El presidente ecuatoriano anunciará cambios en su gabinete de ministros para reforzar el frente político del Gobierno y reiteró que planea revisar su decisión de no presentarse a una nueva reelección en 2017, cuando concluya su mandato.
Aunque no atribuyó esos cambios a los resultados electorales en los pasados comicios municipales y provinciales del 23 de febrero, el mandatario insistió en que reforzará su equipo político.
Adelantó, en una entrevista televisiva, que será reubicada en otras funciones la actual secretaria nacional de Gestión Política, Betty Tola, y que su cargo lo ocupará la excandidata del movimiento oficialista Alianza País a la alcaldía de Guayaquil, Viviana Bonilla, quien perdió los comicios ante el actual jefe municipal, Jaime Nebot.
Asimismo señaló que el ministro de Turismo, Vinicio Alvarado, regresará a su antiguo puesto como secretario de la Administración Pública (ministro secretario de la Presidencia), actualmente ocupado por Cristian Castillo.
También remarcó que el canciller Ricardo Patiño continuará como jefe de la diplomacia del país y cuyo trabajo «ha sido histórico», reseñó la agencia EFE.
«El lunes empezamos con algunos cambios» en el gabinete, reiteró el mandatario, que también piensa en fuertes modificaciones en su movimiento político, Alianza País (AP), tras los reveses electorales registrados en los comicios últimos.
«Renovarse o morir», fue la consigna de Correa para sus simpatizantes, y admitió avances de la oposición de derecha en ciertos ayuntamientos, sobre todo en los enclaves de Quito y Guayaquil, las dos ciudades más importantes del país.
Es posible que «nos dedicamos mucho a la gestión gubernamental y nos olvidamos la parte política», dijo el mandatario, e insistió en su empeño por hacer cambios en el equipo de colaboradores y en el movimiento político.
Sin embargo, dijo que pese a los reveses, el oficialismo sigue siendo la primera fuerza política, a la luz de los resultados electorales preliminares.
Alianza País (AP) es «el movimiento más votado» a nivel nacional y obtuvo 10 de las 23 prefecturas provinciales que se disputaban en los comicios, además de 67 de las 221 alcaldías, muy por delante del segundo, Avanza, aliado del Gobierno.
Para Correa, eso confirma «una victoria electoral» del oficialismo, aunque «con duros reveses» como la derrota en la alcaldía de Quito, que fue ganada por el opositor Mauricio Rodas, un político que se dice de centro, aunque Correa lo ubica en la derecha.
El gobernante fue autocrítico con su movimiento y denunció sectarismo en las filas oficialistas, una de las razones que a su criterio contribuyeron a la derrota en la capital.
Además, admitió la falta de estructuras de base social sólidas en AP, lo que, señaló, «evidencia la necesidad de cambios profundos en el movimiento, que empezarán con una convención» a la que llamnará en los próximos meses.
Correa dijo también que observa que las condiciones políticas en el país han cambiado y «el que no cambia de decisión cuando han cambiado las circunstancias es un tonto», observó.