Eran cinco las listas que iban a competir en agosto, pero se bajó Gustavo Ferragut del GEN. Los que quedaron se desangran en las redes sociales hablando mal de unos y de otros. La historia reciente de espacios irreconciliables.
Por Claudio Kappeler
ckappeler@periodicosic.com.ar
“Juegan a primero yo, y después a también yo”, dice el indio más famoso de la Argentina y no está hablando de la versión matancera del Frente Progresista Cívico y Social, ese espacio que se dice el más democrático por ir a internas, empero no reconoce que la puja intestina y las mutuas acusaciones lo llevó a encarar el camino hacia las PASO.
Quiso seguir siendo el FAP pero mutó otra vez su nombre para incluir al radicalismo, otra fuerza que se resquebraja por dentro y no encontró nunca su reparación definitiva. Entonces fue Frente Progresista en La Matanza también, con cinco listas, con cinco espacios individualistas plagados de caciques.
Habían pasado algunas horas de la presentación de listas cuando al concejal del GEN Gustavo Ferragut le llegó la orden de bajar su nómina y cerrar filas con quien a él más le convenga. Se suponía que su trabajo podría inclinarse por ayudar en las internas a la lista del radical Manuel Atencio, con quien más afinidad denotaba. Sin embargo, el edil no abrió ninguna puerta de movida: “Sabemos que si tomamos partido favoreceremos a alguien, y la verdad que vemos que nadie hizo nada para mejorar la situación del Frente local”, tiró.
Las otras nóminas siguen siendo las encabezadas por Sandra Oviedo (Libres del Sur), Arturo Ter Akopian (Partido Socialista) y José “Pepe” Mira (UCR caprinista).
En ese Frente prefieren seguir ocultando la mugre bajo el travestismo de algunos y no reconocer que las internas de agosto serán producto de las altas pretensiones de todos y cada uno de los actores que lo componen.
Ninguno quiso ser menos que primer candidato, ninguno quiso regodearse de aquel al que denostó interna y hasta públicamente. Cómo religar a Sandra Oviedo y Manuel Atencio, o este último y Jorge Ceballos, o a la gente de Silvia Caprino con Oviedo, o ese mismo espacio con el socialismo de Silvio Vallejos, no podía pensarse en Gustavo Ferragut junto a la concejal más negativa de todos los tiempos.
“Ah, ¿es del radicalismo Atencio?”, “Caprino es un apéndice del PJ”, “Ceballos nunca vivió en (La) Matanza y quiere ser matancero”, “Me extraña lo de Ceballos, debe ser alguna remembranza de sus buenas épocas de oficialista”, “No podríamos estar en una lista junto a Silvia Caprino”. El lector puede modificar el orden y deberá agregar los nombres de Ferragut, Vallejos y Oviedo, por ejemplo, sin importar en ninguno de los casos quién lo dijo porque el todos contra todos es el método.
Como muestra, una red social
Una de las vidrieras más fieles de diversos espacios políticos es en la actualidad la red social Facebook. Allí se puede observar como los nuevos-viejos integrantes del Frente Progresista se deshilachan por el pasado y/o el presente.
Días atrás, la agrupación Orgullo Radical publicó un artículo periodístico del Diario La Nación de la época en la que Jorge Ceballos era funcionario del Gobierno Nacional comandado por Néstor Kirchner.
“Quienes vivieron con Alicia en el País de las Maravillas y hablaban de pobreza, hoy se hacen llamar Progresistas… vivieron de Alicia kirschner (sic) y luego de sabatella (sic) la mejor época K… Hoy los tenemos colgados del saco en el Espacio Progresista… La actitud pobre y miserable de estos futuros desocupados de la política nos obliga a invitarlos a reflexionar”, comentó el espacio.
Por el lado de Atencio y Oviedo los dardos van dirigidos hacia la lista que, desde las sombras, armó la defensora del Pueblo Silvia Caprino. En tanto que el socialista Vallejos no tiene blanco definido y critica en general la actitud de querer relegar a su sector en cada armado de listas.
En medio de este paintball opositor, el que se bajó -lo obligaron a hacerlo- fue Gustavo Ferragut, el concejal del GEN que al cierre de esta edición seguía siendo seducido para unirse a más de un espacio.
Y así las cosas, el aggiornado progresismo viaja hacia las internas de agosto sin rumbo ni ideas claros. Las propuestas siguen siendo volteadas por las críticas hacia adentro y hacia afuera. Después, de no haber un único ganador, fusionarán nombres y los golpes bajos pasarán a un olvido ficticio, acomodaticio y oportunista.