Espacio cultural todavía funciona al aire libre

La murga, única actividad al aire libre.

 
[audio:https://periodicosic.com.ar/wp-content/uploads/2011/12/Ana-Clara-Rojas-Biblioteca-en-un-baño1.mp3|titles=Ana Clara Rojas – Biblioteca en un baño]
 

El espacio cultural “El Hormiguero”, antes Espacio Cultural Compromiso por la Vida, continua trabajando al aire libre a un año de ser desalojados de la Sociedad de Fomento Sarmiento el 8 de diciembre pasado, donde llevaban a cabo los talleres y actividades gratuitos de contención y aprendizaje a chicos y grandes.

Los miembros de “El Hormiguero”, vecinos del barrio Jorge Newbery de Laferrere, empezaron a trabajar en la plaza, como consecuencia de perder el espacio físico en el que se reunían, la Sociedad de Fomento Sarmiento ubicada en Bompland 3081, Laferrere. Es por eso que el espacio cultural tuvo que dejar de realizar diversos talleres como el de panificación (en su mayoría para adultos como salida laboral), guitarra, apoyo escolar, literatura, además de contar con una colección de libros que conformaba su biblioteca, y ahora “todos esos libros están en el baño de una compañera, es una pena verlos ahí”, enfatizó una de las integrantes del Espacio, Ana Clara Rojas.
Al mismo tiempo, “se dificulta sumar gente nueva porque no tenemos un lugar de aglutinamiento, antes era más fácil en la sociedad de fomento porque la gente iba ahí”, detalló Rojas. Igualmente, la integrante de “El Hormiguero” señaló que “la gente nos tiene como referentes, las personas nos vienen a preguntar cuando tienen algún problema”.

Murga en la plaza

En tanto, Rojas señaló que “lo único que podemos hacer al aire libre es la murga”. Asimismo, comentó que “la idea es que la murga deje ser de un taller y empiece a salir de acá a otro lados como el carnaval en febrero”. La murga de este espacio da en llamarse “Los rompecalles”, y está conformada por 40 personas entre chicos (de 4 a 17 años) y adultos, que suelen dedicarse a lo que es percusión.

Sin panificación

A través de este espacio cultural se desarrollaba un taller de panificación como salida laboral, en su mayoría para adultos y algunos adolescentes.
De esta actividad egresaron 15 personas, pero cuando tuvieron que abandonar la Sociedad de Fomento, ocho personas se quedaron a mitad de camino. Hoy la cocina está en la casa de una vecina sin poder utilizarse.

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