Diana Sacayán un ejemplo de lucha por la inclusión y la igualdad

Aprobación de Ley de Cupo Laboral Trans

Militante, combativa, activista trans, referente, secretaria de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA), ferviente luchadora por el respeto de los derechos humanos, por la justicia social, la igualdad. De carácter firme y voz apacible, acompañó con cuerpo y alma infinidad de causas que buscaban justicia.


Por Ángela Tobar
atobar@periodicosic.com.ar

La provincia de Tucumán la vio nacer y La Matanza la vio crecer. Vivió hasta hace pocos meses en la localidad de Gregorio de Laferrere, donde de adolescente, al asumir su identidad sexual, conoció la exclusión, el desprecio, la discriminación de una sociedad que no estaba preparada para “lo diferente”.

Diana encontró durante su juventud la única salida laboral que tenían las personas “de su condición” que se reducía a la prostitución, durante años sufrió el acoso y humillación policial, social, cultural. Con un Estado ausente que no contaba con políticas públicas de acompañamiento, contención. Derechos humanos vulnerados hasta el hartazgo.

Lejos de acumular rencor y dejar que la mirada del otro la rotulara, Diana Sacayán decidió luchar para modificar el sistema opresivo y ofensivo para el sector de las personas travestis y transexuales. Emprendió una lucha que tenía como eje la información y concientización social para poder restituir derechos.

Diana Sacayán alzó la voz para se escuchen las dolorosas estadísticas que revelaba el desamparo a la población travesti “tiene un promedio de vida de 32 años” y “el 95 por ciento vive en prostitución, el 64 por ciento no terminó sus estudios primarios, el 84 por ciento no llegó a la secundaria y sólo el tres por ciento tiene estudios terciarios realizados”.

En La Matanza se comprometió para lograr que el Concejo Deliberante apruebe en 2008 la Ordenanza que marcó el logro del sector trans de ser llamados por su nombre autopercibido en los hospitales públicos. Encabezó la creación del Frente para Personas Discriminadas en La Matanza, y el Servicio de Salud Amigable para la Diversidad Sexual que funciona en distintos dispositivos de salud local y se replicó en varios distritos. Y este año impulsó la inauguración del consultorio de salud integral e inclusiva de diversidad sexual, el mismo funciona en el Policlínico de San Justo.

En el 2012 fue la primera candidata travesti que se postuló para ocupar el cargo de defensora del Pueblo de La Matanza y ese mismo año se convirtió en la primera persona travesti en recibir su nuevo Documento Nacional de Identidad, fue la misma presidenta Cristina Fernández quien le entregó en mano el documento en el que se plasmaba su identidad.

En ese momento, Diana celebraba al ser consultada por este medio; “Tengo una sensación bastante extraña, porque el mismo Estado que nos perseguía, nos negaba el acceso a todos los derechos elementales y básicos es hoy el que promueve estas políticas públicas tal como sucedió con la Identidad de género. Después de haber pasado tanto tiempo en un calabozo, por ser quien era, y hoy poder recibir el DNI en manos de la Presidenta me provoca una enorme emoción, me siento muy nerviosa y privilegiada porque hubo muchas compañeras que perdieron la vida en el camino para lograr que hoy estemos acá, disfrutando de este momento”.

Y sin duda, todo aquel que tuvo el privilegio de conocer a Diana sabia que su principal ocupación radicaba en lograr que el sector al que pertenecía tenga las mismas oportunidades de trabajo que la mayoría, por eso impulsó la Ley de Cupo Trans, la que fue aprobada por el Senado hace un mes.

«Lo que a cualquier persona le es común: tener trabajo o contar con una tarjeta de crédito, no lo es para nosotras», repetía Diana y por eso celebraba la aprobación de la nueva Ley que vislumbra un futuro con más inclusión.

“No estamos haciendo ninguna cosa fuera de lo normal, qué les asusta; la palabra travesti en un país que ha avanzado tanto en materia de derechos humanos. No se puede pensar una gestión publica sin al inclusión de distintas poblaciones”, marcaba.

Y la reflexión que en el pasado realizó a ésta cronista, puede ser una síntesis su lucha: “Mientras mis compañeras que viven de la prostitución no tenga otra oportunidad para elegir, no vamos a parar. Es por quienes vamos a seguir trabajando porque hay que entender que somos personas y como tal somos sujetos de derecho”.

Las marcas que deja la incomprensión

diana

Diana Sacayán logró cambiar de manera positiva la realidad de muchas personas, reconvertir los actos negativos que padeció en proyectos que terminaron impulsando políticas públicas que mejoren la calidad de vida de las personas travestis.

Entre lucha y lucha, Diana siguió padeciendo agravios y abusos, pero ya no estaba sola, cada ataque despertaba el repudió de la comunidad, en 2013 fue golpeada en Gregorio de Laferrere por sólo motivo de ser travesti, como resultado de esa violencia debió ser operada en dos ocasiones y en ese acto sufrió la doble victimización al ser ignorada por la fuerza policial que no le tomó la denuncia y su cuerpo nuevamente cargó con las marcas que deja la discriminación.

En agosto de este año, cuando se dirigía a la Ciudad de La Plata por el tratamiento de La Ley de Cupo Laboral Trans, también fue agredida, de manera verbal y física, intervino la Policía Metropolitana, y nuevamente una parte del sistema atropelló sus derechos, con una detención infundada.

Ayer la noticia fue que la encontraron asesinada, nuevamente violentada, su cuerpo cargará con la última marca que la intolerancia pueda dejarle, pero su recuerdo seguirá siendo el motor de lucha. El cambio, el trabajo por la inclusión sigue en pie, miles de militantes toman sus banderas para exigir justicia por Diana Sacayán.

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