Yésica Cueva es una joven trans de 21 años que vive junto a sus padres, sus tres hermanas, su hermano mellizo, una cuñada y un sobrino en “lo que quedó de una casilla”, según relató en diálogo con Periódico S!C, el lugar en el que habitan es “el resultado de un rejunte de maderas”, está ubicado en la vera del río Matanza, dentro del Barrio Luján en la localidad de Gregorio de Laferrere.
Por Ángela Tobar
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La vida para esta familia está lejos de ser sencilla, la necesidad se encuentra a flor de piel y los últimos temporales no favorecieron su situación, los momentos más difíciles los vivieron en el transcurso de un año, con el temporal de viento del 4 de abril del 2012, una tormenta con granizo y con la inundación del último 2 de abril, durante esos embates su casilla cedió y se fue derrumbando, su piso de barro tragó lentamente los pocos muebles que tenían y el techo improvisado por más de 11 años, terminó de desaparecer.
Ya no los protege, ni siquiera ante la mínima llovizna. El temor ante la llegada del invierno desespera a los integrantes de la familia y temen por la salud de la madre que sufre de asma y artrosis.
“Llegamos acá hace 11 años, a Laferrere en el Barrio Luján. Mi casa está rodeada por el río Matanza. Una parte del río está entubada y no hay grandes problemas, pero nosotros justo estamos en la parte que falta entubar y cada vez que llueve nos inundamos todo”, relató la joven.
Más adelante, detalló el lugar en el que vive junto a su familia y mencionó que en general el barrio “no la pasa tan mal” porque están contenidos con “casas de material” y comparó su situación al expresar que “nosotros somos la única familia que vive dentro de una casilla, va en realidad ya ni se puede llamar casilla, es un rejunte de maderas colocados de la mejor manera que se pudo, los demás vecinos por suerte pudieron progresar, ellos tienen sus casas de materiales y si bien sufrieron la inundación, no fue tan trágico para ellos.
Nosotros la pasamos muy mal, la casilla cedió ante el agua y se fue perdiendo de a poco”, lamentó Yésica.
“En un momento comenzamos a sacar lo que no servía, las maderas podridas, pero nos tuvimos que detener porque si no debíamos tirar todo y dejar el terreno vacío”, graficó.
“Es triste ver cómo quedó todo, nos acomodamos como podemos dentro de ese rejunte de madera. Nosotros no pudimos progresar, se nos hace muy difícil y ahora peor porque perdimos todo, no tenemos mercadería, ropa, muebles, casa. Necesitamos ayuda”, reflexionó.
El padre, de 65 años, trabaja cartoneando desde hace 11 años y es el sostén principal del hogar, “mi papá junta cosas con un carro hace 11 años y gracias a que la gente lo conoce, sabe que es un laburante y después de lo que nos pasó le dieron algunos muebles que no usaban, y mercadería. Así pudimos recuperar dos mesitas de luz, un televisor que nos prestaron”.
Desde el Municipio de La Matanza, mencionó que recibieron mercadería, dos colchones, cuatro frazadas, artículos de limpieza para el hogar. Pero piden un poco más de ayuda, necesitan materiales para lograr construir su casa de material.
“Durante la inundación quedamos atrapados, de todas maneras no tenemos otro lugar para irnos, es lo único que tenemos. Pero entendemos que ya no va a resistir otro temporal, y nosotros tememos la llegada de los días de invierno”, insistió.
Luego recordó cómo fueron los días posteriores a la inundación: “Cuando bajó el agua, intentamos arreglar lo que se podía, usamos cartones grandes que trae mi papá de su recorrido y los pusimos en el piso que es completamente de tierra, así pudimos más o menos estar un poco mejor. Después recorrimos algunas delegaciones municipales para pedir ayuda e informar sobre nuestra situación, y conseguimos mercadería, ropa y otras cosas que nos permitió salir un poco de la urgencia”.
“El agua se llevó lo último que nos quedaba. Terminamos de perder todo, es muy triste. Las chapas se corrieron todas, los muebles están arruinados, se ablandó toda la madera”, remarcó.
La familia necesita de manera urgente ayuda para poder levantar su vivienda y poder vivir de manera adecuada. El grupo familiar está compuesto por siete adultos y un menor. Necesitan de todo, desde ropa, calzado, muebles, alimentos hasta materiales para la construcción de una casa de material.
“Necesitamos materiales, después nosotros nos arreglamos para levantarla, necesitamos que alguna persona nos escuche y ayude. Necesitamos levantar una casa. Estamos con el corazón en la boca cada vez que llueve”, concluyó.
Sin documentos
Otro de los problemas que acarreó el temporal es que toda la documentación de Yésica Cueva se perdió completamente. “Soy una NN, solamente tengo un certificado de parto nada más. Necesitaría poder sacar mi documento para poder trabajar, estudiar, necesito hacer algo”, explicó. Además agregó que desde el Movimiento Antidiscriminatorio y de Liberación (MAL) se comprometieron a ayudarla a recuperar su documentación.