Espinoza pidió perdón a la familia Arruga y se comprometió a gestionar un encuentro con Scioli

 

 

Por Ángela Tobar

Tres años sin saber dónde está Luciano; ocho policías sospechados, una familia que aprendió a transformar su dolor en lucha y un Destacamento Policial Cerrado para ser convertido en un espacio para la memoria son algunos de los ejes que rodean el caso Arruga, en la mañana de hoy el Intendente Fernando Espinoza, miró a los ojos a la madre de Luciano, Mónica Alegre, y le pidió perdón.

El destacamento de Lomas del Mirador fue inaugurado en el año 2007, bajo el estricto pedido de un grupo de vecinos que exigían mayor presencia policial. Según consta en la causa trabajada por la fiscal Celia Cejas, “allí estuvo Luciano Arruga en dos oportunidades: el 22 de septiembre de 2008, cuando lo golpearon ante la vista de su hermana y su mamá, y el 31 de enero de 2009, cuando desapareció”.

Además dos testigos aseguran haberlo visto moribundo tirado en el piso. Y según el libro de actas, esa noche había ocho policías de guardia, los cuales actualmente continúan en funciones.

A pocas semanas de cumplirse 3 años de su desaparición el Municipio de La Matanza tomó la decisión política de trasladar el destacamento y convertir ese lugar en un espacio para la memoria y la vida, el acto estuvo encabezado por los familiares y amigos del joven desaparecido, la APDH y el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza.

La hermana de Luciano, Vanesa Orieta en su discurso responsabilizó al gobierno comunal por la falta de control de las dependencias policiales “Si pretendemos abrir más espacios para garantizar la seguridad de los vecinos que los piden, la responsabilidad es la de controlarlos a todos, porque adentro se tortura y se mata”.

En este sentido un intendente emocionado admitió la deficiencia que existió en el control y expresó “nunca hubiéramos querido pasar por este momento, nunca hubiéramos pensado que al inaugurar este centro (sic) en su momento un sub destacamento de Lomas del Mirador, tendríamos que cerrarlo y trasladarlo”.

“Tenés razón Vanesa… como intendente tendría que haber estado supervisando más lo que pasaba en este destacamento y por eso te pido mil disculpas y me hago cargo. Sé que con la disculpa no pasa nada y quiero que sepas Mónica (madre de Luciano) que nunca me imagine que podían pasar cosas como estás en esté lugar”, lamentó Espinoza.

Y en un discurso sin filtros reconoció “me siento responsable como intendente y representante del Estado en si, todos saben que la Policía de la Provincia no depende de un intendente pero todo lo que pasa con mi pueblo y mis vecinos es responsabilidad mía y pongo la cara siempre”.

Orieta ratificó su denuncia acerca del “desinterés” por parte del Gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli quien “no responde a la familia” y recordó que hace un año atrás “nos dejo plantados durante dos horas cuando nos había prometido una audiencia y cuando llegamos a La Plata con todo lo que nos costo llegar hasta allá decidió que no nos iba a atender, eso no lo olvida la familia”.

En esta línea el intendente se comprometió a gestionar un encuentro y aseguró: “Voy a volver hablar con el gobernador Daniel Scioli para que pueda recibir a la familia y escucharla”.

Finalmente expresó “No vamos a parar hasta que se haga justicia eso ténganlo claro y a partir de hoy vamos a convertir este lugar en un Centro de Memoria, Social y Cultural que va a ser un área de gestión de la Dirección de Derechos Humanos del Municipio, la APDH y los Familiares de Luciano”.

 

Vanesa Orieta y Mónica Alegre, hermana y madre de Luciano

 

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