El predio en el que funcionó el Vesubio en manos de la sociedad matancera

En el mes de octubre y luego de reiterados pedidos por parte de familiares de detenidos desaparecidos durante la última dictadura militar, el Municipio de La Matanza firmó un acuerdo con la Corporación del Mercado Central de Buenos Aires en el que queda asentado que el predio donde funcionó el Centro Clandestino de Detención pasa a la órbita local, con el objetivo de establecer un Espacio de La Memoria y la Vida.

“Lo que vamos a hacer en el Vesubio lo vamos a decidir entre todos”, aseguró en ese momento, el jefe comunal Fernando Espinoza. En ese predio, organismos de derechos humanos comenzaron hace más de una década a construir un monumento a las víctimas, bautizado “30 mil mundos” y que fue levantado exclusivamente con donaciones de la sociedad, no existió inversión alguna del Estado en este emprendimiento que en un inicio avanzó de manera entusiasmada para luego tener que detenerse un tiempo hasta poder formular nuevas estrategias para generar otros ingresos.

El monumento tendrá, al finalizarse, 30 pancartas rellenas de hormigón que representarán a los 30 mil desaparecidos. Y este año, desde el Gobierno Municipal se tomó como bandera el deseo de lograr transformar el predio, donde funcionó el Vesubio, “en un lugar para reactivar la memoria”. “Lo que vamos a hacer en el Vesubio lo vamos a decidir entre todos y, como siempre, no quiero que esto sea un trabajo del intendente de turno, si no que entre todos nos pongamos de acuerdo en lo que vamos a construir y transformar ese símbolo de tortura y muerte en un lugar de vida. Para nosotros es un gran paso adelante. El pueblo de La Matanza dice `Nunca Más´ a vivir esa noche trágica que tuvimos que vivir los argentinos”, aseguró Espinoza.

Con esta decisión se termina de visibilizar la historia más sangrienta y triste de La Matanza, que se resume en un nombre: “Vesubio”, en ese centro de tortura y muerte se calcula que (desde 1975 hasta 1978) pasaron por lo menos 1.500 detenidos-desaparecidos, entre ellos el guionista Héctor Oesterheld, el cineasta Raymundo Gleyzer y el escritor Haroldo Conti.

Fue un centro clandestino de detención utilizado por el Ejército, que estaba ubicado en la localidad de La Tablada, cerca del cruce del Camino de Cintura con la Autopista Riccheri y junto con la ESMA, tiene el mayor número de operaciones durante la represión ilegal de la dictadura.

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