actuaciones porque al principio había tentadas y risas. El humor comenzó a salir de situaciones que nosotros creábamos en nuestras cabezas.
Una vez que eligieron el nombre, ¿por qué decidieron modificarlo después?
P.P.- No queremos que el nombre sea un impeditivo, para que la gente que lo vea diga “a ver Humor a Caballo”, y que esté condicionada a reírse porque nosotros no buscamos la risa. El humor sale solo. Vamos a usar “HAC” como una onomatopeya, como algo que impacte, un cachetazo.
¿Dentro de qué estilo pueden
calificar lo que hacen?
P.P.- Nos basamos en la cotidianeidad. Por ejemplo, en una presentación utilicé una muñeca de plástico, que era mi hija y tenía de amigo imaginario a Germán Kraus. Es decir, lo que hacemos es trabajar desde un personaje, sin hablar de mí mismo. Es un humor medio bizarro el que se busca, donde lo irónico está siempre presente. El humor está de trasfondo, está explícito, no es que nos matamos para hacer reír, si a la gente le causa gracia es de rebote. Nuestra idea no es mostrar un culo y dos tetas para que la gente se ría, no vamos a lo chabacano. Nos gusta armar algo que esté bien elaborado.
Daniel Oller- Si, es algo que sea diferente. Es la ironía de situaciones de la vida con nuestra visión, que es muy particular. Tenemos influencia de muchos artistas, pero no nos pueden encasillar en ningún género.
¿Cualquier persona puede
participar en sus videos?
P.P.- Nosotros no somos actores, la gente que se sumó tampoco, nos conocimos en la facultad de Derecho. Ellos empezaron a ver los videos, nosotros los invitamos a participar. Lo que vemos en la gente que participa es que la gente descubre algo que no sabía que tenía. La gente puede participar siempre y cuando siga lo que nosotros hacemos y capte la onda. No me interesaría que venga un tipo que le guste el humor de Miguel del Sel, porque no hacemos el humor de MIDACHI por ejemplo. Por una cuestión de incompatibilidad y no porque no me guste la cara de esa persona.
¿Qué influencias artísticas tienen?
P.P.- Nos gusta Alfredo Casero, el programa de televisión CHA CHA CHA, Mad Tv, humor inglés, Mr. Bean, Chaplin, que es un humor más de culto. Nosotros sabemos que HAC no va a ser un tipo de humor masivo. No va a ser algo que la gente que llega de laburar lo pone y se sienta a verlo, porque el proyecto HAC tiene más contenido. No es por discriminar otras cosas, pero nosotros buscamos algo que tenga contenido. Por más burdo que sea, tiene el contenido.
Entonces… ¿el humor que hacen ustedes no lo puede entender cualquier persona?
P.P.- En realidad lo puede ver cualquiera, no se trata de entender o no. No sé si HAC puede llegar a cualquiera. Por ejemplo, nosotros escuchamos Los Redondos y hay letras que no entendemos de qué se trata, pero sentimos y yo creo que el arte se trata de eso, no de entender sino de sentirlo.
En sus videos… ¿Improvisan
o tienen un libreto?
Libreto no hay, lo que hacemos es armar una base sobre lo que queremos hacer, por ejemplo en el video que se llama “Entrevista Laboral”, contamos la historia de un flaco que va a buscar trabajo, donde él inventa un curriculum que no existe, donde él es un súper hombre. Improvisando salen cosas que una vez que ves el video decís: “Che mirá no me había dado cuenta el mensaje que deja”. Sale algo más visceral por ahí, eso está buenísimo.
¿Quieren transmitir un
mensaje en sus videos?
D.O.- Si vos mirás cada video todo te dice algo. Hay un mensaje implícito y otro explícito.
¿Se puede concretar un proyecto independiente de humor en el partido La Matanza?
P.P.- Es complicado, no para nosotros hacerlo, sino para trasmitirlo. Yo lo que noté, es que la gente vive rápido acá, es decir el tipo promedio que llega a la casa a las ocho de laburar lo que menos quiere ver es un programa con contenido, no quiere pensar, quiere lo rápido. Por ejemplo, lo que pasa con el programa de Marcelo Tinelli, por decir un nombre, a mí no me gusta, pero sin desmerecerlo, es todo un teatro armado. La gente, a veces, te dice ‘lo miro porque no e banana, lo piso y me caigo”. Tampoco, es un humor para intelectuales. Te dicen ‘no hay otra cosa’, sí que hay otra cosa. Por eso es difícil trasmitirlo, porque nosotros no queremos hacer el humor de “cáscara de banana, lo piso y me caigo”. Tampoco, es un humor para intelectuales.
¿Existen circuitos culturales y lugares donde
podrían presentarse?
P.P.- No conozco muchos circuitos culturales en La Matanza. Ahora, el único medio que nosotros tenemos es el Facebook. Pero nos encantaría poder llegar a los teatros .Yo creo que acá faltan emprendimientos propios, en humor estoy hablando, por ahí si hay de bandas de música. Por cuestiones geográficas nos vamos más que para Capital, pero sí pensamos en La Matanza.
En el plano económico ¿cómo
solventan sus producciones?
P.P.- Con el vestuario nos manejamos con lo que tenemos, por ejemplo estoy usando la ropa vieja de mi tía. Tengo un traje que lo uso para ir a las entrevistas laborales, tengo sombreros. Me compré tres pelucas. Hacemos con lo que tenemos.
¿Tienen otros proyectos?
P.P.- Para este año tenemos pensado filmar un cortometraje. Queremos que la gente se arriesgue a ver cosas nuevas. Que el espectro cultural es amplio, que es mentira que está todo hecho y que no hay variedad.