La cartera de Desarrollo Social de la Municipalidad de La Matanza y el Consejo del Niño y Joven proponen crear un reglamento que especifique los requisitos que debe cumplir un establecimiento comunitario. Pretenden diferenciar a las instituciones privadas, con intenciones de lucro económico, de las que brindan servicios a la comunidad más allá de lo estrictamente educativo.
Luego del escándalo que provocó el accionar de las autoridades del jardín El Abuelito del barro Independencia de González Catán, quienes determinaron sacarles las medallas y diplomas a los chicos cuyos padres adeudaban cuotas durante la fiesta de fin de año, se avalúa la creación de un reglamento deberían cumplir los jardines comunitarios.
El protocolo sería elaborado por la Secretaria de Desarrollo Social de La Matanza y el Consejo del Niño y Joven, en conjunto con la Dirección General de Escuelas de la provincia.
Uno de los principales cuestionamientos al jardín El Abuelito, fue que a pesar de su carácter de “comunitario” cobraba una cuota mensual de 100 pesos. Los padres de los alumnos explicaron que no tenían otra opción, ya que en la zona no hay establecimientos públicos de educación inicial.
Una vez establecido el reglamento, podrá diferenciarse a las instituciones educativas privadas, de lucro económico y que deben estar inscriptas en la Dipregep, de las que brindan servicios a la comunidad, más allá de lo estrictamente educativo.
Los jardines comunitarios proliferaron a raíz de la profunda crisis económica y social de 2001 como una alternativa para los sectores más vulnerables de la población, pero durante los últimos años las autoridades de este tipo de establecimientos comenzaron a imitar a los privados elevando sus aranceles considerablemente.
Ante la falta de una clara reglamentación en el tema, desde la Comuna se plantea el inicio de un debate con el objetivo de establecer los requisitos que debe cumplir un jardín comunitario y diferenciarlo de uno de gestión privada.
Desde la cartera de Desarrollo Social, destacaron que en ambos casos, cada establecimiento debe exhibir en sus puertas el número de registro de la Dirección General de Escuelas, de la Dipregep o de la Comuna.
El caso del jardín “El Abuelito” se volvió un caso bisagra. Una vez que la humillación y discriminación sufrida por los alumnos tomó estado público generó el repudio de las máximas autoridades educativas a nivel provincial y nacional.
Pocos días después fue el gobernador Daniel Scioli quién devolvió a los chicos sus diplomas y medallas y se dispuso que el establecimiento pasará a la orbita de la provincia.
Y es también por este caso que se regulará de forma clara la actividad de los jardines comunitarios, que más allá de la función educativa en el nivel inicial, tiene como objetivo promover los derechos de los chicos y los lazos sociales de los habitantes de cada barrio en el que funcionan.
Desde la cartera de Desarrollo Social, recomendaron que ante los interesados en saber si un jardín es comunitario, se comuniquen o se acerquen al Consejo Escolar de La Matanza, para evitar cualquier tipo de irregularidad