“El dibujo es más crítico, y la mancha de color es el espíritu, una explosión”

 

Francisco Hernández es un artista, se dedica a la pintura y la escritura, vive en la localidad ramense de La Matanza, y desde su taller se inspira, y esa libertad de acción de la que habla va plasmándose en las obras que realiza. Francisco contó a S!C cómo vive el arte, cómo desarrolló un proyecto en escuelas rurales y hasta confeccionó un proyecto para realizar un Salón Anual de Arte para el Distrito.

Por Maricel Pisa

mpisa@periodicosic.com.ar

El artista de Ramos Mejía Francisco Hernández, se dispuso a hablar con S!C de manera muy cálida sobre su relación con el arte, y los distintos caminos que recorrió gracias a esta disciplina, y desde su lugar motivó a chicos y grandes a expresarse libremente a través “del color, de la línea y de la fuerza del pincel”.

Francisco comenzó a relatar que si bien se dedica a la pintura, descubrió otras vetas que también le apasionan: “Mi trabajo específico es la pintura, pero con el tiempo uno va pasando por distintas técnicas, uno va buscando y va mezclando distintas técnicas, porque para mí, cada trabajo es un aprendizaje, porque uno experimenta, no se queda con lo que hizo hasta ahí, sino que es un campo de expansión para indagar, y también me gusta mucho escribir sobre arte y realicé muchos proyectos educativos donde el arte es el centro”.

El pintor se refiere a una triada que va nutriendo sus conocimientos y que lo motivan a indagar en otros elementos y técnicas, se trata del arte en su taller, los proyectos educativos y la escritura. En este sentido, explicó que “una cosa se va nutriendo con elementos de la otra, siempre me guío con las ganas de hacer, lo que me manda es la intuición, y a veces, por azar descubrís algo y eso te va llevando a  una serie de trabajos”.

Asimismo, Hernández recordó que una gran parte de su formación académica se forjó en Bellas Artes de Ramos Mejía y en el colegio Ward de esa localidad. A su vez, destacó que compartió “mucho con Luís López, el maestro de los maestros”. Y se denomina como “un permanente estudiante, porque el arte es algo que no termina nunca”.

 La pintura, el dibujo

y los más chicos

El artista matancero señaló que existe “una etapa en que a la mayoría de los chicos les gusta dibujar, después hay una etapa de autocrítica, y los adultos no los favorecen en tal sentido y pasan de ese dibujo tan libre a cuestionarse distintas cosas, y por eso después surge el proyecto de arte en la escuela rural”.

Francisco detalló que “entre los 15 y los 20 el chico elige la pintura, el arte, si le gusta como camino”, y remarcó que en su caso, “entre los 18 y 20 años lo elegí, esto me agrada, es infinito, y lo elegí como un camino de vida”.

Volviendo al tema de la autocrítica de los jóvenes que quizás se quieren dedicar a esta disciplina y no tienen el apoyo de quien los guíe y los comprenda en este camino, pueden quedar truncos muchos de esos sueños, sin desarrollar posibles aptitudes para el arte. En este sentido, Francisco explicó: “Como mirada de artista veo cosas maravillosas de una mancha que haga un chico, pero otros pueden fijarse si tiene una oreja más grande que la otra, todo eso que no hace al arte, entonces lo condiciona, y lo puede paralizar, si no tiene una guía, un alguien que lo orienta, y muchas veces el chico busca al maestro, como un guía espiritual o de práctica para desarrollar sus aptitudes. En caso contrario, cuando dejás que los chicos se expresen a través del color se logran cosas maravillosas”.

Asimismo, relató que “a veces la gente si no ve un parecido le parece que está mal, no lo ven desde el punto de vista artístico, de las líneas, la mancha, la fuerza que tiene el pincel”.

 

 

El arte en las escuelas rurales

Francisco trabajó en el proyecto CREARTE (en la actualidad se siguen presentando) a través del que se promovía, en un espacio extracurricular, el arte en las escuelas rurales. El proyecto comenzó en 1998, y tuvo su mayor desarrollo entre los años 2003 y 2008. Hernández explicó: “Lo fui elaborando y escribiendo, viendo todas las partes, arrancamos como trabajo de campo en el Municipio de Marcos Paz y trabajamos casi en todas las escuelas rurales, y también lo hicimos en varios lugares de La Matanza en el Km. 32 en una sociedad vecinal, nos invitaban y llevábamos la experiencia”.

En estas experiencias trabajaban con témperas porque es un material no tóxico, pero tampoco con lápiz, en palabras de Francisco, “porque el lápiz piensa y la mancha, el color es el espíritu, el dibujo es más crítico, es más pensante, más medido, el mismo elemento te mide, la mancha es una explosión”.

En esta actividad, se volvió a crear una triada de trabajo, en este caso docentes, artistas y familias, que se reunían y en consecuencia al acercar los vínculos pudieron realizar distintas acciones para beneficio de la escuela, como ser, ampliaciones de las instituciones y bibliotecas.

 Salón Anual de Arte

Hace cinco años aproximadamente, Francisco recordó que había “confeccionado el proyecto para hacer el Salón Anual de Arte de La Matanza, nunca vi un interés sincero para hacer cosas en cultura en tiempo y en espacio desde el Partido, no se ha hecho como en Morón o Tres de Febrero”. Al tiempo que destacó que en La Matanza “hay buenos artistas, pero no hay organización (desde el sector municipal)”. Otra de las ideas del proyecto era realizar un censo de artistas del Distrito.

En tanto, agregó que “este es un tipo de salón que faltaría implementarlo en La Matanza, para muestras, premios pero hay que seguirlo en el tiempo y en el espacio para que se convierta en algo importante”, y finalizó “el artista es inquieto y va donde puede hacer cosas”.

 La Campaña al Desierto

Actualmente, el ramense está “trabajando mucho con el tema de la Campaña al Desierto, de toda esa gente que quedó invisibilizada, esa idea que siempre me gustó sobre esta historia, ir recreando personajes, una geografía humana que la vemos a diario pero al mismo tiempo no la vemos”.

 Un mensaje, “en arte nadie te lleva la mano”

Para concluir, el artista dejó su mensaje respecto del arte y señaló unas cálidas palabras para ser tenidas en cuenta por todos aquellos que se sientan atraídos por la pintura, para aquellos que tengan esa pasión guardada y que quieren expresar.

“El color cura, para el chico que puede aprender, que puede construir un mundo propio, y gente adulta también, le puede hacer mucho bien, y a veces la gente se autocensura, el tema es hacer, porque en arte nadie te lleva la mano, es una sensación a experimentar, a través de la pintura, el tema es hacer y probar que pasa con el color, con la línea, se debería partir de un sentimiento muy libre, no tenerle miedo al espacio en blanco, porque en los talleres también trabajamos en papel, sin temor al error, porque eso se nota, y el papel te da el oficio, y hay lugares en los que se pinta sobre bastidor y eso es más caro, el papel te da una libertad muy grande, cuando se juntan ambas cosas aparece el arte, hace bien a la esencia de cada uno”.

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