Así lo manifestó Clarisa Abaúnza, directora de la Biblioteca Popular de Virrey del Pino, que atraviesa una compleja situación económica. La caída en la cifra de socios y aportantes pone a la institución al borde del cierre. “La cultura debe estar sostenida por el Estado”, aseguró.
“Más allá de estar heridos de muerte, vamos a seguir haciendo actividades porque creemos que parte de la concientización tiene que ver con que la gente pueda seguir accediendo a los bienes culturales y también como un espacio de resistencia”, aseguró Clarisa Abaúnza, docente y directora de la Biblioteca Popular Virrey del Pino.
Y es que, con más de 20 años en la comunidad, la institución atraviesa momentos críticos y podría cerrar sus puertas. Debido a la caída en la cantidad de socios y aportantes, la entidad quedó casi sin recursos para cubrir los gastos corrientes. Por falta de pago del alquiler, acumularon una deuda de 60 mil pesos.
“Atravesamos una situación muy compleja porque, debido a la crisis económica, la entidad que nos ayuda regularmente, redujo su aporte en más del 50 por ciento. Ese dinero, se utilizaba para afrontar el pago del alquiler, que es de 18 mil pesos mensuales, y de los servicios”, explicó Abaúnza.
Perder ese ingreso puso a la institución en una situación muy difícil de afrontar y sostener. “Para una institución cultural, como lo es esta biblioteca, esa deuda es impagable”, manifestó la directora de la entidad. La realidad se complica aún más, por el retraso de los subsidios estatales.
“Estamos haciendo diferentes gestiones para conseguir algún aportante fijo que nos permita pagar el alquiler. Mientras tanto, hablamos con los dueños del espacio y nos van a tener un poco de paciencia”, contó Clarisa, que además añadió: “si no tenemos socios y aportantes, lamentablemente la situación de la biblioteca es muy compleja”.
Por la falta de recursos, la biblioteca tuvo que cerrar sus puertas durante las vacaciones de invierno y lanzó un pedido a la comunidad con el objetivo de mejorar su situación. “La biblioteca necesita de tu colaboración económica (renovando tu cuota social o haciéndote socio si aún no lo sos), de esa manera, evitaremos cerrar las puertas definitivamente”, manifestaron a través de un comunicado.
En el escrito, además, destacaron: “la situación que atravesamos es muy grave. Esperamos y necesitamos de tu presencia y colaboración”. En la actualidad, la institución cuenta con 143 socios y ofrece más de 23 mil volúmenes para consultar. La cuota social tiene un valor anual de 900 pesos y ese monto se reduce a 700 si se abona en efectivo.
“El trabajo en espacios culturales debiera ser una extensión del Estado. Si bien la biblioteca tiene la posibilidad de contar con subsidios del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, estos no llegan desde hace rato. Por este motivo, estamos gestionando una ayuda municipal”, contó Abaúnza.
El objetivo es que la Comuna pueda asistir económicamente a la institución, al menos, por un año. “La idea es esperar a que se supere la crisis económica y podamos volver a tener el acompañamiento de socios y usuarios con el pago de la cuota social, que es la manera que tiene la biblioteca de recaudar fondos”.
En la entidad se ofrecen talleres de diversas disciplinas de manera gratuita o con aranceles bajos. En estos casos, el dinero se utiliza para pagar al profesor/a y no para obtener un beneficio económico. “Esto tiene que ver en la concepción que tenemos sobre cómo trabajar en el ámbito cultural. Tratamos de ser un lugar donde todos puedan acceder a los bienes culturales y en esa premisa nos mantenemos”, expresó la directora de la biblioteca.
La compleja situación de la biblioteca de Virrey del Pino se replica en toda la provincia de Buenos Aires, debido al retraso en el pago de los subsidios. “Los recortes que hubo en el ámbito cultural son muy notorios”, agregó la docente.