“Soy matancero hasta el dolor”

 

El cantautor nacido en Chepes, La Rioja, desembarcó a los siete años en San Alberto,  uno de los barrios más pobres de Isidro Casanova. Aunque se siente “matancero hasta el dolor”, su música está emparentada con la región de Cuyo. Actualmente se encuentra a punto de grabar su cuarto disco desvinculado de las grandes productoras.

Por Lorena Toro

ltoro@periodicosic.com.ar

 

Son las 12.30 del mediodía. Daniel Argañaraz llegó a la redacción de S!C acompañado por uno de sus tres hijos. Viste un saco color crema de Taglio trajes. Quizá en sus comienzos, a la edad de siete años, cuando en Chepes (su ciudad natal) sus tíos le pedían que cante para grabarlo, o cuando ya en Isidro Casanova su padre a los once años le regaló su primera guitarra, imaginó que trabajaría con Pepe Cipriano, cantaría con Jorge Rojas, Luis Salinas y hasta con el mismo León Gieco, por nombrar algunos.

Se mostró amigable y predispuesto a contestar las preguntas. Aunque constantemente se sale de libreto, pero no pierde de vista las preguntas. Es que son muchas cosas que le sucedieron durante su carrera de trabajo arduo “porque el artista debe trabajar todo el día”, dijo y comentó que se acostó a las cuatro de la madrugada componiendo su próxima producción “Cuarto Creciente” que grabará en mayo en los estudios que Jorge Rojas tiene en Córdoba y con los arreglos de  Raúl Gómez, uno de los más importantes que trabajó con Pintos, Pimpinela, Luis Miguel, Valeria Lynch.

“Este disco que se viene me va a hacer feliz, porque mezcla folklore con condimentos del rock, del pop, de la música latina. El anterior, “Grito en el Cielo”, es un disco folklórico que no cierra realmente lo que soy. Hay algunos temas como negrito de La Matanza, y unos temas más, que sí.  Pero hay otros que me impusieron o mejor dicho que me decían que lo haga  porque que va a salir bien. Si te dejas llevar por la compañía o la productora terminás haciendo cosas que no te gustan. Ahora me desvinculé de Sony, de Fénix Enternteiment, lo estoy produciendo de manera independiente”, adelantó el músico.

 

¿Que pasó en el medio, no estás de acuerdo con las reglas de mercado?

 

No.  Me interesa más vender mis discos en forma particular porque es una maravilla. Voy a la feria de Mataderos y vendo 100 discos, y hasta 167. Por eso no necesito de ellos, de sus reglas, sus imposiciones, sus tiempos. A las grandes compañías les pedís en enero 500 discos, por ejemplo, y te dicen que los pueden tener para marzo o abril. Pero uno lo necesita para el 9 de enero. Sus negociados no me interesan, prefiero no estar en una multinacional o cerrar con otras las cuales las siento más cercanas.

 

¿Por qué sucede eso?

 

Porque están más preocupados y ocupados con Arjona, Montaner, Diego Torres, que está buenísimo porque son los que venden, que un cantorcito de La Matanza.

 

Sos uno de los representantes del Distrito con lo referente a la música, ganaste el precosquín, estás comprometido con la realidad…

 

Nací en Chepes, muy despojado de lo económico, del gobierno central, con características muy pobres. Luego mi padre cuando nos fue a buscar vivimos primero en San Martín y luego llegamos a Casanova al barrio más pobre, que es el San José, que siempre pasó todo alrededor. Pasó por Venezuela, Marconi, pero nunca por San José.  Recién ahora con Fernando (Espinoza) se empezaron a ver los adelantos, en un 50 por ciento está asfaltada. Cuando era pibe nos poníamos bolsitas de nylon para cruzar la vía, para no llegar embarrados, la usábamos para ir a bailar. Me sacaba la bolsita cuando llegaba al cole, las botas de goma eran inalcanzables. Por eso soy matancero hasta el dolor. Me llena de satisfacción y de alegría pertenecer y ver cada avance, que para mí es una lágrima de alegría.

 

¿Cómo comenzó tu carrera?

 

En realidad, cuando en la secundaria voy al programa de canal 9 “Domingo para la Juventud” y gané la prenda “Yo Sé”. Me hago amigo de Jorge Rossi, el conductor y él le insistía a mi vieja que me presentara a un casting. Luego trabajé tres años con Pepe Cipriano, donde bailaba, cantaba y actuaba, aunque en esto último era muy malo. Después vino mi banda “La Arteria”. Hacíamos rock, porque si eras de Casanova tenías que ser roquero o ir a Jesse. Éramos amigos de Los Piojos y Caballeros de la Quema. Utilizábamos muchos elementos del folklore, vidalas, bombos, el candombe, el reggae.

Fuimos los primeros en utilizar la cumbia y demás para hacer música, que después Bersuit producen un disco mío que se llama “Para transpirar la camiseta”.

Creo que hay una influencia de La Arteria en Argentinidad al Palo.

Para nosotros fue un grupazo lo que pasa que desde un lugar más pobre no teníamos el poder adquisitivo para salir de gira, ir por la costa, como si los Caballeros, Las Pelotas.

 

¿Cuáles son tus mejores recuerdos en toda tu Carrera?

 

Uno fue ganar el premio precosquín, en el 2005 fue emocionante ver a mi viejo que había sufrido un ACV, mientras todos me abrazaban yo solo miraba a él como venía caminando despacito y llorando. Eso fue emocionante. Después cuando León Gieco entró al estudio de grabación y estábamos grabando el disco “El grito en el cielo” donde él participó. Y cuando lo vi entrar a ese señor muy alto… porque la primera canción que aprendí fue Solo le pido a Dios, y verlo ahí es como cerrar un círculo, cierre la puerta maestro, ¡ya estamos!

 

¿Qué sentís que te falta lograr?

 

Creo me falta ese tic para saltar el muro y estar con los grandes. Es lo que aspiro. El sueño de estar con ellos, trabajar mucho para estar en ese lugar.

 

¿Qué lugar es ese?

 

Yo quiero ser el número uno, el número tres, el cuatro, el cinco, quiero estar en la pelea. Me gusta siempre estar en el partido de fútbol y jugar siempre a ganador, con toda la humildad lo digo.

 

¿Entonces crees que en tu carrera falta el éxito?

 

Para los artistas siempre faltan cosas, somos unos eternos pedidores. Demandamos de nosotros mismos y cuestionamos el arte. El día que los dejemos de cuestionar o seamos Sabina, Serrat, Cortes, o León no se cuestiona el arte porque él es feliz aunque se le diga que hace poesía mal escrita. Quiero llegar a mi lugar del éxito a la corona de mi trabajo. No quiero ocupar el lugar de nadie. Soy un trabajador de esto.

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